Densitometría ósea: cómo y por qué se realiza

La densitometría ósea permite estimar el riesgo de fractura debido a una pérdida en la densidad de los huesos. Te explicamos lo que debes saber sobre este método diagnóstico y de seguimiento.
Densitometría ósea: cómo y por qué se realiza
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 09 julio, 2023

La densitometría ósea es una prueba que se utiliza mucho. Es un examen que permite determinar la densidad mineral de los huesos para comprobar si se ha deteriorado.

La densitometría ósea también recibe el nombre de absorciometría de rayos X de energía dual. Esto se debe a que es similar a una aplicación normal de rayos X, como una radiografía. Es especialmente útil para el diagnóstico y el control de la evolución de la osteoporosis.

Se trata de un examen sencillo que está prescrito para mujeres de edad avanzada. No obstante, esta no es su única indicación. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la densitometría ósea, cómo se realiza y cómo se interpretan sus resultados.

¿Cómo funciona la densitometría ósea?

La densitometría ósea (conocida con las siglas DEXA o DXA) es una prueba que permite determinar la densidad mineral de los huesos. Ayuda a conocer si se ha perdido integridad o mineralización en el tejido óseo.

Según explica un artículo de RadiologyInfo.org, utiliza una dosis pequeña de radiación ionizante. De esta forma, permite conseguir imágenes de los huesos. Es una prueba rápida, simple y no invasiva.

Se suele centrar en huesos de la cadera, la columna y el antebrazo. No obstante, también se pueden examinar otras partes, como el talón, los dedos o la muñeca.

La realiza un técnico de diagnóstico por imágenes. Después, es interpretada por un médico. Su principal utilidad es evaluar el riesgo que tiene una persona de desarrollar fracturas asociadas a la osteoporosis.

Gracias a ella, se puede determinar si un paciente requiere tratamiento para dicha patología. Además, sirve para monitorizar los efectos del propio abordaje ya instaurado. Si funciona, los resultados de la densitometría ósea deberían mejorar con el paso de los meses.

Además, tiene la ventaja de no dejar rastros de radiación en el paciente. No da lugar a ningún efecto secundario. No obstante, no siempre está indicado hacerla. Por ejemplo, existe cierta contraindicación en el caso de las embarazadas.

Huesos con osteoporosis.
La medición de la densidad ósea permite establecer la presencia o no de osteoporosis y la eficacia de los tratamientos instaurados.

¿Por qué se realiza esta prueba?

La densitometría ósea sirve para determinar si hay pérdida de densidad ósea. Esto es algo que puede ocurrir por numerosos factores. El problema es que dicha pérdida de densidad incrementa el riesgo de sufrir una fractura.

Por eso, el estudio es muy útil para estimar el riesgo de que esto suceda. Según explica un artículo del Centro Diagnóstico Granada, se suele emplear en mujeres posmenopáusicas. Sobre todo en aquellas que tienen síntomas severos y que no siguen ningún tratamiento hormonal.

Esto se debe a que la menopausia es uno de los principales factores de riesgo para osteoporosis. De hecho, si la mujer ha sido o es fumadora está aún más indicada la densitometría ósea.

Esta prueba también se realiza en personas que toman ciertos medicamentos que influyen sobre los huesos. Por ejemplo, los corticoides. El hiperparatiroidismo es otra de las indicaciones. Es una patología que consiste en una segregación de mayor cantidad de hormona paratiroidea (PTH).

Esta hormona es la encargada de regular el metabolismo del calcio y el fósforo. Son dos de los minerales más importantes en la estructura y densidad ósea. Tener antecedentes, tanto familiares como propios, de fracturas en la cadera o en la columna, es otra razón para realizar la prueba.

Cómo prepararse para una densitometría ósea

La densitometría es una prueba sencilla que no requiere una preparación mayor. No produce ningún tipo de molestia ni requiere tanto tiempo. Tal y como afirma la Clínica Universidad de Navarra, la duración aproximada es de media hora.

Lo ideal es acudir con ropa cómoda y con pocos accesorios o joyas. Cualquier objeto metálico deberá retirarse antes de la prueba. Se realiza con el paciente tumbado y quieto.

El día previo a realizarla se puede seguir una dieta absolutamente normal. No obstante, si se están tomando suplementos de calcio habrá que dejarlos al menos 24 horas antes.

Como hemos señalado, está contraindicada en embarazadas. Por eso, es fundamental informar al médico si hay probabilidad de gestación en curso. También si se ha realizado algún examen reciente con un medio de contraste, como una tomografía computarizada.

¿Qué pueden indicar los resultados de este examen?

La densitometría ósea es interpretada por un médico. Según explica la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se obtienen una serie de imágenes digitalizadas y coloreadas. Estas se deben comparar con los valores establecidos como normales para el grupo de edad y sexo al que se pertenezca.

De esta manera, se obtienen dos valores o puntuaciones. La primera es la puntuación T, que informa de la cantidad de densidad ósea en comparación con un adulto del mismo género que tiene una capacidad ósea máxima.

Si la puntuación T está por debajo de -1,1 se considera que es baja, es decir, que hay osteopenia. Para decir que hay osteoporosis la puntuación T debe ser inferior a -2,5.

La otra puntuación que se puede obtener es la Z. Esta compara al paciente con un grupo de personas de la misma edad, sexo y unas condiciones físicas parecidas. Permite monitorizar el curso del tratamiento.

Mujer con osteoporosis que debe realizarse una densitometría ósea.
El seguimiento de la osteoporosis con densitometrías permite evaluar la efectividad del tratamiento con calcio y medicamentos fijadores.

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¿Qué más debes saber sobre la densitometría ósea?

Antes del procedimiento se debe informar al médico de todos los medicamentos que se estén tomando. Lo mismo sucede con los suplementos dietéticos. No hace falta ir en ayunas, pero sí haber estado al menos un día sin tomar calcio. Además de las joyas y los objetos metálicos, será necesario quitarse las gafas y la dentadura postiza.

Lo que debemos tener presente es que la densitometría ósea no puede predecir quién va a sufrir una fractura. Sin embargo, sí orienta sobre el riesgo relativo de sufrirla.

Los análisis realizados sobre la columna vertebral o la cadera son útiles para comprobar cómo es la respuesta al tratamiento. Los que se realizan en el talón o en la muñeca no sirven para este fin. No obstante, sí que son útiles para predecir el riesgo de fractura.

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La densitometría ósea es una prueba sencilla e inocua

La densitometría ósea permite estudiar la densidad mineral de los huesos. Es una prueba que emplea radiaciones X. Ayuda a comprobar si existe un problema de osteoporosis e incluso monitorizar su tratamiento.

Gracias a ella, se puede predecir cuánto riesgo de fractura presenta una persona. Por eso, además de que es inocua y sencilla, se emplea con mucha regularidad en la actualidad.


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