¿Cómo mantener tu dieta sin dejarte afectar por la inflación?
Mantener la dieta sin dejarte afectar por la inflación es uno de los grandes retos de los nuevos tiempos. El acceso a los diferentes tipos de alimentos frescos se está volviendo cada vez más complicado por culpa de condicionantes económicos. Sin embargo, no debemos permitir que esto afecte a la calidad de la pauta, ya que de lo contrario se perjudicaría el estado de salud a medio y a largo plazo.
Antes de comenzar hemos de comentar que para conseguir prevenir el desarrollo de patologías crónicas y complejas es clave plantear una pauta variada y equilibrada. Sobre todo hay que lograr cubrir los requerimientos de nutrientes esenciales y evitar ingerir más calorías de las que se gastan cada día. De lo contrario se producirá un incremento de peso de forma progresiva que terminará alterando los niveles de inflamación.
Compra a lo grande para mantener tu dieta sin dejarte afectar por la inflación
Puede sonar absurdo, pero comprar grandes cantidades de alimentos frescos será una de las mejores alternativas para no notar el incremento de los precios. Y es que los envases familiares suelen tener un valor mucho más económico. Lo que se puede hacer después es recurrir a la congelación para incrementar la vida útil de los diferentes comestibles, evitando así que se pierdan o que vean reducidas sus propiedades a nivel nutricional.
Ahora bien, ten cuidado con la manipulación de estos alimentos. Cuando hablamos de productos perecederos de origen animal hay que tener siempre en cuenta que errores en el envasado o en la conservación podría generar riesgo a nivel microbiológico. Crecerían en su interior bacterias que resultan patógenas para el ser humano, provocando así intoxicaciones que pueden llegar a complicarse y que condicionarán el estado de salud.
En líneas generales se recomienda no romper nunca la cadena de frío, no superar las fechas de caducidad y descongelar en el frigorífico. Tampoco hay que dejar los botes de conserva demasiado tiempo abiertos, como es el caso de las salsas de tomate. De lo contrario podrían proliferar microorganismos patógenos en su interior.
Elige conservas
Una opción es conservar los alimentos con métodos caseros. Otra es decantarse por los productos en conserva. Muchas veces tienen un precio más asequible que los frescos, pero con los mismos nutrientes en su interior. Destacan las de pescado, por ejemplo. Estas suelen ser fuente de ácidos grasos de la serie omega 3, elementos que han demostrado ayudar a controlar los niveles de inflamación en el medio interno. Gracias a ello se puede prevenir el desarrollo de patologías cardiovasculares.
Del mismo modo se puede optar por comprar suplementos de proteína para cubrir los requerimientos diarios de estos nutrientes. Normalmente los productos de origen animal, como los lácteos, suelen tener precios elevados. Sin embargo aportan proteínas de alto valor biológico. Consumir proteína de suero de leche y comprarla en envases de 2 o de 5 kilos podría solucionar este problema. Se conseguirán cubrir las necesidades diarias con un gasto inferior.
Además hemos de tener en cuenta que la dieta ha de presentar un mayor contenido en este tipo de nutrientes cuando se realiza ejercicio físico de manera regular. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Journal of the International Society of Sports Nutrition. En estos casos puede llegar a necesitar un aporte de 2 gramos de proteína por kilo de peso al día para regular el daño muscular inducido por la actividad.
Optimiza la dieta para no dejarte afectar por la inflación
Como has podido comprobar, existen una serie de trucos que pueden ayudar a optimizar la dieta para no perder calidad a pesar de la inflación. Y es que seguirá siendo determinante cubrir los requerimientos de nutrientes esenciales para que la fisiología del medio interno funcione de forma correcta. De lo contrario se producirán ineficiencias que pueden condicionar el desarrollo de patologías crónicas y complejas con el paso de los años.
Para terminar, recuerda que para cuidar la salud hay que promocionar también otros buenos hábitos, como la práctica regular de ejercicio físico. Bajo este contexto las necesidades de ciertos elementos dietéticos pueden verse incrementadas. Recurrir a la suplementación es una buena alternativa. Normalmente el costo es asequible y aportará nutrientes de alta calidad, evitando así problemas de recuperación.
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