Mantequilla y otras grasas en la dieta del bebé, ¿son buenas?

Existen grasas saludables que complementan la dieta de un bebé. Conoce los beneficios que su consumo aporta a los niños.
Mantequilla y otras grasas en la dieta del bebé, ¿son buenas?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 06 julio, 2023

Añadir mantequilla en la dieta del bebé es un dilema para los padres. Por un lado, está la percepción de su alto contenido calórico y de grasas, mientras que por el otro, se destaca su aporte al desarrollo saludable.

Es necesario conocer que las demandas calóricas de un adulto no son iguales a las de un niño. La Asociación Española de Pediatría refiere que la calidad y la cantidad de grasas en la infancia influyen en el posible padecimiento de enfermedades.

Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) amplía que los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) proveen de energía al metabolismo celular, colaboran con la ejecución de actividad física y benefician el crecimiento.

¿Qué es y cuáles son las ventajas de la mantequilla en la dieta del bebé?

La mantequilla es un producto fabricado con materia láctea grasa igual o superior al 80 % e inferior al 90 %. El máximo de agua permitido es de 16 % y un 2 % de sólidos no grasos, como detalla InfoAlimenta.

Se lista entre las grasas con algunos beneficios para la salud de los niños, apartando el caso de los pequeños alérgicos a las proteínas de la leche. De allí que muchos la usen para untar los panes, los vegetales o las verduras que sirven a sus hijos.

Su consumo debe limitarse y estar autorizado por el pediatra.

Contribuye al desarrollo físico y neurológico

Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que aproximadamente un 40 % de los lactantes de 0 a 6 meses consumen exclusivamente leche materna. A partir de esa edad surge la alimentación complementaria.

En la etapa que da paso a los alimentos sólidos conviene sumar algunos aceites o mantequilla, ya que un bebé amerita grasas buenas para la función neurológica, el crecimiento y el desarrollo cerebral.

Barra de mantequilla.
La mantequilla tiene más de 80 % de materia láctea grasa y menos del 90 % de ella en la composición.

Sacia hasta la próxima comida

La mantequilla ayuda a sentirse satisfechos después de comer. Su contenido calórico sirve para los niños que requieren aumentar de peso. ¡Ojo! Solo el pediatra debe precisar la necesidad de calorías extras en cada paciente.

Ofrece sabor

Este lácteo tiene la capacidad de transformar el punto gustativo de lo que cocinas. Es una de sus características principales: suaviza o intensifica sabores. No es igual comer brócoli solo a degustarlo con un toque de mantequilla.

Es fuente de vitaminas

La vitamina A, la D, la E, la B12 y la K2 están presentes en la mantequilla. Estos suplementos son importantes antioxidantes naturales, mejoran la visión, fortalecen los huesos, regulan el metabolismo del fósforo y el calcio y previenen las caries.

Asimismo, el lácteo destaca, entre otras razones, por contener varios minerales. Entre ello, el zinc, el selenio y el yodo.

Canaliza la absorción de nutrientes

Al contar con vitaminas liposolubles se facilita la absorción y el almacenamiento de los nutrientes en el cuerpo.



¿En qué cantidades y cómo incluir mantequilla en la dieta del bebé?

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños reciban otros alimentos, aparte de la lactancia, desde los 6 meses y variando la dieta. Es desde esta edad que puedes añadir mantequilla u otra grasa saludable al menú.

Lo recomendable es combinarla con alimentos que ya haya probado el bebé, siempre cuidando las cantidades. Una cucharadita está bien para acompañar las verduras cocidas.

Deja que el niño pruebe trozos de pan integral tostado con mantequilla o cocina puré de papas, de zanahorias y de espinacas. Siempre mezclando un poco del lácteo.

Contras de la mantequilla en la dieta del bebé

El exceso de grasas podría subir el colesterol y afectar el funcionamiento cardíaco. También incide en el apetito del niño, ya que demasiada cantidad ofrece la sensación de llenura y posiblemente no quiera más tarde probar otra comida.

No elimines la mantequilla del menú de tu hijo, pero cuida las porciones. Si se trata de niños en riesgo de sobrepeso o con antecedentes familiares de problemas del corazón, es fundamental limitar las grasas.

Un punto clave es no confundir la mantequilla con margarina, debido a que esta última es un alimento muy procesado.Para los peques, siempre resultan mejor los naturales o integrales.

Obesidad infantil.
La obesidad infantil puede comenzar en la temprana infancia, por lo que el cuidado de la dieta es necesario desde el primer momento.


Otras grasas saludables para el bebé

La Fundación Española del Corazón expone que las grasas, por su estructura química, se dividen en saturadas, monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácidos grasos trans. American Cancer Society precisa que las grasas no saturadas, dentro de las que están las monoinsaturadas y poliinsaturadas, las hallas en los frutos secos, el aguacate, el atún y algunos aceites.

El aceite de oliva es monoinsaturado, con múltiples vitaminas y ácidos grasos iguales a los de la leche materna. Es ideal para la comida de los bebés, porque ayuda a su crecimiento.

El aceite de coco destaca por su riqueza en ácido láurico, ventajoso para la defensa inmunitaria. Ambos productos son recomendados para las recetas que degusta tu hijo.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.