Maternidad por inseminación artificial: lo que debes saber
Revisado y aprobado por el farmacéutico Sergio Alonso Castrillejo
La inseminación artificial es una de las terapias de reproducción asistida que permite a parejas con diversas problemáticas convertirse en padres. ¿Quieres descubrir todo sobre la maternidad por inseminación artificial? Continúa leyendo, ya que intentaremos responder a las preguntas más habituales que surgen sobre este tema.
La inseminación artificial es un tratamiento asistido que consiste en colocar espermatozoides previamente seleccionados en laboratorio dentro del útero. Estos espermatozoides pueden ser de la propia pareja o pueden pertenecer a un banco de semen. Y así lo evidencia este estudio publicado en Cuadernos de bioética.
Una vez obtenida la muestra, los especialistas trabajan con el semen en el laboratorio y separan los espermatozoides móviles del plasma seminal. En paralelo, se realiza una estimulación de los ovarios para aumentar las probabilidades de embarazo. Pero veamos, paso a paso, cómo es el proceso de maternidad por inseminación artificial.
¿Cómo es el proceso de maternidad por inseminación artificial?
A diferencia de la fertilización in vitro (FIV), la concepción con inseminación artificial se lleva a cabo dentro del útero. Por este motivo, los médicos toman determinadas precauciones para aumentar las posibilidades de fecundación:
- Se escogen los mejores espermatozoides de una muestra, que puede pertenecer a la propia pareja o a un banco de semen.
- El médico estimula la ovulación para asegurar que la misma tenga lugar.
- Se monitorea el momento de la ovulación para escoger el mejor momento para realizar la inseminación.
- Se insemina pocas horas antes de que se produzca la ovulación. De esta manera, los espermatozoides se encuentran dentro del cuerpo femenino cuando el óvulo es liberado.
- Se monitorea la evolución para corroborar el embarazo.
Diferencias con un embarazo natural
¿Existe alguna diferencia entre un embarazo natural y la maternidad por inseminación artificial? No, no hay diferencias más allá de la manera en la que se produce la fecundación. Es decir, que, tras el proceso de inseminación que hemos descrito, el embarazo por inseminación y el natural son exactamente iguales.
Para calcular la fecha de inicio del embarazo, es necesario restar 14 días de la fecha en la que se ha realizado la inseminación. De esta manera, el desarrollo embrionario corresponderá a las mismas semanas que en el caso de un embarazo sin intervención médica.
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¿Cuál es el riesgo de aborto espontáneo?
Entre un 10 y un 20 % de los embarazos conocidos no llegan a término, tal y como señala esta información de la Cínica Mayo. Y una inseminación artificial no aumenta de ninguna manera dicho riesgo de aborto espontáneo.
Por el contrario, se considera que, a mayor edad de la mujer, aumenta el riesgo de tener una pérdida del embarazo; a los 35 años, aproximadamente, un 20 %, a los 40 años, un 40 % y, a partir de los 45 años, un 80 %.
La mayor parte de los abortos espontáneos se produce antes de la semana 12 debido a problemas cromosómicos, falta de embrión, muerte del feto o embarazo molar o molar parcial (crecimiento anormal de la placenta).
Controles para la maternidad por inseminación artificial
Concebir a través de inseminación artificial no implica llevar a cabo controles específicos más allá de los recomendados en cualquier embarazo. Como ya hemos comentado, un embarazo logrado a través de esta técnica evoluciona exactamente igual que uno concebido por vía natural.
Así, tendrás que seguir los controles pautados por tu médico y realizar revisiones ginecológicas, estudios de sangre y orina, y ecografías en las fechas estipuladas. En cuanto a la amniocentesis, te recomendarán realizarla si el resultado del Triple Screening mostrase un valor sospechoso.
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¿Cuándo se hace cargo la salud pública de la inseminación artificial?
Seguramente, esta pregunta ya haya hecho eco en tu mente. La respuesta varía de país a país, pues depende de las leyes vigentes en cada uno de ellos. Específicamente hablando de España, la Seguridad Social toma a cargo el proceso de inseminación artificial cuando:
- La mujer tiene, como máximo, 40 años y el hombre, 50 al momento de iniciar el tratamiento.
- Existe un problema probado para concebir, es decir, que la pareja se ha sometido a estudios de fertilidad que han arrojado la presencia de una determinada problemática.
- La pareja no tiene hijos en común o el hijo que tienen padece una enfermedad grave. Otra situación en la que se cubre el tratamiento es si uno de los miembros de la pareja no tuviese descendencia.
- En general, se admiten tres intentos, aunque depende de la comunidad autónoma.
- Ninguno de los miembros de la pareja padece una enfermedad grave que pueda llegar a ser hereditaria.
En definitiva, si tú y tu pareja tenéis problemas para concebir, consultad con un médico. Él, seguramente, os prescribirá una serie de estudios para determinar si existe algún problema de fertilidad y evaluará si la maternidad por inseminación artificial es una opción para vosotros.
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