Poca duda hay, a día de hoy, de que consumir frutas y verduras en abundancia es positivo para la salud.…
Mitos asociados al consumo de vino tinto
A pesar de las afirmaciones que se hayan realizado en el ámbito popular, ningún médico recomienda el consumo de vino tinto a diario. Muchas de esas afirmaciones se realizan a partir de creencias y datos tomados al azar.
Durante años, en el ámbito popular se ha dicho que el consumo de vino tinto –concretamente, una copa al día– podría brindar beneficios a la salud. Por ello, inevitablemente los investigadores han sentido curiosidad y han decidido, en diversas ocasiones, estudiar esta bebida con mayor detalle.
Los estudios realizados en torno a la composición del vino y sus efectos en la salud han revelado que, a pesar de lo que se ha llegado da creer, esta no es una bebida tan saludable.
Al igual que ocurre con otras bebidas alcohólicas, el consumo de vino tiene efectos perjudiciales en la salud, sobre todo, cuando se consume con regularidad y en grandes cantidades. Esto incluye la famosa copa de vino al día. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
El consumo de vino tinto y la salud
A menudo, las personas han llegado a creer que el vino podría ser una bebida beneficiosa para su salud, dado que está elaborada a partir del fruto de la vid, las uvas. Si proviene de algo ‘natural’, podría ser bueno, ¿no?
Aunque provenga de un elemento natural, como es el fruto de la vid, el vino no es –por defecto– una bebida ‘saludable’. El proceso para obtenerla es más complejo que lo que pensamos, y no está exento de algunos añadidos artificiales, como lo explican varios expertos.
A diferencia de lo que se solía afirmar en el ámbito popular, tomar una copa de vino tinto al día no brinda ningún beneficio a la salud ni está recomendado por los médicos. Todo lo contrario.
Veamos cuáles son los supuestos beneficios que se le atribuyen al consumo de vino tinto de forma regular.
1. (No) ayuda a bajar de peso
Según creencias, el vino tinto tendría una propiedad muy especial: activaría un gen que impediría la formación de nuevos adipocitos. Además, nos permitiría estimular los ya existentes, para ‘depurar’ las grasas e ir eliminándolas, poco a poco.
Sin embargo, no existe evidencia de que esta bebida ayude a bajar de peso, ni siquiera a pacientes que tengan pocos kilos de más. En cambio sí existe evidencia de que su consumo puede ser muy riesgoso en caso de obesidad y enfermedades coronarias.
2. (No) ‘potencia’ el cerebro
Supuestamente, dado su contenido de flavonoides, el vino podría ‘mejorar’ los procesos cognitivos y, al mismo tiempo, prevenir demencias y enfermedades degenerativas del cerebro y hasta reducir la mortalidad. Sin embargo, se ha demostrado que esto no es cierto.
En cambio, sí está demostrado que el consumo moderado de alcohol puede generar daños cerebrales irreparables.
Descubre: Por qué son importantes los antioxidantes
3. (No) trata las infecciones de las encías
Por otra parte, se afirmaba que una copa al día podía ayudar a tratar la sensibilidad de las encías y las infecciones. Todo ello porque se consideraba que las uvas tenían compuestos que, al ser fermentados, evitaban la aparición de los estreptococos y bacterias vinculadas a las caries, la gingivitis e incluso el dolor de garganta.
4. (No) aumenta nuestras endorfinas
Según se afirmaba en el ámbito popular, al beber vino, liberamos endorfinas, relajándonos y disfrutando más del momento. Sin embargo, esto ha resultado ser una generalización de lo que expone el artículo publicado en la revista Investigación y Ciencia.
5. (No) combate el colesterol
Por su contenido de polifenoles, siendo uno de ellos el resveratrol, se consideraba que el vino tinto era capaz de aportar antioxidantes para cuidar la salud de los vasos sanguíneos, lo que supuestamente ayudaría a prevenir la formación de coágulos y reduciendo el llamado colesterol ‘malo’.
Descubre: 5 claves para controlar el colesterol
6. (No) es un aliado para la salud cardiaca
Además de los polifenoles ya mencionados, en el ámbito popular se consideraba que el vino tinto era una bebida recomendable porque se decía que contenía vitamina E, que ayudaría a ‘limpiar’ la sangre, evitar coágulos y proteger la salud de los tejidos de los vasos sanguíneos. Sin embargo, esto no es más que una creencia popular.
¿Ni siquiera una copa al día?
Aitor Sánchez, nutricionista y autor de Mi dieta cojea y otras obras, en una entrevista responde a la duda de si es recomendable beber una copa de vino tinto al día:
- “El vino y la cerveza ‘per se’ no tienen ningún beneficio en nuestra dieta a pesar de que se ha repetido hasta la saciedad”.
- En cambio, sí existe multitud de evidencia científica de que el consumo de vino tinto y otras bebidas alcohólicas –sea cual sea– a diario es perjudicial para la salud. Aún cuando sea por ‘copitas’.
- Lo ideal es mantener una dieta saludable y esporádicamente tomar algún vaso de vino o cerveza. La moderación en el consumo de alcohol y la dieta es lo que brindará los beneficios a la salud, no ese vaso de alcohol, por sí solo.
Por ende, ni aún bebiendo solo ‘una copita’ de vino tinto al día podríamos tener una mejor salud. Al contrario, aumentaríamos el riesgo de desarrollar dependencia, así como de sufrir daños hepáticos y en otros sistemas del organismo, incluyendo el cerebro.
Licenciada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 2012 (especialidad: médica cirujana). Tiene especialidad en Cirugía General, otorgada por el Hospital Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social en 2016. Posteriormente, hizo una estancia en Cirugía Hepatobiliopancreática en el Hospital Clinic de Barcelona y un Máster Universitario en Investigación en Medicina Traslacional en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha participado en congresos nacionales e internacionales y ha realizado varios cursos relacionados con el área médica. Tiene certificaciones de cirugía general, enfermedades digestivas, hepáticas y pancreáticas. Ha hecho investigaciones en materia de educación médica. Durante su trayectoria ha presentado ponencias y carteles en congresos internacionales y ha publicado artículos de investigación en revistas científicas mexicanas e internacionales. Cuenta con experiencia profesional de más de 5 años en la medicina pública y privada, así como en la investigación básica y clínica. Además, cuenta con experiencia docente como profesora universitaria.