Cómo prepararte para enfrentar el proceso de divorcio
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
Terminar con una relación de pareja nunca es sencillo. Pero, sin duda, el proceso es aún más complicado cuando se trata de un matrimonio. La complejidad del proceso de divorcio es igual sin importar si tienes hijos o no. Por eso, tener claro algunos pasos para mantenerte emocionalmente segura es vital.
Después de todo, el hecho de que un matrimonio no funcione no significa que tú o tu pareja seáis malas personas. En algunas ocasiones, simplemente, dos personas no deben estar juntar por el daño que se producen mutuamente.
1. Asegúrate de haber hecho todo lo posible por evitar llegar al proceso de divorcio
Antes de romper por completo tu matrimonio, pregúntate si has hecho tu mejor esfuerzo por salvarlo y sé honesta. Lo último que querrás es que al pasar los años voltees la vista atrás y te des cuenta que te cerraste a toda posibilidad.
El primer paso es darte un tiempo para pensar. ¿Tu pareja te fue infiel? ¿Sientes que ya no hay nada en común entre ustedes? Aléjate un poco de la situación y evita toda decisión mientras estás enojada.
Luego, si el motivo para iniciar el proceso de divorcio te sigue pareciendo tan grave, procura ir a terapia de pareja. Piensa que la mayoría de las veces este recurso es el mejor para aclarar expectativas y fijar nuevos límites y retos como pareja. Aunque terminar con un matrimonio es relativamente fácil, no siempre es el recurso correcto.
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2. Aléjate un poco de la situación
Si ya pasaste por todo el proceso de la terapia de pareja y simplemente no hay nada más que hacer, date un período para ti. Es necesario que el proceso de divorcio lo enfrentes en un estado mental de paz y de calma.
Sin embargo, llegar a este punto no será sencillo. Por eso, lo mejor es tomarte un tiempo fuera de tu ambiente. Una buena opción es irte de viaje unos días, tal vez un fin de semana. Esto, te dará la oportunidad de enfrentar todas las emociones negativas comunes de la situación: tristeza, estrés, enojo, decepción.
Permítete llorar y sacar todo lo que sientes. Si lo necesitas, ve acompañada de una amiga, hermana o familiar que te pueda escuchar sin criticar ni opinar de más. Esto te permitirá entender cuáles son los siguientes pasos y despejar tu mente para enfrentar el proceso legal de la mejor forma.
3. Acepta que habrá malos días
Aunque creas que ya entendiste lo que viene y que ya desahogaste tus emociones negativas siempre tendrás esos malos ratos, así que no los trates de esquivar. Es común tratar de evitarlos con comida, alcohol, medicamentos o sexo.
Claro que estas alternativas no son las mejores y solo empeorarán tu situación emocional. Cuando lleguen los malos días debes estar preparada. Lo mejor es, simplemente, parar un poco y permitir que tus emociones se liberen.
¿Quieres llorar? Pues llora. ¿Estás muy enfadada? Sal a correr o golpea un cojín. En serio, no tiene nada de malo aceptar eso. Si tienes hijos, tal vez no quieras que te vean así o quieres que estén alejados del proceso de divorcio. En ese caso, pide ayuda a alguien de toda tu confianza para que los cuide ese día.
4. Prepara tus finanzas
Seguramente ahora mismo no estás pensando en los aspectos materiales, pero es necesario que empieces cuanto antes. Es vital que busques toda la asesoría especializada que puedas. Lo básico sería un abogado y un contador que te ayuden a prevenir eventualidades.
Tal vez pienses que estos especialistas no tienen nada que ver con la parte emocional, pero te equivocas. Contar con su ayuda te facilitará las cosas y evitará que las emociones te saquen de control al tomar decisiones.
Deja que estos expertos se hagan cargo de todo lo que puedan. Piensa en ello como una inversión para tu confianza y tu comodidad.
5. Habla con tus hijos sobre el proceso de divorcio
Incluso si las cosas van mal en casa, iniciar el proceso de divorcio es un gran reto para los pequeños. Muchos padres optan por evitar el tema creyendo que lo contrario ocasionará dudas y confusiones en sus pequeños. Sin embargo, este es un gran error. Para los niños, descubrir que papá se ha ido puede ocasionarles más dudas y problemas. Es común que al enfrentarse a estas situaciones ellos crean que ha sido su culpa.
Para evitarlo, procura que entiendan la nueva situación. Lo más importante es que sepan que no ha sido culpa suya y que nadie está enfadado con ellos. Una buena idea es acudir a terapia o que un especialista en psicología infantil les explique lo que está pasando. También debes asegurarte de preguntarles específicamente las dudas que tienen y aclararlas.
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6. Crea una nueva rutina tan pronto como puedas
¿Cada sábado solían cenar en casa de tus suegros? ¿Papá llevaba a los peques a la clase de natación? Es seguro que muchas de las cosas que ahora daban por sentado serán imposibles de mantener. Pensando en ello, es importante que tan pronto como puedas crees nuevos hábitos.
Al establecer estas rutinas, también considera si tu ex pareja puede y quiere jugar un papel con tus hijos. Si no tienes hijos, es momento de retomar esos viejos pasatiempos que dejaste de lado al casarte.
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