¿Por qué te empeñas en cambiar a tu pareja?
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
Tratar de cambiar a tu pareja es un error. Si sigues con ella es porque, supuestamente, la amas y respetas sus defectos, por lo que puede que tus motivos internos sean otros.
¿Va todo bien en la relación? ¿ha ocurrido algo que te haya hecho ver lo vuestro con otro prisma? Es importante que reflexiones al respecto.
No obstante, has de tener algo en cuenta: la perfección no existe. Si tu pareja te respeta, te hace sentir bien y te sientes feliz a su lado, deberías valorar sus cualidades y potenciarlas, no criminalizarle por sus defectos.
Profundicemos en este tema.
Cambiar a tu pareja te hace gastar energía
Te has enamorado de alguien idealizado cuyos defectos apenas te parecían perceptibles al principio de la relación. Pero, ¿qué pasa con el tiempo?Con el paso de los años, esas mariposas que antes revoloteaban en abundancia en tu estómago ahora empiezan a escasear. Llega el momento en el que la magia del principio desaparece y ya lo conoces todo sobre la persona que tienes a tu lado.
Sin embargo, jamás encontrarás a alguien que se adapte de manera perfecta a lo que tú quieres. Y es que las personas son diferentes y todas tienen virtudes y flaquezas.
Lo hermoso de enamorarse es que el amor puede más que cualquier elemento molesto. Es lo que hace especial a la persona que tienes a tu lado.
De hecho, intentar modificar a alguien es algo que te desgastará. Si es manipulable lo tienes muy fácil, aunque te cansarás de la situación por ver al amor de tu vida como alguien sin personalidad.
En el caso de que tu pareja no se deje cambiar, surgirán conflictos que te agotarán porque, en realidad, no tienen sentido. Eso que ahora le recriminas, ya lo hacía antes, pero no lo veías.
Deja a un lado la crueldad
Desear cambiar a tu pareja es un comportamiento cruel, frustrante y bastante egoísta por tu parte. No te enamoras de alguien hecho tal y como tú quieres, sino de una persona única, auténtica, con personalidad propia.
Cuando le quieres arrebatar todo eso, cuando deseas que termine con un hábito que te molesta, pero que no habías apreciado hasta ahora, estás acabando con la relación. Sin quererlo, pensando que estás haciendo algo positivo, estás minando ese bonito vínculo que ambos habíais creado.
Vendrán las recriminaciones, los sentimientos de culpa, las crueles palabras y otros tantos momentos que empezarán a resultar dañinos.
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Cada uno decide sus cambios
Es cierto que es importante que tu pareja y tú mismo os digáis aquellas cosas en las que falláis, errores que cometéis y que podrían mejorar. Sin embargo, la opción de decidir si se produce el cambio o no es de la propia persona.
A veces, es imprescindible que nos abran los ojos o que nos den un pequeño toque de atención para poder mejorar como personas, no para transformarnos en lo que otros quieren que seamos. Aquí reside la diferencia.
Tal vez el problema seas tú, y no el otro
Si todo lo que hace tu pareja te molesta de manera irremediable lo más probable es que el problema no lo tenga ella, sino tú. Tal vez ya no sientas lo mismo que antes y eso te haya entristecido. Quizás estés cansado o ambos os hayáis acomodado hasta el punto de no esforzaros por la relación.
Estas no ruedan solas. Hay que empujarlas para que sigan hacia adelante. Al principio, todo parece sencillo, pero con el tiempo uno se da cuenta de que, para que algo se mantenga en el tiempo, hay que cuidarlo con esmero.
La perfección no existe
Intentar cambiar a tu pareja no te traerá más que disgustos. Es una actitud bastante tóxica que no aportará nada bueno. Comunicarse con el otro y hablar las cosas puede ser mucho mejor.
No obstante, lo que sí sería muy recomendable es aprender a ver a través del aleteo de las mariposas de los primeros meses de la relación. No conviertas tu vida en una fantasía: la realidad es mucho mejor y la tienes delante.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.