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5 hábitos para dormir mejor después de los 50 años

3 minutos
La producción de melatonina disminuye con la edad, pero ajustar tu rutina nocturna puede contrarrestar estos cambios. La clave está en la regularidad, la gestión de la luz y la preparación mental para el descanso.
5 hábitos para dormir mejor después de los 50 años
Escrito por Valentina Vallejo
Última actualización: 15 septiembre, 2025

Con el paso de los años, tu cuerpo experimenta cambios fisiológicos que afectan directamente al descanso. La producción de melatonina, la hormona que le indica al cuerpo que es hora de dormir, tiende a disminuir. Además, la “arquitectura del sueño” se modifica: pasas menos tiempo en fases profundas, las más reparadoras a nivel físico y mental, y más en fases ligeras. Esto te hace más propenso a los despertares nocturnos.

El estilo de vida también juega un papel crucial. Una menor actividad física, cambios en los horarios por la jubilación o nuevas preocupaciones pueden alterar tu reloj biológico interno, dificultando la conciliación o el mantenimiento del sueño. Para preservar una buena calidad de descanso después de los 50 años, te presentamos cinco hábitos nocturnos fundamentales.

1. Sincroniza tu reloj interno

Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluyendo los fines de semana. Esta constancia es el estímulo más potente para reforzar tu ritmo circadiano. Al mantener un horario fijo, “entrenas” a tu cerebro para que anticipe los períodos de descanso y actividad, optimizando la liberación de hormonas como el cortisol por la mañana (para despertarte) y la melatonina por la noche (para dormir).

2. Prepara tu mente para el descanso

Apaga todas las pantallas (televisión, móvil, tableta, ordenador) al menos una hora antes de acostarte. La luz azul que emiten estos dispositivos es particularmente eficaz en suprimir la producción de melatonina, ya que engaña a tu cerebro haciéndole creer que todavía es de día. Sustituye este hábito por actividades que promuevan la relajación, como leer un libro con una luz cálida, escuchar música suave, un pódcast tranquilo o practicar estiramientos suaves.

3. Organiza tu entorno para favorecer el sueño

El dormitorio debe ser un espacio dedicado exclusivamente al descanso, libre de estímulos que interfieran con el sueño. Para lograrlo, es fundamental mantener una oscuridad total, utilizando cortinas opacas o un antifaz que bloquee incluso las fuentes de luz más tenues.

El silencio también juega un papel clave: si hay ruidos externos difíciles de controlar, se recomienda el uso de tapones para los oídos o dispositivos de ruido blanco que ayuden a neutralizarlos. Además, una temperatura fresca —idealmente entre 18 y 21 °C— favorece el inicio del sueño, ya que el cuerpo necesita reducir su temperatura central para entrar en un estado de reposo profundo. 

4. Evita comidas y bebidas que alteren tu sueño

Evita las comidas pesadas, la cafeína y el alcohol en las tres horas previas a dormir. Una digestión activa puede mantenerte despierto, mientras que la cafeína es un estimulante que puede permanecer en tu sistema durante horas. Aunque el alcohol puede producir somnolencia inicial, interrumpe el ciclo del sueño más tarde, provocando despertares y un descanso de peor calidad. También es recomendable limitar la ingesta de líquidos justo antes de acostarte para reducir las visitas al baño.

5. Realiza el ritual de “vaciado mental”

Dedica diez minutos a realizar una “descarga de pensamientos”. Coge un cuaderno y anota cualquier preocupación que tengas en mente o la lista de tareas pendientes para el día siguiente. Este simple acto de externalizar los pensamientos evita que den vueltas en tu cabeza cuando intentas conciliar el sueño. Le das a tu cerebro el permiso para “olvidarse” de ellos hasta la mañana siguiente.

No dormir bien de forma constante no solo genera cansancio y falta de concentración durante el día. A largo plazo, aumenta el riesgo de problemas de memoria, cambios de humor, debilitamiento del sistema inmunológico, entre otras enfermedades.  Por eso, cuidar tu descanso es esencial y pequeños cambios en la rutina pueden marcar una gran diferencia.

Para empezar, no intentes aplicar los cinco hábitos de una sola vez. Elige uno, el que te resulte más sencillo o más necesario, e intégralo en tu rutina durante una semana. La desconexión digital suele ser el que ofrece resultados más rápidos. Una vez que lo hayas consolidado, suma el siguiente.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.