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Begoña del Campo Zafra, psicóloga: “El cerebro es adicto a las emociones, pero reprogramarlo es así de fácil”

3 minutos
Tu cerebro sabotea tus hábitos sin que lo notes y es porque sufre una "adicción biológica". Así puedes reprogramarlo para cambiar de verdad
Begoña del Campo Zafra, psicóloga: “El cerebro es adicto a las emociones, pero reprogramarlo es así de fácil”
Escrito por Estefanía Filardi
Publicado: 02 noviembre, 2025 14:00

¿Cuántas veces has intentado modificar un hábito, pero te resulta imposible? Lo sabemos, tienes toda la intención de cambiar, pero hay una fuerza invisible que te detiene. Quizás piensas que eres débil y que no tienes fuerza de voluntad. Sin embargo, detrás de todo está tu sistema límbico protegiéndote.

La psicóloga y master en neuropsicología Begoña del Campo Zafra explica que existe un complejo proceso neuronal que guía hasta el 95 % de nuestras acciones. Estas ocurren en una especie de piloto automático, guiadas por programas que se han instalado desde la infancia en nuestro cerebro. Y los hábitos son elementos clave, pues afianzan conductas y pensamientos y van alterando nuestra química corporal.

De acuerdo con la especialista, “Tu cuerpo se ha vuelto adicto a la química de las emociones que producen determinados pensamientos, y por eso te cuesta tanto cambiar”. Esta afirmación te ayudará a comprender mejor cómo funciona tu mente y, lo mejor, reprogramarla de manera fácil.

La batalla entre el deseo y la supervivencia

Cada acción o emoción que tienes genera una reacción química en el cuerpo, por ejemplo, las cosas placenteras segregan dopamina y las negativas cortisol. Con el tiempo, tus células se habitúan a esos químicos.

Begoña explica que el cerebro automáticamente genera pensamientos que liberan esas sustancias, por lo que sucumbir ante un comportamiento indeseado no es un fallo en tu voluntad, sino una “adicción biológica”.

Muchos de esos “malos hábitos” pueden ser un mecanismo de defensa inconsciente de tu cerebro para protegerte. Míralo de esta manera. Dormir hasta tarde te produce placer, aunque quieras madrugar, tu mente te dice que lo mejor es quedarse en cama.

Lo mismo sucede con las golosinas, son más sabrosas y fáciles de elegir que una opción más saludable. En seguida, surgen los pensamientos que te inducen a seguir en lo conocido, es decir, aquello que le proporciona dopamina.

Con todo lo anterior claro, puedes entender la idea central de Begoña: existe una “pugna” interna entre tu parte consciente que ansía el cambio y tu sistema límbico que vela por tu supervivencia y comodidad y activa distintos mecanismos para que no salgas de la zona segura.

Cualquier nueva rutina, por más positiva que sea, es percibida como una amenaza. Por ello, tu cerebro enviará señales para que desistas. La buena noticia es que se trata de órgano increíblemente moldeable a cualquier edad y esos programas ya instalados pueden ser sustituidos por otros.

Las herramientas prácticas para engañar a tu mente

Begoña enseña tres tácticas efectivas, pero antes de aplicarlas advierte que para que puedan tener un efecto transformador necesitas identificar por qué quieres cambiar ese comportamiento, qué es lo que te motiva de hacerlo y cuál es la emoción que sientes al pensar en ello. Luego haz lo siguiente:

  • Habla a tu cerebro con amor y humor: la culpa y los regaños solo generan más resistencia. Entiende que solo quiere cuidarte, así que mejor busca cooperar con él. Según Begoña prueba decir esto: “Sé que lo haces para protegerme, pero vamos a probar esto nuevo”.
  • Visualiza con intención: tu mente no distingue entre la realidad y la imaginación detallada y emotiva, así que úsalo a tu favor. Visualízate cumpliendo ese nuevo hábito, y explora las emociones positivas de ese logro. De ese modo entrenas tu radar interno para percibir nuevas oportunidades alineadas a lo que de verdad deseas.
  • Reprograma a tu cerebro con audios: al despertar y justo antes de dormir son los mejores momentos del inconsciente para recibir información. Aprovéchalos para escuchar audios que refuercen tus nuevas rutinas y modifiquen creencias limitantes.

Por último, ten presente que la clave de tu éxito está en la consistencia y autocuidado. Da pequeños pasos y ante un traspié sé amable contigo mismo. Tu mente es maleable, solo ten paciencia.

¿Cuántas veces has intentado modificar un hábito, pero te resulta imposible? Lo sabemos, tienes toda la intención de cambiar, pero hay una fuerza invisible que te detiene. Quizás piensas que eres débil y que no tienes fuerza de voluntad. Sin embargo, detrás de todo está tu sistema límbico protegiéndote.

La psicóloga y master en neuropsicología Begoña del Campo Zafra explica que existe un complejo proceso neuronal que guía hasta el 95 % de nuestras acciones. Estas ocurren en una especie de piloto automático, guiadas por programas que se han instalado desde la infancia en nuestro cerebro. Y los hábitos son elementos clave, pues afianzan conductas y pensamientos y van alterando nuestra química corporal.

De acuerdo con la especialista, “Tu cuerpo se ha vuelto adicto a la química de las emociones que producen determinados pensamientos, y por eso te cuesta tanto cambiar”. Esta afirmación te ayudará a comprender mejor cómo funciona tu mente y, lo mejor, reprogramarla de manera fácil.

La batalla entre el deseo y la supervivencia

Cada acción o emoción que tienes genera una reacción química en el cuerpo, por ejemplo, las cosas placenteras segregan dopamina y las negativas cortisol. Con el tiempo, tus células se habitúan a esos químicos.

Begoña explica que el cerebro automáticamente genera pensamientos que liberan esas sustancias, por lo que sucumbir ante un comportamiento indeseado no es un fallo en tu voluntad, sino una “adicción biológica”.

Muchos de esos “malos hábitos” pueden ser un mecanismo de defensa inconsciente de tu cerebro para protegerte. Míralo de esta manera. Dormir hasta tarde te produce placer, aunque quieras madrugar, tu mente te dice que lo mejor es quedarse en cama.

Lo mismo sucede con las golosinas, son más sabrosas y fáciles de elegir que una opción más saludable. En seguida, surgen los pensamientos que te inducen a seguir en lo conocido, es decir, aquello que le proporciona dopamina.

Con todo lo anterior claro, puedes entender la idea central de Begoña: existe una “pugna” interna entre tu parte consciente que ansía el cambio y tu sistema límbico que vela por tu supervivencia y comodidad y activa distintos mecanismos para que no salgas de la zona segura.

Cualquier nueva rutina, por más positiva que sea, es percibida como una amenaza. Por ello, tu cerebro enviará señales para que desistas. La buena noticia es que se trata de órgano increíblemente moldeable a cualquier edad y esos programas ya instalados pueden ser sustituidos por otros.

Las herramientas prácticas para engañar a tu mente

Begoña enseña tres tácticas efectivas, pero antes de aplicarlas advierte que para que puedan tener un efecto transformador necesitas identificar por qué quieres cambiar ese comportamiento, qué es lo que te motiva de hacerlo y cuál es la emoción que sientes al pensar en ello. Luego haz lo siguiente:

  • Habla a tu cerebro con amor y humor: la culpa y los regaños solo generan más resistencia. Entiende que solo quiere cuidarte, así que mejor busca cooperar con él. Según Begoña prueba decir esto: “Sé que lo haces para protegerme, pero vamos a probar esto nuevo”.
  • Visualiza con intención: tu mente no distingue entre la realidad y la imaginación detallada y emotiva, así que úsalo a tu favor. Visualízate cumpliendo ese nuevo hábito, y explora las emociones positivas de ese logro. De ese modo entrenas tu radar interno para percibir nuevas oportunidades alineadas a lo que de verdad deseas.
  • Reprograma a tu cerebro con audios: al despertar y justo antes de dormir son los mejores momentos del inconsciente para recibir información. Aprovéchalos para escuchar audios que refuercen tus nuevas rutinas y modifiquen creencias limitantes.

Por último, ten presente que la clave de tu éxito está en la consistencia y autocuidado. Da pequeños pasos y ante un traspié sé amable contigo mismo. Tu mente es maleable, solo ten paciencia.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.