Blefaritis: causas, síntomas y tratamiento
Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli
La blefaritis se define como la inflamación del borde del párpado. Es importante recordar que en el borde del párpado existen varias glándulas responsables de secretar sustancias. Algunas de estas glándulas producen grasa y se conocen como glándulas de Meibomio cuya disfunción es la causa más frecuente de blefaritis.
Cuando las glándulas de Meibomio se obstruyen, no se puede llevar a cabo el correcto drenaje de las secreciones y proliferan bacterias típicas de la piel.
Por norma general, afecta a los dos párpados del paciente, sobre todo, en la región donde nacen las pestañas. Esto se debe a que es la localización más frecuente de las glándulas de Meibomio.
Actualmente, la blefaritis es una de las alteraciones visuales más frecuentes. Asimismo, afecta al sexo masculino y al femenino por igual. Por otra parte, puede aparecer durante cualquier periodo de vida del paciente.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la blefaritis?
Generalmente, los pacientes con este trastorno desarrollan una serie de señales características. Por ejemplo, entre los síntomas más comunes podemos destacar:
- Fotosensibilidad o sensibilidad a la luz.
- Ojos rojos y lagrimeo constante. Asimismo, el individuo puede mostrar ojos secos debido a las alteraciones para mantener el globo ocular hidratado.
- Hinchazón en los párpados. También suelen adquirir una tonalidad rojiza y una textura grasienta.
- Parpadeo frecuente acompañado de un escozor o incomodidad. El paciente describe esta sensación como si tuviera arena en los ojos.
Otros síntomas también bastante frecuentes incluyen:
- Alteraciones en las pestañas. Por norma general, se produce una pérdida de pestañas o nacen en una dirección errónea (pestañas desviadas).
- Piel seca y descamada en las zonas próximas a los ojos y en los párpados. Si el problema se mantiene en el tiempo, es posible que se formen cicatrices a largo plazo.
- Presencia de legañas duras en forma de costra por las mañanas.
- Orzuelo. Se trata de un bulto que se sitúa en la zona de nacimiento de las pestañas. Suele ser resultado de una infección en la zona y produce molestias en el sujeto.
- Chalazión. Cuando las glándulas sebáceas se infectan, se forma un bulto que comprende tanto la parte externa como interna del párpado. En este caso, el resultado es la inflamación del párpado y suele presentar un tono rojizo.
- Conjuntivitis de forma habitual o crónica.
- Problemas en la córnea resultado de la irritación de esta capa o de otras lesiones derivadas.
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¿Cuáles son las posibles causas de la blefaritis?
Actualmente, el equipo médico no ha sido capaz de identificar la causa exacta de este trastorno. Sin embargo, los especialistas afirman que existe una serie de factores o desencadenantes de la blefaritis. De esta manera, las causas más frecuentes son:
- Obstrucción de las glándulas sebáceas de los párpados. Esta alteración suele deberse a una infección bacteriana. También es posible que su funcionamiento no sea adecuado por causas desconocidas.
- Dermatitis seborreica u otros trastornos de la piel como por ejemplo la rosácea.
- Presencia de ácaros, piojos u otros seres vivos en las pestañas que puedan dañar esta región.
- Reacciones alérgicas a compuestos para los ojos, como medicamentos, maquillaje, etc.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado contra la blefaritis?
En primer lugar, se realizará el diagnóstico de la blefaritis (el equipo médico utilizará una serie de pruebas médicas para ello). A continuación, los especialistas estudiarán las opciones de tratamiento más adecuadas para cada paciente. Entre los métodos terapéuticos más utilizados se encuentran:
- Tratamiento de la alteración subyacente. Es el caso de la rosácea y de la dermatitis seborreica.
- Medicamentos antibióticos para tratar la infección bacteriana en las glándulas sebáceas. Normalmente se aplican de forma local (mediante gotas o cremas). También se pueden administrar por vía oral.
- Fármacos antiinflamatorios para reducir la hinchazón en los ojos. Se encuentran en forma de gotas o ungüentos.
- Uso de lágrimas artificiales en el caso de ojos secos.
- Antihistamínimos en caso de que el desencadenante sea una alergia.
Otro tratamiento importante consiste en el cuidado personal. Se realiza de dos a cuatro veces por día y consta de los siguientes pasos:
- Colocar sobre los párpados una compresa o gasa mojada durante unos minutos. De esta manera, las costras se desprenden con facilidad al quitarlas con un nuevo paño húmedo.
- Limpiar el borde del párpado frotando suavemente con otra compresa con agua.
- Aclarar de forma abundante con agua tibia. Finalmente, para secar la zona correctamente se darán suaves golpes con una toalla limpia.
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