Bradipnea: causas y tratamientos

La bradipnea puede causar cansancio, debilidad, mareo y confusión, entre otros síntomas. Te explicamos por qué se produce y cómo se trata.
Bradipnea: causas y tratamientos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 09 julio, 2023

La bradipnea es un término médico que se utiliza para referirse a una frecuencia respiratoria más baja de lo normal. La respiración es el proceso por el que los pulmones realizan el intercambio gaseoso. Con ella, el organismo libera dióxido de carbono al exterior y capta oxígeno.

El oxígeno es fundamental para que las células puedan realizar sus funciones. Cuando hay menos respiraciones de lo habitual se acumula más dióxido de carbono y se reduce la cantidad de oxígeno, lo que puede tener consecuencias complejas.

La bradipnea tiene múltiples causas y no todas ellas son malignas. No obstante, en determinadas situaciones puede ser indicativo de gravedad. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el tema.

¿En qué consiste la bradipnea?

La palabra ‘bradipnea’ proviene del griego. Bradys significa ‘lentitud’ y pnein significa ‘respirar’. Según explica un artículo de la Clínica Universidad de Navarra, este término médico se emplea para referirse a una frecuencia respiratoria más baja de lo normal.

La normalidad se determina en función de la edad y del nivel de actividad de cada persona. En un adulto, respirar entre 12 y 20 veces por minuto se considera normal. Cuando la frecuencia se encuentra por debajo de 12 hay bradipnea.

Además, se suele considerar el cuadro cuando se mantiene durante más de 2 minutos. El problema es que este término tiende a confundirse con otros, como la apnea o la disnea.

La disnea hace referencia a la dificultad para respirar o la sensación de falta de aire. La apnea, por su lado, consiste en el cese de la respiración de forma temporal. Tanto la bradipnea como la apnea aparecen en ciertas personas durante el sueño.

El opuesto a la bradipnea es la taquipnea. En este caso, la frecuencia respiratoria va más rápido de lo normal, lo que puede conllevar problemas. Se considera que una persona está taquipneica cuando respira más de 25 veces por minuto.

Tal y como afirma un artículo de la Fundación Argentina del Tórax, una de las causas más frecuentes de la respiración lenta es la intoxicación por alcohol. No obstante, puede haber muchas otras, como explicaremos en el siguiente apartado.

¿Cuáles son las causas de la bradipnea?

La bradipnea como tal no es una patología, sino un signo o síntoma que puede aparecer en numerosas situaciones. Como hemos señalado en el apartado anterior, una de las principales causas es la intoxicación por alcohol.

Esto se debe a que el alcohol actúa sobre el centro de la respiración, inhibiéndolo. Dicha acción provoca que la respiración se ralentice. No obstante, no es la única sustancia que puede dar lugar a este problema. Hay muchas otras drogas, como los opioides, que también se asocian a ello.

De hecho, la combinación entre las benzodiacepinas y el alcohol se considera uno de los factores más importantes de riesgo de depresión respiratoria. Las benzodiacepinas son fármacos ansiolíticos que se usan de forma muy extendida en la población.

Alcohol en el sistema nervioso central causa bradipnea.
El alcohol es un depresor de la respiración por su acción en el sistema nervioso central.

Otras sustancias asociadas a bradipnea

La bradipnea puede aparecer a consecuencia de múltiples sustancias. Otro de los tóxicos más importantes es el monóxido de carbono.

Se utiliza con relativa frecuencia para suicidarse. Es un gas que puede causar la muerte cuando se respira a altas concentraciones, debido a que produce disminución de la frecuencia respiratoria e intoxicación.

Ciertos medicamentos que se emplean para realizar procedimientos quirúrgicos que pueden causar una respiración lenta. Por ejemplo, los relajantes musculares (que suelen ser benzodiacepinas), los anestésicos o los tratamientos para el dolor (derivados opioides). Por lo tanto, es importante realizar un seguimiento posterior.

Problemas encefálicos

La respiración es un proceso complejo que es coordinado por diferentes partes del encéfalo. La respiración consciente está determinada por el cerebro. No obstante, en el tronco encefálico también existen centros respiratorios.

Estos centros permiten mantener la respiración en ciertas condiciones en las que el cerebro sufra alguna alteración. Por ejemplo, cuando hay un tumor o una lesión traumática. No obstante, desencadenan una respiración lenta si toman el control del acto.

Desequilibrios electrolíticos y hormonales

Como hemos explicado, hay muchos factores que influyen sobre la frecuencia y la profundidad de la respiración. Otro de los motivos por los que puede aparecer bradipnea es el desequilibrio de ciertos electrolitos, como el potasio o el calcio.

También aparece en determinadas enfermedades metabólicas, como el hipotiroidismo. Las hormonas tiroideas se encargan de regular el consumo energético y la temperatura corporal, entre otros procesos. Cuando están más bajas de lo normal puede ser que disminuya la frecuencia respiratoria.

Factores de riesgo para sufrir bradipnea

Un artículo publicado en EcuRed explica una serie de factores que aumentan el riesgo de sufrir bradipnea. Algunos de ellos son la edad avanzada, el tabaquismo o padecer enfermedades cardíacas. Lo mismo ocurre cuando una persona entra en shock.

También se ha relacionado con una temperatura corporal muy baja (hipotermia) y con las personas que realizan ejercicio intenso de forma habitual. En este último caso no tendría por qué implicar gravedad.

Síntomas y complicaciones de la bradipnea

La bradipnea puede alterar los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono en el cuerpo. La mayoría de los síntomas que aparecen se deben a la falta de oxígeno. Es frecuente que haya fatiga, debilidad, confusión o aturdimiento.

Además, las personas suelen sentirse mareadas o tener una sensación inminente de desmayo. El dolor de cabeza y en el tórax son otros signos comunes, al igual que una mala coordinación y los problemas de memoria.

El hecho de que disminuya el oxígeno en sangre puede conllevar complicaciones. Esto recibe el nombre de hipoxemia. Según explica un artículo de Bell Marra Health, la bradipnea aumenta el número de desmayos y de problemas cardíacos.

De hecho, los órganos y tejidos pueden sufrir daños severos. En los casos más graves causa paro cardíaco e incluso la muerte. Otras complicaciones son la acidosis respiratoria y la hipercapnia (niveles altos de dióxido de carbono en la sangre).

Mujer atleta con bradipnea.
Los atletas y deportistas pueden tener una bradipnea esperable y lógica para su entrenamiento que no representa riesgo.

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Tratamientos disponibles

La bradipnea no tiene por qué tratarse en todos los casos. Como hemos señalado, muchas veces aparece de forma benigna, ya sea en personas acostumbradas a una actividad física intensa o durante el sueño.

Por ello hay que discriminar en qué casos este signo sugiere gravedad. Depende de la causa y de las circunstancias de salud del paciente.

Por ejemplo, si la bradipnea se asocia a un problema cardíaco, sí suele ser necesario instaurar un abordaje médico. La idea es administrar el oxígeno que el cuerpo necesita. Para ello existen diferentes formas de ventilación artificial.

Por otra parte, si la causa de la bradipnea es un tóxico también suele requerirse tratamiento de soporte. En algunos casos se pueden emplear antídotos para la sustancia que haya provocado el cuadro. Es el caso de la intoxicación por benzodiacepinas, que se puede tratar con flumacenilo.

La bradipnea es un signo, no una enfermedad

Es importante que destaquemos de nuevo que la bradipnea consiste en una disminución de la frecuencia respiratoria. Se suele considerar cuando se realizan menos de 12 respiraciones por minuto a lo largo de más de 2 minutos.

La cuestión es que este síntoma puede aparecer por múltiples motivos, como una intoxicación por alcohol u otras drogas, o a consecuencia de ciertas patologías de base. No todos los casos sugieren un riesgo vital, por lo que hay que discernir cuál es la causa antes de instaurar un abordaje.


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