¿Cuál es la diferencia entre biodegradable y compostable?
Durante los últimos años, la consciencia sobre las prácticas cotidianas más amigables con el medioambiente se amplió de manera considerable. Esto llevó a que varias palabras relacionadas con el reciclaje se vuelvan de uso común. Sin embargo, con frecuencia se confunden ciertos términos y no se tiene en cuenta la diferencia entre biodegradable y compostable.
Ambas definiciones remiten a la forma en que se descompone un producto y de qué manera tiene lugar esa descomposición. Además, se tienen en cuenta las condiciones ambientales.
Pero no todos los procesos son iguales ni cualquier producto es apto para ambos. Por lo tanto, es conveniente conocer la diferencia entre biodegradable y compostable, para así conseguir acciones adecuadas que aporten a la protección ecológica.
¿Qué significa que un producto sea biodegradable?
Entre las acciones individuales que realizamos para cuidar el medioambiente se encuentra el consumo de productos biodegradables. Ya sea en el empaquetado de ciertos alimentos o en la composición de los mismos. Pero cuando aparece esta palabra, nos remite a un elemento que tiene en cuenta al planeta y a reducir los desperdicios que tardan años en degradarse.
A eso se refiere el término, a la degradación de los elementos, es decir, a su descomposición. El prefijo bio se relaciona con la vida, con los organismos. El resultado es un producto cuya descomposición ocurre en contacto con el medioambiente, con base a los elementos químicos que lo componen.
Esto ocurre gracias a la acción de algunos agentes biológicos, como hongos, plantas, bacterias y animales. Los productos biodegradables se descomponen bajo condiciones ambientales naturales sin intervención humana. Es importante evitar los que tardan años, e incluso décadas en desaparecer. Tal como sucede con el plástico.
¿Y los compostables?
Por otro lado, los productos compostables también se degradan en ámbitos naturales, pero bajo otras condiciones y en tiempos menores. Además, se encuentran relacionados con la formación de abono, es decir, la materia orgánica que nutre y evita la contaminación de los suelos.
El compost, en su proceso de degradación biológica, produce agua, dióxido de carbono y biomasa sin presencia de residuos tóxicos. Sin embargo, se trata de una transformación acelerada y controlada por el ser humano. Mediante las plantas de compostaje se generan las condiciones necesarias para que la biodegradación suceda más rápido.
Por este motivo, existen estrictas condiciones de regulación que determinan si un producto es compostable o no. En la Unión Europea, las mismas deben garantizar un 90 % de degradación, o sea, una conversión en dióxido de carbono en el lapso máximo de 6 meses.
Además, no debe contener más del 1 % de aditivos, entre los que se descartan elementos tóxicos que afecten el crecimiento de las plantas. Esto se debe a que el compostaje industrial está pensado para la transformación en abono, la producción y el cuidado de los suelos para la agricultura.
Diferencia entre biodegradable y compostable
Con estos conceptos, se puede establecer la diferencia entre biodegradable y compostable en la posible generación de materia orgánica. Además, en el tiempo de descomposición, ya que los productos compostables suelen demorar mucho menos.
De esta manera, se deduce que todos los productos compostables también son biodegradables, pero no al revés. Esto es debido a que ciertos elementos que pueden categorizarse como biodegradables no favorecen a la generación de compost o abono.
Por lo tanto, son aspectos que se deben tener en cuenta al momento de comprar, consumir y, sobre todo, desechar. La biodegradabilidad ocurre en diferentes condiciones ambientales y con procesos diversos. Cuando son aerobias, significa que se degradan en contacto con el oxígeno, mientras que la degradación anaeróbica sucede en ausencia del mismo.
Por otro lado, existe la biodegradabilidad en diferentes medios, como en el suelo, en compost o en medio acuoso. La degradación ocurre de distintas maneras según cada uno de estos ambientes.
Se modifican los tiempos y también las temperaturas en que sucede el proceso. Un producto se considera biodegradable cuando supera ciertos estándares establecidos por las normas de cada país.
Considerar la diferencia entre biodegradable y compostable para frenar la crisis climática
Está claro que las condiciones ambientales del planeta están sufriendo graves modificaciones que generan un aumento de la temperatura global con efectos devastadores. En la COP26, última cumbre contra el cambio climático de las Naciones Unidas, se volvieron a reafirmar metas enfocadas en el Acuerdo de París.
Las mismas pretenden mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados centígrados con respecto a los valores preindustriales. Se trata de una cifra estimada para evitar el punto de no retorno, cuando los daños ambientales en el planeta serían irreversibles.
Sin embargo, más allá de las decisiones políticas y de grandes corporaciones, existen un conjunto de acciones individuales que pueden aportar a la causa medioambiental. Entre ellas, el reciclaje. Por supuesto, el compost casero no tiene los mismos tiempos, procesos ni condiciones que sí tiene el compostaje industrial.
En el hogar se pueden utilizar restos de vegetales, de algunos alimentos y también recortes del jardín para generar abono, útil en la nutrición de plantas. Además, se reduce la producción de residuos caseros; una acción fundamental en el aporte cotidiano al medioambiente.
¿Qué producto corresponde a cada categoría?
El consumo consciente y las acciones cotidianas que se pueden tomar para reducir los residuos deben tener en cuenta los tiempos de degradación de cada elemento. Algunos, según sus materiales de composición, pueden demorar décadas en hacerlo, mientras que otros funcionan como abono para nutrir la tierra.
- Pilas y baterías. En los últimos años se intentaron dejar atrás los dispositivos a base de pilas, ya que tienen mínima capacidad de degradación y generan mucha contaminación.
- Aerosoles. Los tubos de los aerosoles demoran hasta 3 décadas en desaparecer.
- Bolsas de plástico. Un elemento de uso cotidiano y muy divulgado, pero que tarda 150 años en degradarse. Es importante eliminar su uso.
- Filtros de cigarrillos. Las colillas de los cigarrillos industriales pueden tardar hasta 2 años en desaparecer.
- Chicles. A pesar de ser una golosina común y sin aparente impacto ambiental, demora hasta 5 años en degradarse.
- Madera. Un material biodegradable. El tiempo del proceso depende de su composición.
- Lana. De origen animal, su condición es biodegradable.
- Papel. Se trata de un elemento que suele descomponerse en un lapso entre 2 y 5 meses, dependiendo de las condiciones ambientales.
- Frutas y verduras. Los elementos más ajustados a la rápida degradación y al compostaje.
- Carnes. Pueden ser útiles para el compost, aunque en las condiciones adecuadas. De lo contrario, es posible que atraigan olores y bacterias.
Llevar a cabo el reciclaje con la diferencia entre biodegradable y compostable
Es importante no confundir los productos biodegradables con la generación de residuos que se pueden desechar en el suelo o en cualquier lugar. Tampoco sucede lo mismo con los elementos compostables. Los procesos de degradación no ocurren bajo cualquier condición, por lo que nada debe arrojarse al suelo de la ciudad, a cualquier campo o a ríos, lagunas y mares.
Para asegurar la biodegradación en compost se deben generar las condiciones necesarias y controladas, debido a que fuera de las mismas, se pierden los procesos químicos naturales. Hay que tener en cuenta las clasificaciones oficiales de los organismos nacionales al momento de consumir productos aptos, tanto para la biodegradación como para el compostaje.
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