¿Cuál es la diferencia entre sexo y género?

Sexo y género no son términos sinónimos. En las próximas líneas te exponemos las razones. No dejes de leer.
¿Cuál es la diferencia entre sexo y género?
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Para la amplia mayoría de los siete mil millones de personas que habitan en la tierra existe un paralelismo entre sexo y género. Este es tal, que incluso utilizan ambos términos como sinónimos. Pensar que hay solo dos sexos (masculino y femenino) y que estos se corresponden con dos géneros (hombre y mujer) es simplista. Veamos cómo el problema es más complejo a través de la diferencia entre sexo y género.

Para los que defienden la distinción entre sexo y género, las etiquetas que se le atribuyen son insuficientes y, en todo caso, inabarcables. Es probable que asocies esta terminología con el movimiento LGTB+, aunque como veremos en las siguientes líneas, su uso lleva más años. Prepárate para reflexionar al respecto.

¿Cuándo surgió la diferencia entre sexo y género?

Aunque podemos encontrar alusiones y referencias anteriores, los trabajos de John Money y sus colegas (en 1955 y 1957) plantean por primera vez, con argumentos sólidos, el debate entre sexo y género. Podemos considerar sus ideas como las precursoras de que el sexo y el género apuntan hacia direcciones diferentes.

Más adelante, en 1979, la psicóloga feminista Rhoda Unger replanteaba el problema, asumiendo que el género debe interpretarse desde un prisma cultural, mientras que el sexo desde criterios biológicos. Desde entonces, el sexo y el género se han considerado, por algunos psicólogos y activistas, como dos términos con características diferenciadas.

A pesar de todo, no existe unanimidad sobre el uso de las etiquetas. Muchos especialistas utilizan sexo y género como sinónimos, mientras que otros simplemente no avalan una distinción. El tema ha sido puesto sobre la mesa a través del despertar generacional.

En ese sentido, hemos visto cómo han surgido términos como identidad de género, expresión de género, identidad sexual o expresión sexual. Todos estos beben de las fuentes que ya hemos expuesto, de manera que no dudamos en señalar que el debate no es una cuestión reciente.



¿Qué es el sexo?

Con las anteriores reflexiones como preámbulo, ya podemos proceder a explicar cuál es la diferencia entre sexo y género. Lo haremos, como no podría ser de otra manera, definiendo a qué se hace referencia cuando se alude a ellos de forma individual.

En términos generales, se entiende por sexo a los aspectos biológicos de un individuo que están determinados por su anatomía, sus hormonas, sus genes y sus cromosomas. El sexo se asigna al nacer y lo hace el equipo médico con base en estas características.

Es en este punto que entra en juego el concepto de binarismo sexual. Es decir, las etiquetas de hombre y mujer. Para la mayoría de las personas, su anatomía, sus hormonas, sus genes y sus cromosomas permiten catalogarlas como hombre o como mujer. Por supuesto, encontramos algunas excepciones.

Con la etiqueta intersexual se hace referencia a las personas que no se pueden catalogar bajo los estándares de hombre y de mujer. Ello, porque cuentan con características biológicas de ambos sexos. Se estima que el porcentaje de intersexuales varía entre 0,018 % y 1,7 %.

Hombre y mujer.
El sexo se fundamenta en características biológicas que se suelen determinar externamente al momento del nacimiento.

¿Qué es el género?

Contrario a lo que sucede con el sexo, para definir el género no se utilizan criterios biológicos. En cambio, se vale de argumentos sociales o psicológicos para regular el comportamiento, los atributos, el rol y las actividades de las personas.

Aunque ciertos grupos rechazan su uso, lo cierto es que también se utilizan etiquetas para categorizar los criterios inherentes al género. Estos se clasifican bajo el nombre de identidad de género y no existe un consenso sobre cuántos hay o cómo han de clasificarse.

La distinción más evidente la encontramos en paralelo con el sexo. Es decir, hombre y mujer. Sin embargo, existe un amplio panorama cultural o psicológico que impide catalogar a algunas personas bajo dichos estándares.

Algunas de las identidades de género más comunes son las siguientes:

Estas identidades se manifiestan a través de lo que se conoce como expresión de género. Con este término se hace referencia a las actitudes, comportamientos y acciones materiales que se expresan en la sociedad. La identidad de género no siempre se corresponde con la expresión de género.

Es importante señalar que ni el sexo ni el género guardan relación directa con la orientación sexual. Esto es, con las preferencias emocionales, románticas o sexuales hacia las demás personas. Las orientaciones sexuales son, entre otras, la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad.

Género y sexo.
El género es un concepto un poco más complejo que el de sexo y no hay acuerdo social unánime en varios de sus puntos.


¿Por qué es importante la diferencia entre sexo y género?

Tal y como hemos señalado al principio, la sociedad está construida sobre la base de dos géneros y dos sexos. Aunque en Occidente se ha logrado cierto avance al respecto, tanto desde el punto de vista social como legal, en realidad la compresión de la diferencia entre sexo y género no se ha asimilado por completo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el género es un catalizador para las inequidades sociales. Estas pueden ser tan o incluso más pronunciadas que las que se producen por la etnia, la religión, la ubicación geográfica, la edad y la orientación sexual. Todo esto se traduce en desigualdad y en alteraciones conductuales o psicológicas.

Por ejemplo, una persona puede verse forzada a ocultar su identidad de género cuando esta no se corresponde con su sexo. Lo hará, entre otras cosas, para evitar el estigma social, para conseguir un trabajo, adaptarse a los preceptos familiares o no contrariar a su religión. Como es de esperarse, esto derivará en depresión y, en casos más severos, en suicidio.

Los actos discriminatorios hacia la percepción del género vulneran los derechos humanos, hasta el punto de que algunos episodios terminan en violencia. En síntesis, conocer la diferencia entre sexo y género es importante en la medida en que se contrarresta la discriminación y la inequidad.


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