Dislexia
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
La dislexia se ha clasificado dentro de los trastornos específicos del aprendizaje de la lectura. Se caracteriza por problemas de precisión y fluidez para reconocer palabras, así como dificultad para deletrear.
Es otras palabras, las personas con dislexia tienen dificultades a la hora de leer y pronunciar las palabras que ven escritas. Este trastorno suele acompañarse también de problemas a la hora de escribir sin faltas de ortografía, y de dificultad para razonamientos matemáticos.
Es importante destacar que las personas con dislexia tienen un desarrollo intelectual normal. No tienen problemas con la lectura y la escritura debido a problemas intelectuales. Si no que dentro de un desarrollo completamente normal surge un problema específico, afectándose su capacidad para leer y escribir.
¿A quién afecta?
La dislexia es una enfermedad que se diagnostica durante la infancia en la mayoría de los casos. Aunque se detecta fácilmente en niños, es un trastorno que persiste en la edad adulta, lo que ocasiona serios problemas.
Los datos apuntan a que la dislexia afecta del 5 al 10% de la población. A nivel práctico: en una clase de educación primaria con unos 25 niños, aproximadamente, al menos 1 de ellos es disléxico.
¿Cómo afecta la dislexia a la vida de las personas?
Los primeros problemas surgen, obviamente, a partir de los primeros años de escolarización. Las dificultades para el aprendizaje de la lectura suponen una tremenda barrera para estos niños. No sólo a nivel académico, si no que, además, afecta a su desarrollo personal apareciendo muchas veces problemas de autoestima.
En muchos casos, estas dificultades generan un desinterés por la lectura. Las consecuencias de ello son:
- Vocabulario insuficiente o pobre.
- Problemas de comprensión lectora.
- Problemas para entender textos complejos, deducir y sacar conclusiones de los mismos.
Las personas con dislexia son conscientes de sus limitaciones, en la inmensa mayoría de los casos. Esto explica la frecuencia con la que estas personas sufren de baja autoestima, ansiedad, e incluso, depresión.
¿Por qué se produce la dislexia?
Para responder a esta interrogante, presentaremos a continuación, las respuestas paso a paso.
1. ¿Cómo leemos y escribimos las palabras?
A la hora de explicar cómo escribimos una palabra, la hipótesis más aceptada es la del modelo de doble ruta. Según este modelo, para escribir una palabra podemos:
- Recuperarla de la memoria, en el caso de palabras conocidas. Es lo que se denomina “ruta léxica”. Se basa en el almacén léxico visual ortográfico. Es decir, en la información que conservamos en la memoria de cómo hemos visto escrita una palabra. Por ejemplo, aprendemos cómo se escribe la palabra “baño”. La próxima vez que queremos escribirla, la recuperamos de nuestra memoria de nuestro “almacén de palabras”.
- La otra opción es convertir los fonemas que forman la palabra en grafemas. O lo que es lo mismo, convertir los sonidos en la representación gráfica que les corresponde. Esta es la opción empleada para escribir palabras nuevas.En los primeros años de la infancia se adquieren los conocimientos para realizar esta conversión de fonemas en grafemas. Aprendemos que a la letra “B” le corresponde un sonido, y que a la letra “S” le corresponde otro. Así podemos escribir palabras que no habíamos oído antes. De una manera muy simple, conocemos los sonidos que las forman, y simplemente los representamos.Esta teoría se apoya en los últimos hallazgos obtenidos por las pruebas de imagen del cerebro. ya que se ha conseguido demostrar la existencia de una base anatómica.
2. Y, ¿qué es lo que pasa en el cerebro?
De manera muy general, se puede decir que lo que sucede es que disminuyen las conexiones que deben establecerse entre las zonas del cerebro implicadas en el lenguaje.
3. ¿Cuáles son las zonas del cerebro implicadas en el lenguaje?
En primer lugar, el área de Broca. Esta se encuentra en el lóbulo frontal del hemisferio dominante. Es decir, en el izquierdo para la mayoría de la población, y en el derecho en un porcentaje de zurdos. De manera general, se encarga de la articulación de palabras, de la nominación y de la lectura en silencio.
En segundo lugar, el área de Wernicke. Se encuentra entre el lóbulo temporal y el parietal del hemisferio dominante. Sus funciones principales tienen que ver con el reconocimiento de las palabras habladas. Además, es la zona donde se almacenan las secuencias de sonidos que forman las palabras.
Y finalmente, existe un área en relación con las cortezas parietal y occipital cuya función es la formación de palabras.
Conociendo los procesos de lectura y escritura de las palabras, y las regiones del cerebro responsables de ellos, no es difícil comprender por qué cuando estas zonas se alteran aparece la dislexia.
¿Qué tipos de dislexia hay?
- Dislexia fonológica. Las personas con este tipo de dislexia utilizan la ruta visual; es decir, leen “visualmente” las palabras. Así, pueden leer fácilmente palabras ya conocidas, pero les resulta imposible leer palabras desconocidas.
- Dislexia superficial (visual). Las personas con este tipo de dislexia emplean la ruta fonológica. Así, leen las palabras a partir de las sílabas que las componen. Por tanto, tienen dificultades a la hora de leer palabras cuya pronunciación no se corresponde con su escritura.
- Dislexia profunda o mixta. Son los casos más graves, en los que se afectan las dos vías. El resultado son importantes dificultades para leer palabras, múltiples errores ortográficos e incluso confusión con el significado de diferentes palabras.
Tratamiento
El tratamiento de la dislexia es fundamental para paliar los posibles problemas a largo plazo, tanto académicos como emocionales. De hecho, se ha demostrado que los tratamientos rehabilitadores tienen una gran eficacia en estos niños.
El tratamiento generalmente consiste principalmente en:
- Refuerzo con profesores especializados.
- Tratamiento con Logopedas.
- Enseñanza monitoreada de técnicas de estudio.
- Fichas/ejercicios de refuerzo después de las clases.
El apoyo familiar también es de suma importancia para el tratamiento de la dislexia. No sólo motivando a estos niños, se logra que avancen en su vida académica y personal, sino que al hacer también hincapié en actividades de refuerzo académico, sus técnicas de estudio mejoran considerablemente. Especialmente la lecto- escritura.
Además, si se anima a los niños a realizar actividades que aumenten su autoestima (deportes, actividades extra escolares, etcétera) para que así su estado de ánimo mejore. Por otra parte, en el caso de que existan problemas importantes de ansiedad o de depresión, está indicada la ayuda profesional.
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