¿Por qué duele tener un «casi algo» y cómo se puede superar?

Un «casi algo» es una relación en la que no se concreta el compromiso. La idealización y su corta duración explican en gran medida por qué causa tanto malestar cuando se acaba. Descubre otros motivos.
¿Por qué duele tener un «casi algo» y cómo se puede superar?
Maria Fatima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 25 septiembre, 2023

Hay varias razones que explican por qué duele tener un «casi algo». Por lo general, en este tipo de relación sentimental una de las partes teme al compromiso, mientras la otra mantiene la esperanza de que se concrete el noviazgo.

El problema es que el vínculo suele avanzar con la mayoría de los privilegios y las experiencias de una relación formal. Una o ambas partes involucran sentimientos y la conexión parece intensa; sin embargo, nada se define, no hay responsabilidades ni rendición de cuentas, y mucho menos certeza.

Al final, cuando el vínculo se termina, queda la sensación de que las cosas quedaron inconclusas. La costumbre por la persona, al igual que la idealización, provocan un dolor emocional que puede superar el de cualquier ruptura de pareja. ¿Te identificas? Te contamos en detalle por qué duele tanto y cómo puedes superarlo.

7 motivos por los que te duele tener un «casi algo»

La mayoría de las personas llega a tener un «casi algo» en algún momento de su vida. Se trata de una relación sin etiqueta de noviazgo, en la que no suele existir responsabilidad de uno por el otro ni reclamos; aun así, hay una atracción física y emocional fuerte, citas, intimidad y planes de pareja.

La conexión es aparentemente fuerte, pero no llega a materializarse como una relación formal. ¿El resultado? Una de las partes —o a veces ambas— queda sujeta a posibilidades que no llegan a hacerse realidad. Al final, cuando todo termina, la herida emocional suele ser fuerte y difícil de superar.

Si estás atravesando esta situación, es probable que te preguntes por qué duele tanto y por qué cuesta dejarlo ir. Para ayudarte a aclararlo, a continuación repasamos los motivos más frecuentes. ¡Identifícalos!



1. Idealización

El motivo principal por el que te duele un «casi algo» es por la idealización de la persona y de la relación. Tienes la sensación de que la conexión es tan fuerte, que puedes estar ignorando sus defectos o sus red flags. 

Y es que, en la mayoría de los casos, estas relaciones no avanzan más allá de la fase de enamoramiento. En esta etapa, en el cerebro ocurren reacciones químicas que hacen fuerte el vínculo emocional y la atracción sexual.

Por eso, es habitual proyectar en esa persona los deseos propios y pensar que es el «alma gemela», sin tomar en cuenta que es alguien que también tiene errores, defectos y miedos. Al terminar, esa misma idealización conlleva a fantasear con que pudo ser una «relación perfecta».

2. Montaña rusa de emociones

En este tipo de relaciones, una persona suele estar más envuelta que la otra. Si estás sufriendo por tu «casi algo», es posible que te haya tocado ese papel. ¿El problema? Empiezas a sentir una montaña rusa de emociones por no tener las cosas definidas.

Unos días sentirás emociones que te harán elevar, pero luego sentirás incertidumbre y depresión. La intermitencia de la otra parte te genera bastante confusión y miedo. No eres capaz de poner límites a eso, pero tampoco te animas a soltarlo.

3. Incertidumbre

Dedicas tiempo a la relación, aceptas salidas y citas, tienes intimidad con esa persona y le confías tus cosas; pese a esto, vives con la idea de que «no son nada». Y aunque al principio esto parece llevadero, con el tiempo te provoca incertidumbre y dudas.

Eres consciente de que tienes sentimientos fuertes por esa persona, pero no sabes hacia dónde se dirige la relación. En ti existe un constante miedo de que acabe, pero también de quedarte siendo solo un comodín para ese alguien. A su vez, la incertidumbre suele venir de la mano de la aparición de ansiedad, de baja autoestima y de inseguridad.

4. Sensación de estar perdiendo el tiempo

A pesar de «aceptar» esa relación a medias y lo que implica, en muchos momentos experimentas la sensación de que estás perdiendo el tiempo. Si eres consciente de que en realidad quieres estabilidad y seguridad, el sentimiento será peor.

La falta de esa etiqueta de noviazgo te impide sentir que estás construyendo algo a futuro. Además, al terminarse, sueles pensar en esos otros pretendientes que dejaste pasar y que quizá sí podían ofrecerte algo tangible.

5. Frustración

La frustración también explica por qué te duele un «casi algo». Debido a los sentimientos que tienes involucrados, esperas de cierto modo que esa persona decida estar al cien por ciento contigo. Luego, te das cuenta de que no tiene esa intención y que inclusive deja entrar a otras personas en su vida.

Eso, sin contar con que también te sientes frustrado cuando intentas explicar a tus amigos y familiares el tipo de relación que tienes. No puedes referirte a esa persona como pareja, porque no hay claridad al respecto.

6. Sensación de culpa

Existen varios momentos de la relación con tu «casi algo» en los que experimentarás una sensación de culpa. El primero es al darte cuenta de que estás sintiendo «de más», cuando el acuerdo era no enamorarse. Es como romper esa regla de oro que acaba con lo «divertido» del vínculo.

Se supone que solo iban a «disfrutar el momento», pero ahora te sientes enamorado. Luego, esta culpa aumenta cuando no te sientes capaz de poner punto final, aunque te esté costando tu tranquilidad.

7. No hay un cierre

El momento en que más te duele un «casi algo» suele ser cuando se termina. En este punto, un montón de emociones encontradas suelen abrumarte por días o semanas. No puedes responder por qué se terminó, ya que en realidad nunca comenzó.

Y sí, están los casos en que ambos acuerdan separarse y se dan argumentos para no seguir involucrados. No obstante, a menudo no hay un cierre «justificable» y una de las partes queda con inseguridades: «¿Acaso soy insuficiente, hay algo mal en mí, por qué con otra persona sí y conmigo no?»

A veces queda abierta la posibilidad de volverlo a intentar, lo que se pueden generar falsas esperanzas en la persona que está sintiendo de más.

Cómo superar a un «casi algo»

Uno de los principales obstáculos para superar a un «casi algo» suele ser esconder las emociones. Puedes experimentar culpa o frustración por haberte involucrado a tal nivel. Te cuesta aceptar que te duele y quieres reprimir esos sentimientos negativos.

Pero como sucede con otros vínculos, el dolor está y necesita tiempo y aceptación para sanar. Así pues, el primer paso para dejar atrás las emociones negativas de esta experiencia es aceptarlas tal cual son.

Sea rabia, dolor o frustración, hay que dejarlo salir para poder gestionarlo de manera adecuada. Veamos otros consejos.

1. Ponerte en sintonía con lo que quieres

Si ya reconoces que te duele estar a medias con esa persona, es momento de ponerte en sintonía con lo que quieres en realidad. De seguro, en tu diálogo interno has reflexionado sobre el daño que te hace permanecer en este tipo de relación porque no es lo que deseas.

Si aún no se ha terminado, es momento de que traces el límite tú. Cuesta, pero es la forma de reafirmarte que mereces más, que estás abierto a encontrarlo y que no te vas a conformar.

2. Aceptarlo como una ruptura

¡Así es! Aunque la relación nunca haya tenido una etiqueta de novios, la separación involucra los sentimientos de cualquier ruptura. Aceptarla como tal te ayudará a aclarar lo que sientes y a vivir el duelo. No sientas culpa por ello, al fin y al cabo, fue tu tiempo, tu energía y tu cariño lo que invertiste en ese vínculo.

3. Haz consciencia sobre la idealización

Por más que sientas que tu vínculo con esa persona era especial y extraordinario, procura no caer en la idealización. Ver al otro como lo que es —un ser humano con defectos como cualquier otro— te ayudará a no crearte fantasías y escenarios que probablemente no iban a suceder.

Esta es quizá la parte más difícil, ya que no pudiste conocer lo suficiente a la persona y quedaron cosas inconclusas. Con el tiempo, verás poco a poco que no era tan increíble. Incluso, llegarás a sentir que la vida te «salvó» de algo o te puso en el lugar indicado.

4. Busca apoyo en tus seres queridos

Es más fácil reconocer tus sentimientos cuando los exteriorizas con alguien más. Quizá, expresar tus emociones con un amigo, un familiar o un terapeuta puede ser lo que necesitas para empezar a soltarlo. Casi siempre, hablar del tema da claridad a las emociones y ayuda a encontrar el camino para continuar.

5. Tómate un tiempo para ti

Si bien no está mal apoyarse con las personas cercanas, ten en cuenta que también debes tomar espacio para ti mismo. Esto te permite ordenar tus pensamientos y gestionar tus emociones de acuerdo al rumbo que quieres seguir. Además, es la oportunidad perfecta para revisar tus hábitos, cuidarte y hacer las cosas que disfrutas.

6. Ten paciencia

Los sentimientos que tienes a raíz de esa casi relación no cambiarán de la noche a la mañana. De hecho, suele ser un proceso con altibajos. Unos días sentirás que ya ha pasado, pero luego puedes extrañar de nuevo. Ten paciencia y permítete sentir todas esas emociones como son.

A medida que pasan los días todo empezará a tomar otro rumbo. Los sentimientos se van transformando y empiezas a ver la situación con otros ojos. En algún punto, te darás cuenta de que fue un capítulo de tu vida, con el que seguro aprendiste algo.

7. Busca ayuda psicológica

Si la situación con tu «casi algo» te desborda, sea porque te duele y no puedes soltarla, o porque la ruptura te está afectando demasiado, es válido acudir a psicoterapia. No hay que minimizar las emociones solo porque provienen de una relación que no se concretó como compromiso.

El psicólogo puede brindarte las herramientas que necesitas para gestionar lo que sientes a raíz de este vínculo y para que puedas ponerte en sintonía con lo que quieres para ti. ¡No dudes en buscar ayuda!



¿Por qué no es buena idea aferrarte a un «casi algo»?

Las expectativas con un «casi algo» causan confusión, idealización y estancamiento. Si estás en la posición de querer algo más, pero esa persona no, es momento de soltar y avanzar.

Aferrarte a estas relaciones puede causarte mucho sufrimiento. Guarda tu energía, tu afecto y tu tiempo para quien desee lo mismo que tú.

Recuerda que no vale la pena quedarse o intentar que las cosas cambien. Si esa persona no te puede ofrecer lo que quieres, date la oportunidad de seguir adelante y de encontrar a alguien que sí te quiera hacer feliz.


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