Logo image
Logo image

Hasta qué edad crecen los hombres y las mujeres

8 minutos
El crecimiento es una parte fundamental de la vida de los seres humanos. Conoce a qué edad se detiene y qué factores intervienen.
Hasta qué edad crecen los hombres y las mujeres
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Ana Núñez
Última actualización: 06 julio, 2023

¿Hasta qué edad crecen los hombres y las mujeres?, es una pregunta que se suele hacer al médico encargado del control y seguimiento del desarrollo de los hijos. El tema ha motivado múltiples estudios desde perspectivas que no solo incluyen los genes, sino que suman variables como los aspectos geográficos y socioeconómicos.

¿Quieres descubrir todos los detalles? ¿De qué factores depende? ¿Cuándo se deja de crecer? Todo esto y más, a continuación.

¿Cómo ocurre el crecimiento en los seres humanos?

Una de las pautas es que el sexo sí influye. Por lo general, las niñas se desarrollan antes que los niños. Ya a los 8 años pueden existir variantes hormonales en las mujeres que en los varones aparecen alrededor de los 10 años. Con esta diferencia de unos 2 años, transcurrirán los cambios durante el crecimiento.

Por eso, durante la adolescencia, hay un momento de la escolaridad en que ese margen se hace muy evidente entre los compañeros de clase. Vuelven a un nuevo año escolar en el que parece que solo las chicas han crecido y se les ha distribuido el cuerpo de otra manera. Se ven más acentuadas sus caderas y son notorios los senos. Con frecuencia, un año después, serán los chicos quienes regresen con la musculatura fortalecida y más altos que las mujeres.

Las personas crecen como parte de la evolución y desarrollo. Es un proceso fisiológico que se presenta de forma gradual a medida que se alargan los huesos, se aumenta de peso y se alcanza la madurez.

Los estirones más notables suceden en el primer año de vida, entre los 5 y 7 años, y luego en la adolescencia. A este se le conoce con el nombre de estirón puberal y constituye el último momento de crecimiento rápido de hombres y mujeres, tal y como explica el Capítulo 13 del libro Traumatología y ortopedia: Generalidades (2019).

Adolescencia y estirón puberal

La adolescencia abarca desde los 10 hasta los 19 años, según informa UNICEF Uruguay sobre los datos avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante la misma, se produce el pico de máximo desarrollo entre los 15 y 16 años en los niños, mientras que en las chicas ocurre alrededor de los 12 años.

Esta etapa viene acompañada de otros cambios emocionales y físicos. En paralelo al crecimiento acelerado de los huesos, ocurre el de la laringe; esto hace que la voz se torne más intensa y grave, según informa un artículo desarrollado en 2015 dentro de la Universidad Virtual de la Salud de Manuel Fajardo. Por otro lado, los músculos están más definidos, crece vello en los genitales, el rostro y otras partes del cuerpo.

La primera manifestación del estirón puberal en las niñas es la formación del botón mamario y marca el inicio de la pubertad. Por su parte, en los varones la primera señal de la pubertad es el aumento de volumen de los testículos. 

En el caso de las mujeres, la fecha de aparición de la menstruación parece que marca un ritmo que va, poco a poco, en desaceleración durante el crecimiento. En general, se produce 1 año después del pico de máximo crecimiento. A partir de ahí, se suman entre 4 a 6 centímetros más a la talla.

¿Cuándo se detiene el crecimiento en hombres y mujeres?

La pubertad es fundamental en el desarrollo: determina entre un 20 y 25 % de la talla definitiva y hasta un 50 % del peso del adulto. Según un estudio desarrollado en 2017 por el Departamento de Endocrinología de Madrid, las mujeres alcanzan su talla máxima entre los 16 y los 17 años, mientras que en los hombres puede retrasarse hasta los 21 años.

En cada persona el patrón de crecimiento es diferente. De hecho, mientras más precoz es la edad de comienzo de la pubertad, se estima que mayor será la ganancia de talla al final de la misma.

Some figure
El inicio de los ciclos menstruales marca un hito en el desarrollo de las mujeres, con lo que se enlentece el estirón.

Sin embargo, el último eslabón de crecimiento del ser humano se da con la maduración del sistema nervioso central. En este sentido, el cerebro madura por etapas, desde la región occipital a la frontal, y obtiene su desarrollo definitivo entre los 25 y los 30 años en ambos sexos.

¿De qué factores depende el crecimiento de hombres y mujeres?

El crecimiento, tanto en hombres como en mujeres, depende en gran medida de la genética. Cada persona cuenta con un potencial hereditario exclusivo de desarrollo de la masa ósea.

Este último se alcanza en plenitud solo si otros factores, como la actividad física y la alimentación, son adecuados. En este sentido, la talla que logra el ser humano también está condicionada por la calidad de la dieta, la actividad física y los hábitos de sueño. De hecho, este último interviene de forma directa en la hormona de crecimiento si se desarrolla un buen descanso, tal y como señala un artículo publicado por la Revista de Neurología en 2016.

1. Dieta

La alimentación sana y equilibrada aporta vitaminas y minerales necesarios para el buen desarrollo de huesos y músculos. Investigaciones, como la siguiente publicada con la Revista de Pediatría, sugieren que la obesidad se relaciona con una mayor probabilidad de adelanto puberal en las niñas.

Por su parte, la desnutrición se incluye dentro de las causas secundarias de talla baja en ambos sexos, según un estudio publicado por la Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo.

2. Sueño y hormona de crecimiento

Ahora, ¿cómo es que el sueño influye en el crecimiento? Al dormir, el cuerpo produce sustancias; entre ellas, la hormona crecimiento (GH) o somatotropina. Esta es responsable de estimular y coordinar el desarrollo de la masa ósea y muscular, así como el crecimiento de todos los órganos. 

Como bien afirma una investigación desarrollada en la Clínica Las Condes, las interrupciones en el sueño producen una disminución significativa de la secreción de GH. Un motivo más por el cual se debe procurar crear en los niños un hábito adecuado de descanso nocturno.

3. Tiroides

Las hormonas tiroideas son necesarias para la obtención de fuente energéticas y estructurales para la construcción y el crecimiento de los tejidos. De ahí que el hipotiroidismo congénito se vincule con problemas en el crecimiento de los niños, tal y como sostiene la Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT).

Esto se nota con naturalidad en casa a medida que cambia la talla de ropa o zapatos. Si se detiene de manera intempestiva o inusual, se tendrá que llevar al niño a una evaluación por el especialista.

¿Se puede estimular el crecimiento?

De acuerdo con los profesionales, se puede estimular el crecimiento en hombres y mujeres si se hace antes de la pubertad o en sus inicios. Por ello, indican suplementos proteicos y multivitamínicos. Esto es de mayor utilidad en aquellos niños que experimentan talla baja por malnutrición. 

Según una investigación publicada en 2020 por la Revista Universidad y Sociedad, la suplementación con zinc muestra resultados significativos en el crecimiento de los niños con talla baja. Sin embargo, un aporte adecuado de proteínas, minerales y vitaminas a través de la dieta es capaz de lograr que esta medida sea poco necesaria.

Otra forma de estimular el crecimiento es mediante la práctica de deportes. De hecho, la Sociedad Argentina de Pediatría promueve la realización de ejercicio físico en los jóvenes, de intensidad moderada a intensa, como mínimo durante 60 minutos diarios 3 veces por semana. Sobre todo, aconseja las actividades aeróbicas y de fortalecimiento osteomuscular, según la edad y la respuesta de cada persona.

¿Qué puede causar alteraciones en el crecimiento de hombres y mujeres?

Los motivos más estudiados de talla baja son los trastornos genéticos o hereditarios. Tal es el caso del síndrome de Turner o las displasias congénitas, como la acondroplasia. Además, otras causas de alteración en el crecimiento tienen que ver con enfermedades crónicas, como problemas renales, hepáticos, gastrointestinales, cardiopatías o enfermedades del sistema nervioso, tal y como informa un artículo publicado por la Revista Médica Clínica Las Condes.

De igual forma, las enfermedades endocrinas, como la diabetes, el déficit de hormona de crecimiento, el hipotiroidismo y las alteraciones del metabolismo del calcio, también pueden ser el origen del estancamiento de la talla.

Some figure
El crecimiento y el desarrollo no solo dependen de la genética, sino también de otros factores externos, como las condiciones socioeconómicas.

Como ya se mencionó, también influyen factores socioeconómicos que conllevan a la malnutrición (sobre todo, en los primeros años de la infancia, esenciales para lo que será el desarrollo).

Revertir estos efectos implicaría mantener un control con un médico especializado en desarrollo y crecimiento. El profesional podrá llevar un seguimiento exhaustivo del caso. Sin que ello garantice que pueda lograrlo, valdrá la pena intentarlo.

La edad hasta la que crecen hombres y mujeres es multifactorial

Si bien es cierto que la genética juega un factor principal para marcar cuánto medirá una persona, se ha comprobado que el medio ambiente, la alimentación, la actividad física y el descanso también son importantes. Por tanto, hay que procurar crear entornos saludables, así como hábitos de calidad que estimulen este proceso. Por eso, ante cualquier inquietud asociada a la talla del pequeño, te invitamos a realizar una consulta con un médico pediatra.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Aguirre, M., Reyes, Y., Ramírez, M., Lara, M., Briceño, Y., & Paoli, M. (2013). Enfoque Diagnóstico Inicial del Paciente con Talla Baja. Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo11(3), 168-179.  Disponible en: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-31102013000300008&lng=es&tlng=es.
  • Andrea Contreras, S. (2013). Sueño a lo largo de la vida y sus implicancias en salud. Revista médica Clínica Las Condes24(3), 341–349. Disponible en: https://doi.org/10.1016/s0716-8640(13)70171-8
  • Barrena, E. G., & Ampuero, J. C. (2019). Traumatologia Y Ortopedia: Generalidades (E. Gomez Barrena & J. Cordero Ampuero, Eds.). Elsevier. Disponible en: https://books.google.at/books?id=D8rSDwAAQBAJ
  • Comité Nacional de Medicina del Deporte Infantojuvenil. (2018). Entrenamiento de la fuerza en niños y adolescentes: beneficios, riesgos y recomendaciones. Archivos argentinos de pediatria116(6), S82–S91. Disponible en: https://doi.org/10.5546/aap.2018.s82
  • Fajardo, U. V. S. (n.d.). La voz en la adolescencia. Sus cuidados. Universidad de la Salud Manuel Fajardo. Disponible en: http://uvsfajardo.sld.cu/la-voz-en-la-adolescencia-sus-cuidados
  • Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF]. (2012). Evaluación del crecimiento de niños y niñas. Material de apoyo para equipos de atención primaria de la salud. Disponible en: http://files.unicef.org/argentina/spanish/Nutricion_24julio.pdf
  • Güemes-Hidalgo, H., Ceñal González-Fierro, M.J., Hidalgo Vicario, M.I. (2017). Pubertad y adolescencia. ADOLESCERE.  Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, 5(1), 7-22. Disponible en: https://www.adolescenciasema.org/ficheros/REVISTA%20ADOLESCERE/vol5num1-2017/07-22%20Pubertad%20y%20adolescencia.pdf
  • Kaplowitz, P. B. (2008). Link between body fat and the timing of puberty. Pediatrics121 Suppl 3(Supplement_3), S208-17. Disponible en: https://doi.org/10.1542/peds.2007-1813F
  • Merino Andréu, M., Álvarez Ruiz de Larrinaga, A., Madrid Pérez, J. A., Martínez Martínez, M. Á., Puertas Cuesta, F. J., Asencio Guerra, A. J., Romero Santo-Tomás, O., Jurado Luque, M. J., Segarra Isern, F. J., Canet Sanz, T., Giménez Rodríguez, P., Terán Santos, J., Alonso Álvarez, M. L., García-Borreguero Díaz-Varela, D., & Barriuso Esteban, B. (2016). Sueño saludable: evidencias y guías de actuación. Documento oficial de la Sociedad Española de Sueño. Revista de neurologia63(S02), 1. Disponible en: https://doi.org/10.33588/rn.63s02.2016397
  • Organización Panamericada de Salud. (2011). Patrones de crecimiento infantil de la OMS. Disponible en: https://www.who.int/childgrowth/standards/tr_summary_spanish_rev.pdf
  • Ponchetti, J., Ponczosznik, D., Filártiga, P., & Testa, N. (2018). Entrenamiento de la fuerza en niños y adolescentes: beneficios, riesgos y recomendaciones. Archivos Argentinos de Pediatria116(6). Disponible en: https://doi.org/10.5546/aap.2018.s82
  • UNICEF Uruguay. (n.d.). ¿Qué es la adolescencia? Unicef.org. Disponible en: https://www.unicef.org/uruguay/que-es-la-adolescencia
  • Romero Sacoto, L. A., Gonzáles León, F. M., Abad Martínez, N. I., Ramírez Coronel, A. A., & Guamán Gañay, M. I. (2020). El zinc en el tratamiento de la talla baja. Revista Universidad y Sociedad12(2), 341–349. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2218-36202020000200341

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.