Logo image
Logo image

¿El cerebro puede sentir dolor?

4 minutos
Cuando tenemos dolor de cabeza nos preguntamos qué nos duele en realidad y, en ese caso, si el cerebro puede sentir dolor. Lo cierto es que este órgano interpreta los estímulos dolorosos, pero no es capaz de sentir dolor por sí mismo.
¿El cerebro puede sentir dolor?
Sara Viruega

Escrito y verificado por la farmacéutica Sara Viruega

Escrito por Leonardo Biolatto
Última actualización: 10 julio, 2023

La cefalea es el nombre técnico del dolor de cabeza. Pero la cabeza incluye muchas estructuras, incluso el cerebro. Ahora bien, ¿puede el cerebro sentir dolor? En definitiva, ¿qué nos duele cuando tenemos cefalea?

La cabeza incluye los huesos del cráneo, la piel y los músculos que recubre, todo el encéfalo y las estructuras venosas y nerviosas que circulan por allí. El cerebro es un órgano más del encéfalo y, por ende, solo una porción de la cabeza.

El origen de las cefaleas es múltiple. A veces, hay dolores de cabeza banales, ocasionados por un poco de cansancio o estrés y nada más. Otras veces, la cefalea es un signo de una enfermedad grave, como el accidente cerebrovascular.

Para saber si el cerebro puede sentir dolor, primero tenemos que plantearnos la existencia o no de receptores de dolor en el tejido cerebral. Las zonas del cuerpo sin estos receptores son incapaces de producir dolor.

El cerebro no tiene receptores de dolor

Los receptores del dolor reciben el nombre de nociceptores. Se trata de estructuras sensoriales, es decir, que están asociadas a la posibilidad de sentir algo. Cuando un estímulo activa el nociceptor, puede haber sensación de dolor.

Los nociceptores están presentes en varios tejidos, pero no en el cerebro. Cuando estos receptores se estimulan, por ejemplo al tocar algo caliente, transmiten la señal de dolor al cerebro a través de la médula espinal.

Some figure
No existe un área cortical específica dedicada al dolor en el cerebro. Sí la hay, por ejemplo, para la visión, el tacto o la audición.

Hay nociceptores por fuera de nuestro cuerpo, en la piel, y por dentro, en ciertos órganos. También hay mucosas con estos receptores y tejidos como el muscular que contienen nociceptores en su interior.

El cerebro, entonces, no puede sentir dolor. Recibirá la información que le llegue de los nociceptores repartidos por el cuerpo y la interpretará, pero no será dolor cerebral. Sus estructuras vecinas sí tienen nociceptores, como las meninges.

Al no poseer receptores de dolor, el cerebro puede operarse con anestesia local, como se hace en muchas neurocirugías. Se abre la calota del cráneo y se trabaja sobre el cerebro con el paciente despierto, ya que las intervenciones del cirujano no despiertan dolor allí.

El cerebro no puede sentir dolor, pero lo interpreta

Como ya hemos adelantado, el cerebro no puede sentir dolor, pero sí es el encargado de interpretar las señales que recibe de los nociceptores repartidos en el organismo. Para algunos neurólogos, es correcto decir que el cerebro genera el dolor, pues es finalmente quien nos dice que algo está doliendo.

Cuando un nociceptor detecta un cambio físico, térmico, de presión o químico que puede ser perjudicial, avisa al cerebro. A través de la médula espinal sube la información desde el receptor y busca una interpretación en el tejido cerebral.

El cerebro recolecta los datos y emite una respuesta, la cual está condicionada por lo que somos, es decir, por lo que hemos vivido antes y hemos aprendido. Se elaborará, entonces, una orden a cumplir. Si se detectó dolor peligroso, posiblemente la orden sea la de quitar la mano del lugar, moverse, saltar, correr o, quizás, aguantar un poco más.

Hay personas que se entrenan para el dolor, como puede ser el caso de los boxeadores. Los golpes que reciben van siendo registrados por el cerebro para ganar experiencia. Ante golpes subsiguientes, la respuesta ya no es la misma, porque el cerebro tiene acumulada información que le permite decidir mejor.

De todas maneras, hay límites de dolor que van más allá de la experiencia. El dolor, justamente, es un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para advertir sobre peligros para la salud. Un buen sistema de reconocimiento de los dolores es lo que nos mantiene vivos como especie.

¿Qué significa, entonces, el dolor de cabeza?

Some figure
El dolor de cabeza se origina en estructuras vecinas al cerebro, pero no en el tejido cerebral mismo

Ya que sabemos que el cerebro no puede doler, es válido preguntarse por qué duele la cabeza. Pues bien, la respuesta está en las demás estructuras del cráneo.

La cefalea puede originarse en la piel de la cabeza, en las meninges o en las arterias del cráneo. También los músculos del cuello, con una contractura cervical, pueden causarla. El cerebro interpretará las señales de esas estructuras y decidirá si es dolor o no.

El flujo sanguíneo es un frecuente origen de las migrañas. Cuando se altera la circulación en las arterias o en las venas de la cabeza, los nociceptores de los vasos dan el aviso al cerebro. Por eso, algunas medicaciones para la migraña se basan en la modificación de la vasoconstricción.

El cerebro no puede sentir dolor, pero nosotros sí

El hecho de que el cerebro no pueda sentir dolor, no quiere decir que seamos seres incapaces de percibirlo. Al contrario, el tejido cerebral nos conecta con el exterior a través de la percepción dolorosa y, a la vez, interpreta nuestro medio interno a través de los nociceptores de los órganos. En definitiva, el cerebro no puede sentir dolor, pero nosotros, como un todo, sí.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Benarroch, M. D. "Canales iónicos en nociceptores." American Academy of Neurology 84 (2015): 31-42.
  • Moreno, Carlos, and Diana M. Prada. "Fisiopatología del dolor clínico." Guía neurológica 3 (2004): 9-21.
  • Bultitude, Janet H., and Robert D. Rafal. "Derangement of body representation in complex regional pain syndrome: report of a case treated with mirror and prisms." Experimental brain research 204.3 (2010): 409-418.
  • González, A. Margarita. "Dolor crónico y psicología: actualización." Revista Médica Clínica Las Condes 25.4 (2014): 610-617.
  • Villar, J. "Cómo investigar en algo tan subjetivo como el dolor." Revista de la Sociedad Española del Dolor 13.4 (2006): 250-253.
  • Romera, E., et al. "Neurofisiología del dolor." Rev Soc Esp Dolor 7.Supl II (2000): 11-17.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.