El sentido del olfato

Aunque muchos consideran al olfato como un sentido poco desarrollado en los humanos, este es de gran importancia y complejidad. ¡Conoce más al respecto!
El sentido del olfato
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 25 mayo, 2023

El sentido del olfato tiene la función de ayudar a que el ser humano se relacione adecuadamente con su entorno. En este sentido, su misión es mantenerlo informado sobre los estímulos olfativos para procesar e identificar sustancias y objetos.

Es cierto que no es el sentido más desarrollado del ser humano en comparación con otros animales. Sin embargo, el científico John McGann, de la Universidad de New Brumswick, en Canadá, comentó en una publicación en la revista Science que, en muchos aspectos, el olfato del humano es más evolucionado que el de otros animales.

Gracias al sentido del olfato, parte de la identificación de los elementos del entorno es posible, lo cual contribuye a la supervivencia del ser humano y, por ende, a su bienestar. Un estudio publicado en 2009 por el Journal of Medicine and Life afirma que el sentido del olfato es el más viejo de los seres humanos y el principal para socializar con su entorno.

Tanto al sentido del olfato como al sentido del gusto se los denomina como sentidos químicos, ya que son quimiorreceptores.

La nariz

El órgano exterior que rige el sentido del olfato es la nariz. A través de esta, penetran los olores. La función de la nariz es doble: captadora o receptora, y respiratoria.

La forma de la nariz humana está determinada por el hueso etmoides y por el tabique nasal. Dentro de su anatomía, existen dos áreas anatómicas bien diferenciadas: la nariz externa y la nariz interna.

Anatomía externa de la nariz

Anatomía externa de la nariz

La nariz es el órgano olfativo y también es parte del sistema respiratorio.

La parte externa de la nariz consiste básicamente en un armazón de hueso y cartílago cubierto por músculos muy finos y, a su vez, envuelto todo por piel. Estas son las partes que la componen:

  • Raíz: hace referencia al área que se encuentra entre las cejas.
  • Puente y dorso: es la zona que va desde la raíz y termina en el ápice.
  • Ápice: punta de la nariz o parte puntiaguda donde finaliza este órgano.
  • Orificios nasales: son los agujeros por donde entra y sale el aire cuando se respira.
  • Alas: son los laterales de la nariz, lo que envuelven a las aberturas nasales.

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Anatomía interna de la nariz

La nariz interna no es visible en el exterior. Esta compuesta por las siguientes partes:

  • Cavidad nasal: está compuesta por el etmoides y esfenoides, también llamado techo, que son huesos del cráneo. Por debajo de esta, se encuentra el paladar.
  • Senos nasales o paranasales: son un conjunto de cavidades que se encuentran en los huesos frontales, esfenoides, etmoides y maxilar superior, que comunican con las fosas nasales.
  • Vestíbulo nasal: se encuentra ubicado detrás de las narinas; es un área cubierta de piel con glándulas sebáceas. Esta cobertura puede notarse dentro de la cavidad nasal por su vello y sus tejidos mucosos y membranosos.
  • Tabique nasal: es un tabique que separa la fosa nasal derecha de la izquierda. Consta de una porción anterior de cartílago y otra más posterior de hueso.
  • Cornetes superior, medio e inferior: están en las paredes laterales de cada fosa nasal. Se trata de estructuras óseas alargadas en forma de concha que recorren las paredes laterales. Su recubrimiento de mucosa participa en labores del mantenimiento de la calidad del aire que respiramos.
    • Cornete inferior: está insertado en el hueso palatino.
    • Cornete medio: se inserta en el hueso etmoides.
    • Cornete superior: está insertado en el hueso etmoides.
  • Bulbo olfativo u olfatorio: esta es una membrana que tiene unos sensores que sirven para distinguir y clasificar estímulos de olor.
  • Mucosa respiratoria: esta membrana hace que el aire que penetra al interior del organismo esté limpio y filtrado, para que entre en las mejores condiciones posibles.

El área de la nariz humana sensible al olor es de unos pocos centímetros cuadrados, mientras que en el perro, por ejemplo, recubre la membrana glucosa nasal por completo.

¿Cómo se perciben los olores?

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Al sentido del olfato se le denomina un sentido químico, ya que detecta compuestos químicos en el ambiente. Las moléculas de olor entran por los orificios nasales, cruzan la cavidad nasal y pasan a la nasofaringe. Después de disolverse en la humedad de la pituitaria amarilla, actúan químicamente sobre los receptores olfativos.

Los impulsos nerviosos que resultan de la activación de estos receptores son trasmitidos al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza cerebral, que da lugar a la sensación.

¿Por qué se dice que el sentido del olfato es adaptativo?

El sentido del olfato del ser humano está mucho menos desarrollado que la mayoría de los animales. No obstante, sigue siendo muy sensible, especialmente, al mal olor. Gracias a la estructura de la nariz, el ser humano es capaz de percibir un mal olor en concentraciones mucho más bajas que los buenos olores.

El sentido del olfato es sensible a los malos olores porque es un rasgo adaptativo, ya que la percepción de un mal olor está ligada con dos emociones básicas para la supervivencia: el asco y el miedo.

Hay estudios, como uno publicado en Human Molecular Genetics, que señalan que el olfato es un sentido clave para la detección de peligros —como los depredadores— en los vertebrados. De esta forma, la percepción de un mal olor desencadena casi inmediatamente en una conducta de rechazo.

El sentido del olfato en los animales

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En la naturaleza se puede observar la gran importancia que tiene el sentido del olfato para los animales.

Gracias a los quimiorreceptores, en los animales se llevan a cabo muchas funciones. Entre ellas, atraer a la hembra a la hora de la reproducción, conseguir alimentos, huir del enemigo y avisar de su presencia son algunos ejemplos.

En los insectos, estudios muy antiguos como uno de Glaser (1927) ya hablaba de que los quimiorreceptores relacionados con el olfato se encuentran ubicados en sus antenas y las utilizan para conseguir alimentos entre otras cosas.

Trastornos del sentido del olfato

Las siguientes son algunas patologías detalladas por fuentes médicas que pueden afectar a este sentido en las personas:

  • Anosmia: se trata de la pérdida total o parcial del sentido del olfato, sea de forma permanente o por un tiempo.
  • Hiposmia: consiste en que la capacidad que tiene sentido del olfato para percibir olores se reduce.
  • Hiperosmia: al contrario que la hiposmia, la hiperosmia es el aumento de la capacidad del sentido del olfato, con lo que se vuelve muy sensible.
  • Parosmia: provoca que las personas interpreten mal un olor y lo detecten como algo desagradable. Ocurre con los olores neutros y los agradables.
  • Fantosmia: se trata de una especie de alucinación olfativa por la cual las personas detectan un olor a pesar de estar ausente; es decir, detectan olores que no están en ese momento.

Finalmente, el ya citado profesor John McGann, quien ha estado estudiando el sistema olfativo durante los últimos 14 años, afirmó en una de sus publicaciones que considera que la pérdida del olfato podría estar relacionada con el inicio de enfermedades como la pérdida de memoria, el párkinson y el alzhéimer.


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