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Las 8 enfermedades que más atacan al sistema inmunitario

9 minutos
Las enfermedades que atacan al sistema inmune son un conjunto de patologías graves; la mayoría de ellas de evolución crónica, que pueden llevar a la muerte si no son diagnosticadas a tiempo.
Las 8 enfermedades que más atacan al sistema inmunitario
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 13 agosto, 2024

El sistema inmune es una red de moléculas, células y tejidos encargada de proteger el organismo de agentes extraños. Sin embargo, existen patologías que alteran su funcionamiento y pueden ocasionar la muerte. ¿Deseas conocer cuáles son las 8 enfermedades que más atacan al sistema inmunitario? Te lo indicaremos. 
Los componentes principales del sistema inmune son los anticuerpos, los glóbulos blancos (neutrófilos, basófilos, eosinófilos y linfocitos) y el sistema de complemento. Por otro lado, existen órganos linfáticos principales y periféricos, como el timo, la médula ósea, los ganglios y el bazo, encargados de producir las células y actuar como centinelas.
Por desgracia, el sistema inmune no es capaz de hacer frente a todos los agentes invasores. Este complejo sistema puede activarse de más o funcionar de forma descoordinada al desarrollar trastornos autoinmunes. Además, puede presentar defectos parciales o totales en su funcionamiento por las llamadas inmunodeficiencias.

Las enfermedades autoinmunes

Una de las propiedades más llamativas del sistema inmune es su capacidad de diferenciar entre las moléculas propias y los agentes extraños. Sin embargo, un defecto autoinmune puede ocasionar que no pueda distinguir entre lo propio y lo ajeno, desencadenando graves daños. 
En la actualidad se han identificado 80 patologías relacionadas a trastornos autoinmunes en los que el cuerpo ataca a sus propios órganos sanos. De acuerdo con un artículo científico, la predisposición genética no es absoluta, ya que en gemelos homocigotos no sobrepasa el 50 a 60 %.
La sintomatología puede ser diversa y varía de acuerdo al órgano afectado, siendo la inflamación y el dolor síntomas característicos de la mayoría de estos trastornos. El tratamiento médico está orientado a disminuir la actividad del sistema inmune y aliviar los síntomas.

1. Artritis reumatoide (AR)

La artritis reumatoide es una forma de artritis de evolución crónica y de naturaleza autoinmune. Se caracteriza por una afección simétrica de múltiples articulaciones, producto de lesiones inflamatorias en el revestimiento cartilaginoso de las mismas. 
Esta patología afecta principalmente a las mujeres de mediana edad y a los adultos mayores. Además, es frecuente la presencia de signos a nivel de los dedos y las muñecas. La sintomatología más común asociada a la artritis reumatoide es la siguiente: 

  • Dolor articular.
  • Rigidez.
  • Inflamación.
  • Dificultades para realizar movimientos articulares.
  • Hinchazón y enrojecimiento cerca o en la articulación.

El diagnóstico de esta enfermedad autoinmune se realiza a través del interrogatorio y la valoración física del médico. Además, pueden solicitarse análisis sanguíneos y radiografías como pruebas complementarias.

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La artritis reumatoidea cursa con dolor en las articulaciones e inflamación de las mismas.

2. Psoriasis

La psoriasis es una patología dermatológica inflamatoria ocasionada por una sobreestimulación inmune de los queratinocitos epidérmicos en la piel. Esto hace que se reproduzcan en exceso y se acumulen, desencadenando las lesiones típicas. 
La presentación de la psoriasis es en placas y pápulas de bordes delimitados cubiertas de una descamación de color plata. De igual forma, pueden estar acompañadas de prurito o escozor y aparecer en las siguientes áreas:

  • Codos y rodillas.
  • Sacro, glúteos y genitales.
  • Cejas y cuero cabelludo.
  • Axilas y región perianal.

El diagnóstico médico se basa en la forma, aspecto y distribución de las lesiones de piel durante la exploración física. Además, debe diferenciarse de otras patologías, como la dermatitis seborreica, el lupus y la dermatofitosis.

3. Diabetes mellitus tipo 1 (DM1)

La diabetes tipo 1 o dependiente de insulina es una forma de diabetes que se produce por un ataque autoinmune al páncreas. Esto ocasiona la destrucción de las células beta de los islotes pancreáticos encargadas de la producción y segregación de insulina.  
La etiología que explica su aparición mezcla la predisposición genética y la exposición a diversos factores ambientales. De igual forma, la misma aparece antes de la adolescencia y en adultos jóvenes con una sintomatología asociada al desequilibrio de los niveles de azúcar en sangre.
Entre los síntomas se destacan los siguientes:

  • Necesidad excesiva de tomar agua (polidipsia).
  • Micción frecuente (poliuria).
  • Hambre inexplicable (polifagia).
  • Pérdida de peso. 
  • Heridas que cicatrizan lentamente.

Esta enfermedad debe ser diagnosticada y tratada a tiempo para evitar sus posibles complicaciones multisistémicas. En este sentido, puede desencadenar daños a nivel del riñón, la retina, los nervios y el sistema cardiovascular

4. Lupus eritematoso sistémico (LES)

El lupus es una enfermedad crónica de carácter inflamatorio y de etiología autoinmune, producto del ataque y adherencia de las células inmunes a varios tejidos. Entre ellos la piel, las articulaciones, los pulmones, los riñones, el corazón, los nervios y los vasos sanguíneos. 
Esta es una de las enfermedades que más atacan al sistema inmunitario, con más de 5 millones de afectados en todo el mundo, según la Lupus Foundation of America. Además, la mayoría de los casos son mujeres en edad fértil, entre los 15 y los 44 años. 
La presentación clínica es variada, pudiendo aparecer de forma aguda con fiebre y manifestaciones cutáneas o de forma paulatina con dolores articulares y malestar general.  Sin embargo, se estima que la poliartritis y la dermatitis son las manifestaciones clínicas más comunes.

5. Esclerosis múltiple (EM)

La esclerosis múltiple es una patología autoinmune que se caracteriza por la destrucción de la vaina de mielina que recubre los nervios que se originan en el encéfalo y la médula espinal. Esta desmielinización está acompañada de varias alteraciones neurológicas paulatinas, con intervalos de remisión y exacerbación.
De igual forma, suele aparecer en mujeres entre los 20 y 40 años. La presentación clínica describe un daño severo a nivel del sistema nervioso central, reflejado a través de los siguientes síntomas: 

  • Alteración de la sensibilidad en las extremidades, tronco y cara.
  • Debilidad muscular.
  • Rigidez motora.
  • Cansancio inexplicable.
  • Pérdida de la visión y visión doble.

El diagnóstico de la esclerosis múltiple se basa en la presencia de los síntomas descritos con un patrón intermitente. Además, ante la sospecha clínica se emplea la resonancia magnética de médula espinal y encéfalo por su alta sensibilidad.

Los desórdenes de inmunodeficiencia

Las inmunodeficiencias son un conjunto diverso de patologías capaces de afectar la capacidad del sistema inmune de defendernos contra agentes dañinos. Por lo que un individuo inmunodeficiente es propenso a desarrollar con facilidad infecciones bacterianas, micóticas y parasitarias. 
De igual forma, los desórdenes de inmunodeficiencia pueden dañar cualquier parte del sistema inmune, siendo los linfocitos T y B los tipos de glóbulos blancos más afectados. De acuerdo a su etiología, estos trastornos pueden clasificarse en inmunodeficiencias primarias y secundarias.
Las inmunodeficiencias primarias o congénitas son aquellas ligadas a la carga genética de un individuo, por lo que aparecen al momento de nacer. Por su parte, las inmunodeficiencias secundarias o adquiridas son aquellas que aparecen a lo largo de la vida, en su mayoría como complicación de otra enfermedad.
El tratamiento de estos desórdenes inmunes por déficit puede variar de acuerdo a la causa. Sin embargo, está orientado a aumentar las defensas y a proteger al organismo con compuestos exógenos.

6. Inmunodeficiencia combinada grave (IDCG)

La inmunodeficiencia combinada grave es un tipo de desorden de inmunodeficiencia primario asociado a niveles muy bajos de linfocitos T. Además, los pacientes presentan valores bajos, altos o normales de linfocitos B y células NK. 
Esta patología se produce por una mutación en varios genes de carácter recesivo, ligado al cromosoma X o autosómica recesiva. De igual forma, la IDCG suele presentar sus síntomas durante los primeros meses de vida, la mayoría de ellos asociados a la predisposición a infecciones.
Dentro de los signos de alarma destacan los siguientes:

  • Antecedentes familiares de deficiencia inmune o muertes infantiles debidas a infecciones.
  • Deficiencia de peso y retardo de crecimiento.
  • Aftas persistentes en la boca o garganta.
  • Infecciones que no se resuelven con tratamiento antibiótico durante dos meses.

La sospecha clínica se confirma mediante un examen de sangre completo con diferenciales de células blancas y recuento de inmunoglobulinas. El tratamiento incluye cuidados paliativos con reemplazo de inmunoglobulinas vía endovenosa. Además, también se recomienda el trasplante de médula ósea en pacientes menores de edad.

7. Deficiencia temporal

Las deficiencias temporales del sistema inmune son aquellas presentes en pacientes inmunosuprimidos por la exposición a agentes externos o consumo de ciertas sustancias. En este sentido, retirar el factor desencadenante puede revertir los efectos depresores. 
Esta afección ocurre en la mayoría de los casos por el consumo de fármacos que debilitan o alteran la actividad del sistema inmune. Entre ellos se encuentran los medicamentos corticosteroides, como la prednisona y la dexametasona. Además, existen otras como la hidroxicloroquina, la sulfasalazina y el metotrexato. 
De igual forma, existen terapias médicas que pueden generar como efecto adverso un déficit en las capacidades del sistema inmune. Este es el caso de las quimioterapias administradas para el tratamiento de procesos neoplásicos.

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Los tratamientos para las neoplasias afectan la respuesta inmune como un efecto adverso asociado.

8. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida es una patología causada por un retrovirus conocido como virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Esta es una de las enfermedades que más atacan al sistema inmunitario con un total de 38 millones de casos en 2019, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
En este sentido, el SIDA se produce por un ataque masivo del VIH sobre el sistema inmune, debilitándolo y causando a largo plazo un trastorno de inmunodeficiencia. Por lo que la persona infectada suele presentar mayor predisposición a procesos infecciosos y tumorales. 
El VIH puede transmitirse por exposición a diversos fluidos, como la sangre, el semen, la leche materna y las secreciones vaginales. Su sintomatología varía de acuerdo a la etapa en que se encuentre, según aclara un artículo de 2014La evolución depende del diagnóstico y del tratamiento oportuno.
Por desgracia, no existe una cura. No obstante, el tratamiento retroviral permite controlar al virus y evitar la transmisión a otras personas.  

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¿Puedo fortalecerme para evitar las enfermedades que más atacan al sistema inmunitario?

A pesar de que el sistema inmune esté preparado para hacer frente a millones de amenazas, es importante aprender a cuidar de él y mantenerlo en óptimo estado. En este sentido, podemos brindarle una mano al organismo a través de pequeños cambios en el estilo de vida. 
Uno de los elementos cruciales en el fortalecimiento del sistema inmune está en una adecuada alimentación. Esto considerando que los alimentos contienen las macromoléculas y nutrientes necesarios para su funcionamiento, por lo que es recomendable apostar por una alimentación rica en antioxidantes, vitamina A, vitamina C y zinc. 
De igual forma, es vital procurar una adecuada jornada de sueño profundo y ejercicio moderado periódico. Además, se aconseja mantener los niveles de estrés controlados y evitar permanecer mucho tiempo en espacios cerrados y concurridos. 

Las enfermedades que más atacan al sistema inmunitario son peligrosas

Este tipo de enfermedades tiende a generar signos y síntomas de alarma, los que pueden pasar desapercibidos. Por lo que, si sufres de infecciones recurrentes, cansancio inexplicable, diarrea, vómitos y náuseas persistentes, no dudes en acudir a tu médico de confianza. 
De esta forma, el especialista podrá identificar la causa de tu padecimiento y brindarle un tratamiento oportuno. Recuerda que en todas las enfermedades inmunes la atención temprana y el adecuado abordaje podrían hacer un gran cambio favorable en la evolución y resolución de las mismas.


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