Enoclofobia o miedo a la multitud: ¿cuáles son sus características?
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Es común tener miedo a la multitud, ya que encontrarse en medio de una puede traer consecuencias. No obstante, existen personas cuyo temor o ansiedad ante tal situación es tan intensa que se paralizan y experimentan mucho malestar. En estos casos se trata de una enoclofobia.
A continuación detallaremos las características de esta fobia específica, así como sus causas y tratamientos. Además, explicaremos hasta qué punto el miedo a la multitud es una respuesta sana.
¿Qué es la enoclofobia?
También llamado demofobia, es el miedo irracional y persistente a las multitudes. Las personas que la padecen evitan frecuentar espacios en los que se encuentren muchas personas aglomeradas.
Además, la exposición a estas situaciones les provoca altos niveles de ansiedad y una sintomatología determinada. Al tratarse de una fobia específica la sensación de temor suele empeorar y resulta difícil escapar de ella.
Miedo irracional y miedo adaptativo
Es importante tener en cuenta la diferencia entre el miedo como función adaptativa y el miedo irracional. La primera repuesta garantiza la supervivencia, ya que nos aleja del peligro. En otras palabras, el temor es una reacción necesaria para activarnos y ponernos alerta.
No es descabellado tener miedo a la multitud, pues las mismas implican una serie de riesgos. No obstante, si producen un intenso malestar, paralizan al cuerpo e interfieren de forma significativa el correcto funcionamiento, entonces la respuesta ya no es adaptativa, sino irracional.
Dicho esto, las fobias son miedos irracionales en los que las experiencias de temor o ansiedad son desproporcionadas en relación al peligro real que representa el objeto o situación.
¿Cuáles son sus causas?
Existen diversas teorías en torno a las causas de las fobias específicas. Entre las más aceptadas se encuentra la proporcionada por el paradigma conductual. Esta perspectiva afirma que las fobias pueden adquirirse a través de dos procesos:
- Al vivenciar un evento traumático asociado con el estímulo fóbico: es decir, sufrir una situación dolorosa o abrumadora en medio de una aglomeración de personas. Sentir que falta el aire o ser aplastado serían ejemplos.
- Por observación: viendo a otros, bien sea en vivo o filmados, siendo víctimas de una tragedia que tuvo lugar en una multitud.
Por su parte, hay otras posturas que hablan de una vulnerabilidad biológica y una psicológica, las que predisponen a determinadas personas a padecer trastornos de ansiedad:
- Biológica: sería genéticamente programada. La constitución neurobiológica de la persona permite una hipersensibilidad al estrés.
- Psicológica: en este caso, la persona siente que las situaciones amenazantes son impredecibles e incontrolables. Esto se debe a su experiencia pasada con estilos educativos sobreprotectores, información negativa previa o sucesos traumáticos de la infancia.
Características de la enoclofobia o miedo a la multitud
Según la quinta edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM- V) las características clínicas de la fobia específica son las siguientes:
- Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (en este caso son las multitudes).
- El objeto o situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.
- El estímulo fóbico se evita o se resiste con miedo o ansiedad intensa.
- El miedo o ansiedad es desproporcionado al peligro real que representa la situación.
- El miedo, la ansiedad o evitación es persistente y dura 6 meses o más. Además, causan un malestar significativo o deterioro en diferentes ámbitos de la vida, como el social y laboral.
El miedo a la multitud puede manifestarse mediante un ataque de pánico o una sensación más generalizada de ansiedad. El primero consiste en la experiencia de un terror intenso que inicia de manera súbita y que se manifiesta a través de los siguientes síntomas:
- Dolor torácico.
- Escalofríos o calor excesivo.
- Dificultad para respirar.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Sensación de hormigueo o adormecimiento.
En consecuencia, las personas que atraviesan un ataque de pánico pueden experimentar una sensación de irrealidad, temer a volverse locos o a morir.
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¿En qué se diferencia de la fobia social y la agorafobia?
El miedo a la multitud puede ser confundido con la fobia social y la agorafobia. Es por ello que a continuación mostramos en qué consisten cada una y por qué son condiciones diferentes.
Fobia social
La característica esencial de la fobia social es el miedo intenso o ansiedad a las situaciones sociales en las que la persona puede ser analizado o evaluado por los demás.
Algunos ejemplos de estas interacciones sociales son el mantener una conversación, reunirse con personas extrañas, ser observado en la calle o actuar delante de otros.
El miedo a la evaluación se experimente en presencia de mucha o poca gente. En cambio, la enoclofobia se caracteriza por el temor excesivo a las grandes aglomeraciones.
Agorafobia
En la agorafobia la persona teme o evita ciertas situaciones porque piensa que escapar de ellas podría ser difícil o no podría recibir ayuda si aparecen síntomas incapacitantes o de pánico. Dichas situaciones son las siguientes:
- Transporte público.
- Espacios abiertos.
- Sitios cerrados.
- Colas en negocios o instituciones.
- Fuera de casa sin compañía.
Encontrarse entre una multitud de personas representa una situación que produce ansiedad en el agorafóbico. Pero este no solo les teme a las aglomeraciones, sino que hay otras situaciones que le causan los síntomas.
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Tratamientos disponibles
Existen una serie de tratamientos eficaces para tratar las fobias específicas. Entre los más populares se encuentran las terapias de exposición y las cognitivas, que describiremos ahora.
Terapias de exposición
Consiste en aproximar al paciente al estímulo fóbico lo máximo posible y mantenerlo hasta que la ansiedad disminuya o desaparezca. Estos acercamientos son graduales.
La técnica se realiza de forma imaginaria o en vivo, siendo la última una modalidad más eficaz. Además, resulta efectivo si el terapeuta modela los primeros acercamientos y proporciona información razonable sobre el tratamiento.
Por otra parte, suele acompañarse de técnicas de relajación, como una forma de contrarrestar los efectos de las reacciones ansiosas. Estas facilitan la habituación al estímulo fóbico y a tener un mayor control.
Terapias cognitivas
Están orientadas a cambiar patrones de pensamiento, haciendo énfasis en la distinción entre lo realista y lo poco realista. Así como la diferencia entre posible y probable.
Dentro de esta línea también se incluyen algunas técnicas orientadas a incrementar la información del paciente sobre su trastorno. La meta es informar en un lenguaje adecuado acerca de distintos conceptos relacionados con la adquisición y mantenimiento de su fobia.
Comunes, pero tratables
Las fobias suelen ser un padecimiento bastante común. No obstante, cuando se vuelven incapacitantes o producen un malestar significativo es de vital importancia acudir a un especialista. El mantenimiento de las mismas puede empeorar con el tiempo y desencadenar otros trastornos de ansiedad.
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