Envejecimiento de la piel, ¿por qué ocurre?
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El envejecimiento de la piel es algo que preocupa a muchas personas. ¿A quién no le gustaría mantener una piel tersa y joven para siempre? Sin embargo, aunque podamos frenarlo un poco, sabemos que es un proceso inevitable, y a continuación proponemos conocer las causas que lo provocan.
La piel es el órgano más amplio del cuerpo humano y está en constante renovación y en relación con el resto del organismo. Entre sus principales funciones, se encuentra la de proteger al cuerpo de agresiones físicas, químicas o infecciones. Además, permite transmitir e intercambiar información entre el cuerpo y el exterior, como por ejemplo la temperatura o humedad.
No obstante, es innegable que la piel también cumple una función estética muy importante. El envejecimiento de la piel es tomado generalmente como un rasgo indeseado; ahora bien, ¿qué deberíamos conocer sobre este proceso?
Signos del envejecimiento de la piel
El envejecimiento de la piel comienza a manifestarse a partir de los 25 años. Al principio, aparecen líneas finas que, con el tiempo, se transforman en arrugas. La piel, poco a poco, va perdiendo volumen y densidad; se vuelve más pálida y translúcida, además de flácida, como explica una publicación del sitio WebMD sobre el envejecimiento de la dermis.
Por otra parte, como detalla una investigación publicada por Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, pueden aparecer manchas en las zonas expuestas al sol. Estas son comunes en la cara, el dorso de la mano y la espalda, donde la piel también suele perder elasticidad. Del mismo modo, los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles y, por ello, aparecen pequeñas zonas de sangrado bajo la piel.
¿Por qué envejece la piel?
El envejecimiento de la piel ocurre por diferentes razones. Con el tiempo, la piel produce menos proteínas, como el colágeno, que son las que le permiten realizar adecuadamente su función. Existen numerosos factores que influyen en esto; algunos son evitables y controlables.
Los factores evitables son aquellos que conocemos y que podemos reducir. Por ejemplo, la publicación de WebMD citada con anterioridad destaca la falta de sueño o el estrés, que alteran las hormonas que intervienen en la renovación de la piel. No hidratarse correctamente también influye en la salud cutánea.
Por su parte, como afirma una publicación del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos, la exposición solar acelera el envejecimiento intensamente. El sol daña los mecanismos que permiten que la piel se renueve, es decir, altera la producción de colágeno y elastina.
De la misma manera, una alimentación inadecuada también altera estas proteínas, con lo produce que la piel luzca menos joven. Esto se explica en un estudio publicado por la revista Nutrients que relaciona al azúcar y a ciertos métodos de cocción, como la fritura, con el estrés oxidativo que genera procesos inflamatorios y envejecimiento de la piel.
Sin embargo, también hay factores que están fuera del alcance. En primer lugar, destaca la genética, que tiene un peso importante. La raza y el tipo de piel de la persona también determinan, en parte, el envejecimiento.
Por ejemplo, según una investigación publicada en Dermato-Endocrinology, las pieles claras y sensibles tienden a presentar arrugas más pronto. Por otro lado, tal estudio también afirma que hay evidencias que demuestran que la piel de las personas asiáticas es más sensible a agentes químicos externos.
¿Cómo podemos prevenir el envejecimiento de la piel?
No existe una solución definitiva para el envejecimiento. No podemos frenarlo, aunque sí que podemos ralentizar este proceso. Para ello, basta con llevar un estilo de vida saludable.
Según un estudio publicado por la revista Oncotarget, el ejercicio físico moderado incrementa la actividad antioxidante en el organismo. Gracias a ello, se reduce la aparición de radicales libres, los cuales también influyen en el envejecimiento de la piel.
Asimismo, una buena alimentación ayuda a que la piel tenga los nutrientes necesarios para renovarse. Del mismo modo, es muy importante mantenerse correctamente hidratado y evitar el estrés, o al menos intentar no llevar una vida demasiado acelerada.
Sin embargo, lo más importante es reducir la exposición solar. El sol es el peor enemigo de la piel, ya que acelera mucho su envejecimiento. No basta solo con utilizar protectores solares; la mejor manera de reducir los daños provocados por las radiaciones es evitar tomar el sol, sobre todo en las horas del mediodía, que son las de mayor intensidad.
No luches contra el envejecimiento
El envejecimiento de la piel es un proceso que no podemos evitar. Sin embargo, mantener un cuidado adecuado de la dermis puede ayudarnos a frenarlo.
Como mencionamos con anterioridad, los buenos hábitos en general llevarán a un mejor funcionamiento del organismo, y esto abarca también al órgano más grande, que es la dermis. ¡Trata de prestarle suficiente atención a tu piel!