¿Es la escarlatina contagiosa?

La fiebre escarlata es una enfermedad contagiosa que se manifiesta sobre todo en niños, con síntomas tales como fiebre, erupciones cutáneas y enrojecimiento de la lengua. Te contamos más sobre ella y su transmisión.
¿Es la escarlatina contagiosa?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 25 enero, 2022

¿Sabemos si la escarlatina es contagiosa? La fiebre escarlata, como también se conoce, es una enfermedad infecciosa aguda producida por la especie bacteriana Streptococcus pyogenes Según estudios científicos, de las 74 especies que conforman al género Streptococcus, el microorganismo nombrado es uno de los más virulentos para el ser humano.

Esta bacteria causa en nuestra especie patologías tanto supurativas como no supurativas, como la faringitis, la celulitis, la fascitis necrosante y la fiebre reumática, entre muchas otras. Es por esto que tener en el punto de mira a este agente patógeno desde una visión clínica se hace esencial. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre la escarlatina y su capacidad de contagio.

Sobre la distribución de la escarlatina

Según publicaciones epidemiológicas, la escarlatina es una patología que afecta fundamentalmente a niños. A continuación te mostramos algunos datos que ponen en perspectiva la situación de esta enfermedad a nivel global:

  • Las infecciones asintomáticas de Streptococcus pyogenes están presentes en el 3 al 26 % de los niños sanos en cualquier población dada.
  • Entre infantes con dolores de garganta, hasta el 58 % de ellos pueden presentar la bacteria.
  • S. pyogenes es la especie de estreptococo más asociada a la aparición de brotes. Es común que estos sucedan a partir de alimentos contaminados.
  • Se ha documentado un aumento de rebrotes de fiebre escarlatina en las últimas décadas. Un ejemplo de ello fue Vietnam en el año 2009, con más de 23 000 casos documentados.

Como podemos ver, aunque estemos ante una patología asociada a tiempos antiguos, este microorganismo patógeno continúa presente en nuestra sociedad. Es por ello que conocer sus métodos de transmisión resulta útil. Te los exponemos a continuación.

Estreptococo.
Los estreptococos están detrás de la causa de la fiebre escarlata y son los microorganismos culpables.

¿Qué es la escarlatina?

Como hemos dicho con anterioridad, la escarlatina es una patología causada por la infección de Streptococcus pyogenes del serogrupo A. Según estudios ya citados, esta bacteria es capaz de producir exotoxinas y superantígenos (provocadores de respuestas exageradas por parte del sistema inmune), por lo que su actuación sobre el cuerpo humano abarca una amplia sintomatología.

Los lugares de colonización de la bacteria son las superficies mucosas y, en menor medida, la piel. Portales como la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos recogen los síntomas asociados a la fiebre escarlata:

  • Comienzo de la infección con fiebre y dolor de garganta.
  • Erupción cutánea con aparición primaria en cuello y tórax que se disemina luego a todo el cuerpo.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
  • Otros síntomas secundarios, como dolores de cabeza y musculares, náuseas, escalofríos y enrojecimiento e hinchazón de la lengua.

Cabe destacar que el síntoma más evidente de esta enfermedad es la aparición de la erupción cutánea. Mientras que los primeros signos aparecen en el primer o segundo día después de la infección, el exantema dérmico suele presentarse tras 3 a 5 días y durar más de una semana.

¿Es la escarlatina contagiosa?

Según organizaciones pediátricas profesionales como Kidshealth, la escarlatina sí es muy contagiosa. Tanto el contacto directo con la superficie afectada (en el caso de pacientes con impétigo, otra manifestación causada por esta bacteria) como la inhalación de micropartículas (tos y estornudos) de una persona enferma pueden contagiar la infección a un paciente sano.

Además, cabe destacar que este microorganismo sobrevive en superficies inanimadas hasta cuatro semanas. Por ello, tocar materiales o alimentos que han estado en contacto con un enfermo y luego llevarse las manos a la boca es un peligro potencial.

Organismos oficiales, como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) avisan de que uno de los hechos que más propician la aparición de brotes de escarlatina son las malas manipulaciones alimentarias. De todas formas, los expertos no creen que la bacteria pueda ser transmitida por animales domésticos o juguetes, siempre y cuando la desinfección sea adecuada.

Periodo de contagio

El periodo de contagio dura tanto como lo hagan los síntomas. A pesar de ello, se trata de una infección leve que remite de forma sencilla con la aplicación de antibióticos. Cabe señalar que a partir de las 48 horas de tratamiento, el paciente deja de presentar capacidad de contagio.

¿Cómo evitar el contagio de escarlatina?

Niño con escarlatina.
La escarlatina es frecuente en la edad pediátrica, como otra enfermedad exantemática.

Como hemos podido ver, estamos ante una patología leve, pero altamente contagiosa que se transmite por superficies no higienizadas o por micropartículas de saliva de personas enfermas. Por ello, los buenos hábitos de higiene son la primera barrera de defensa ante la escarlatina. Algunas directrices a seguir son las siguientes:

  • En personas enfermas, cubrirse la nariz y la boca con pañuelos al estornudar.
  • Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
  • Mantener los utensilios de la persona afectada restringidos solo al uso de la misma.
  •  En lugares donde se registran brotes epidemiológicos, seguir un estricto protocolo de higienización de alimentos y superficies.

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La escarlatina y su contagio

La escarlatina es una infección muy contagiosa causada por un microorganismo extendido en la población general. Aún así, se trata de una infección leve que, con tratamiento antibiótico, remite en pocos días.

A pesar de que el paciente pueda presentar complicaciones, como neumonías o infecciones sinusales, estas no son nada comunes. Sin embargo, ante la aparición de un sarpullido generalizado asociado a un proceso de fiebre, la visita al médico se hace obligada.


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