Estimular el punto G en el hombre: lo que debes saber
El punto G en el hombre es un tema que sigue generando controversias y mitos. Muchos aún dudan de su existencia, mientras que otros han encontrado en este una fuente de placer intensa. Lo cierto es que la estimulación de la próstata, que es a lo que hace referencia, se ha convertido en una práctica bastante común y aceptada.
Ya sea en solitario o en pareja, con los dedos, los juguetes sexuales, o con el miembro de la pareja —en el caso de los homosexuales—, explorar esta zona es una forma de descubrir formas de disfrute sexual más diversas.
El punto de partida es dejar a un lado los tabúes, tener buena comunicación en la intimidad y aprender aquellas técnicas para una estimulación efectiva y segura. ¿Estás listo para intentarlo? A continuación, te damos todas las claves para lograrlo; desde datos de su anatomía y ubicación hasta consejos para que esta experiencia sea excitante y placentera.
1. ¿Qué es el punto G masculino y dónde está ubicado?
Lo que a menudo llamamos punto G o punto P en el hombre es en realidad la próstata. Se trata de una glándula que hace parte del sistema reproductor masculino, ubicada a unos pocos centímetros de la entrada del ano, hacia la pared anterior del recto, justo debajo de la vejiga.
Su forma y tamaño se asemeja al de una nuez, y está llena de terminaciones nerviosas que son las que, mediante una estimulación adecuada, provocan sensaciones de gran intensidad que facilitan el orgasmo. Aun así, su función principal es reproductora, pues se encarga de generar el líquido prostático, que se combina con el esperma para formar el semen.
2. Encontrar el punto G en el hombre
Antes de intentar cualquier técnica de estimulación, es preciso hacer una pausa para ubicar la próstata. Para ello, debes introducir con cuidado un dedo lubricado en el recto. Una vez dentro, intenta desplazarlo hacia la parte frontal, hasta que sientas un abultamiento suave y rugoso.
Ten en cuenta que cada cuerpo es diferente, por lo que la ubicación exacta también tiende a variar. Procura hacerlo con paciencia, de forma lenta y tranquila, pues es una zona sensible y las sensaciones nuevas pueden ser inquietantes. Si estás en pareja, la comunicación abierta es fundamental para que la experiencia sea cómoda, segura y placentera en ambas direcciones.
3. Preparación para la estimulación
Como cualquier otro acto sexual, la preparación previa para la estimulación de la próstata masculina es un aspecto que no se debe descuidar. Antes de comenzar, asegúrate de realizar un correcto lavado de manos para evitar cualquier suciedad o bacteria que pueda generar una infección.
Por comodidad, y para evitar desgarros o molestias, procura tener las uñas cortas. Además, utiliza siempre lubricante anal, pues este disminuye la tensión muscular, la fricción y la sequedad, que pueden generar dolor en ausencia de este.
Si estás en solitario, empieza excitándote con material erótico, sea auditivo o visual. Comienza activando el pene, pues tener cierto grado de excitación previa a la penetración anal hará que sea más cómodo y satisfactorio.
En pareja, dedica tiempo a los juegos preliminares para relajar el cuerpo y fomentar un ambiente más íntimo y caliente. Besos, caricias y estimulación manual u oral del pene puede ser una buena forma de iniciar.
3. Estimulación en solitario
Explorar el punto G masculino en pareja está bastante bien; sin embargo, si es la primera vez, es preferible que el hombre lo haga solo por varios motivos. En primer lugar, para familiarizarse con su cuerpo y aprender por sí mismo dónde está ubicada la próstata.
También para probar distintas formas de excitación y determinar cuál le resulta más placentera. Por un lado, esto ayuda a que la experiencia sea más relajada y sin presiones; y, por otro, facilita una mejor comunicación sexual con la pareja.
4. Estimulación del perineo
Una buena forma para estimular el punto G en el hombre antes de ir directamente al masaje prostático es hacer suaves movimientos o presiones en el perineo. Esta zona, ubicada entre los testículos y el ano, tiene una conexión anatómica con la próstata a través de tejido conectivo y músculos.
Sea con las yemas de los dedos, o bien, con un juguete vibrador, masajear esta zona aumenta el flujo sanguíneo, la sensibilidad y la excitación. Incluso, se puede probar con sexo oral. Luego de esto, él estará más preparado para dar el siguiente paso.
5. Técnicas con los dedos
La forma típica de estimular el punto G en el hombre es con los dedos. Esto se debe a que proporciona más control, precisión y comodidad. Lo más interesante es que posibilita la práctica de diferentes técnicas, como las siguientes:
- Penetración inicial: al introducir el dedo y localizar la próstata, espera que pasen unos 30 segundos antes de iniciar cualquier movimiento. Esto le permite a tu pareja relajarse y familiarizarse con la sensación.
- Movimiento «ven aquí»: con uno o dos dedos, curva hacia adentro, hacia la pared frontal del recto, y luego extiende hacia afuera, como si estuvieras dibujando una pequeña curva.
- Masajes circulares suaves: en lugar de mover el o los dedos en una sola dirección, dibuja pequeños círculos en la zona, variando el ritmo de movimiento y la presión de acuerdo a las preferencias de tu pareja.
- Suaves golpecitos: con sumo cuidado, puedes mover el dedo como dando pequeños golpecitos en la zona.
6. Introducción de juguetes sexuales
Ahora mismo, hay una amplia variedad de juguetes sexuales que potencian el placer y las sensaciones. Por su diseño, textura, tamaño y tecnología, son ideales para llevar la experiencia sexual a otro nivel y conseguir orgasmos más intensos.
En el caso particular del punto G masculino, encontramos opciones como los plugs anales (normales y con vibrador), los masajeadores prostáticos o las esferas anales. Estas opciones son idóneas para incrementar la excitación en esta zona; cuentan con diferentes funcionalidades, tipos de vibraciones, intensidades y demás, que permiten personalizar al máximo la experiencia.
7. Posturas sexuales ideales
Por comodidad para acceder a la próstata, puedes probar diferentes posturas sexuales cuando desees explorar el punto G masculino. Las más recomendadas son las siguientes:
- Estilo perrito.
- Acostado boca abajo con las piernas abiertas.
- Acostado boca arriba con las piernas abiertas.
- De lado, en posición de cucharita.
8. Identificar las señales de placer
Saber reconocer el placer del hombre durante el masaje prostático también es determinante para aprender a estimular de forma correcta su punto G, según sus preferencias. En este sentido, es importante tanto la observación como la comunicación.
Es posible que notes a tu pareja más excitada de lo habitual. A menudo, los hombres describen sensaciones intensas variadas, como calor, cosquilleo o presión. Si logras el estímulo adecuado, notarás que disfruta orgasmos más intensos y prolongados.
Ahora bien, si hay señales de incomodidad o dolor, es mejor reducir la velocidad, probar algo más suave, o bien, detenerse. No hay razones para apresurarse; la comodidad y el deseo de hacerlo será determinante para una experiencia satisfactoria.
Dudas frecuentes sobre la estimulación del punto G masculino
El tabú histórico sobre la sexualidad masculina, en especial en lo que respecta a las zonas erógenas más allá del pene, son la razón por la que la estimulación del punto G genera dudas e incertidumbre. Veamos algunas de las inquietudes más frecuentes.
¿La estimulación del punto G en el hombre es antihigiénica?
No. Siempre que se priorice la higiene personal antes y después de su práctica, no tiene por qué ser sucia o insalubre. En este sentido, asegúrate de poner en práctica lo siguiente:
- Lavado de manos con abundante agua y jabón.
- Uso de lubricantes a base de agua.
- Corte y limpieza de las uñas.
- Desinfección y esterilización de los juguetes sexuales.
¿Estimular el punto G masculino duele?
No. La estimulación de la próstata (punto G) no debería causar dolor. Aun así, puede experimentarse malestar si no se utiliza suficiente lubricante o si se aplica una técnica inapropiada. En caso de ardor o dolor, es mejor detenerse.
Hay que tener en cuenta que la experiencia personal varía; algunos sienten placer a la primera, mientras que otros deben practicar más antes de encontrar lo que les funciona. Como sea, es mejor tomárselo con calma. Sentir estrés o vergüenza puede generar tensión adicional e interferir con el disfrute.
¿Quiénes deberían evitarlo?
Todos los hombres pueden disfrutar esta práctica sexual siempre que sea consensuada y respetuosa. Aun así, en caso de dolor o incomodidad, infecciones prostáticas u otras enfermedades de esta glándula, es preferible consultar al médico antes de explorarlo.
A veces, durante la recuperación de ciertas afecciones de la próstata, el profesional puede sugerir evitar este tipo de estimulación con el fin de prevenir complicaciones. De todos modos, cada caso es único y se requiere una evaluación individual.
La estimulación prostática no te hace menos hombre
A día de hoy, muchos hombres se cohíben de explorar su punto G por la creencia de que esto disminuye su masculinidad. Sin embargo, esto se ha desmitificado. La estimulación prostática, como otras prácticas sexuales, hace parte de la diversidad sexual humana y no resta hombría.
Ahora mismo, se acepta como un acto íntimo saludable que puede contribuir a una vida sexual más plena. En cualquier caso, es una cuestión de preferencias; para muchos es una vía efectiva para conseguir orgasmos intensos, pero otros pueden simplemente no disfrutarlo y también es normal.
Si es que decides practicarlo, asegúrate que sea con consentimiento mutuo, respeto y manteniendo una comunicación constante con tu pareja.
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