Falta de apetito en el embarazo
Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
El aumento de peso es de lo que más tememos las mujeres al pensar en embarazo, pero la falta de apetito en el embarazo es más común de lo que creemos. Sin embargo, hay razones para ello y formas de sobrellevarlo, para garantizar que comamos lo que el cuerpo y el bebé necesitan.
Puede ocurrir que a tan solo unos días de haber recibido la gran noticia, no toleramos ni pasar frente al restaurante preferido. Entonces el miedo queda desplazado por otro: no me da hambre y debo alimentarme no por dos, sino para dos.
Durante esas 40 semanas experimentamos diferentes síntomas y sensaciones. No solo sentimos el hipo o los movimientos del bebé dentro del vientre. También las hormonas y los cambios corporales hacen de las suyas, generando cambios en las costumbres alimenticias.
Falta de apetito en el embarazo… ¿Por qué no me provoca comer?
Cada mujer es diferente y por eso cada embarazo es distinto. Puede que seas de las sienten antojos y comer combinaciones extrañas como lentejas con jalea. Quizás eres de las que no perciben cambios. Pero si eres de las que más bien sufren de falta de apetito en el embarazo, no te preocupes pues lo más seguro es que se deba a causas muy naturales.
Las razones de la inapetencia durante esta etapa de la maternidad pueden ser muy variadas. Estamos experimentando distintos cambios físicos, químicos y emocionales a lo largo de nueve meses.
Arriba las hormonas
La llamada hormona del embarazo, la gonadotropina coriónica humana (HCG), solo está presente en la sangre durante la gestación y es la responsable de provocar las náuseas y vómitos. Estos malestares es probable que sean las causas principales de la falta de apetito en el embarazo, sobre todo durante el primer trimestre.
La HCG además estimula la producción de otras hormonas, estrógenos y progesterona. Esta última también puede contribuir con la pérdida del deseo de comer, pues retarda el proceso de digestión.
Cambios por dentro y por fuera
Al prepararse el cuerpo para acoger al bebé en el vientre hay una relajación de la musculatura del estómago. Ello es otra de las posibles causas de la falta de apetito en el embarazo. El malestar general y la fatiga también pueden incidir.
Además, entre el segundo y tercer semestre hay una ralentización del sistema digestivo. La presión que ocasiona el crecimiento del útero y el tamaño del feto en la parte inferior del intestino hacen más lenta la digestión, lo que puede afectar a tus ganas de comer.
También se puede disminuir el deseo de ingerir alimentos debido al estreñimiento o los gases que algunas padecen y generan malestar gástrico, así como digestiones pesadas. Igualmente, la acidez estomacal puede convertirnos en inapetentes.
Temporadas de calor
Mientras portamos al bebé dentro podemos sentir mayor calor corporal. Si a eso le sumamos que alguna parte del embarazo coincida con temporadas de altas temperaturas como el verano, es bastante probable que no nos apetezca ni un bocado.
Igualmente, podemos ser propensas a padecer con más intensidad las afecciones típicas de los cambios de estación como la astenia primaveral. Ese “bajón” que sentimos ante los cambios que trae la primavera puede generar síntomas como la fatiga.
Cuando mandan las emociones
Los grandes cambios hormonales que atravesamos nos vuelven más sensibles. Si a eso le sumamos la ansiedad y el estrés que experimentamos por la espera de tener al bebé en brazos, las embarazadas podemos padecer un carrusel de sentimientos.
Este cuadro emocional puede ser una razón psicológica de la inapetencia. Los cambios de humor que trae consigo el embarazo nos pueden alejar incluso de los platos favoritos de siempre.
¿Qué hacer ante la falta de apetito en el embarazo?
Como vimos la mayoría de las causas se deben a razones normales y naturales. Por lo tanto, hay maneras sencillas de sobrellevarlo, sin que ello sea una fuente de estrés ni sobresaltos, que nos impidan disfrutar del embarazo ni de los placeres de comer.
El médico primero
Lo primero que debemos hacer es informárselo al médico, quien podrá descartar otras causas de mayor importancia. Verificará con pruebas médicas sencillas y comunes, que mamá y bebé estén consumiendo las vitaminas y minerales necesarios para su buena salud.
Además, un médico es quien podría determinar si es necesario complementar tu alimentación con algunos suplementos específicos. Recuerda que en esta etapa debemos estar más alertas con lo que consumimos. Así que la orientación de un especialista es la mejor guía.
Poco a poco
Comer porciones pequeñas varias veces al día es lo ideal. Lo recomendable es ingerir algo ligero cada dos horas y media o tres horas. Así vas “haciendo estómago” y no quedas con sensación de saciedad completa. Ayudas también a activar la digestión y el metabolismo, así como ayudarás a evitar la acidez.
Si sufres de nauseas mañaneras, toma en cuenta una recomendación común, que es tener cerca de la cama algo de pan o galletas saladas para ingerir solo un bocado apenas levantarte.
Lo que sí y lo que no
Elige los alimentos que mejor tolere tu estado digestivo. Preferentemente aquellos más saludables para ti y para el bebé.
Aprende a identificar los alimentos que te causan malestar y elimínalos de tu lista de compras y menú. Por el contrario, detecta los que más te provocan y que al ingerir no te causan repulsión o pesadez, e inclúyelos en tu dieta.
Procura que sean alimentos naturales o poco procesados. Obvia las comidas pesadas, saladas, con muchas salsas, grasas saturadas y frituras. Las decisiones que tomes con respecto a tu alimentación en los primeros meses son fundamentales para superar malestares propios del estado de gravidez.
Quizá te interese: Los mejores alimentos que se deben comer durante el embarazo
Frutas y verduras
Tu menú tiene que estar lleno de frutas y verduras. Son las que más nutrientes aportan, te generan menos malestar y aportan más líquidos para satisfacer los requerimientos del organismo.
Existe tal variedad de legumbres y vegetales que no hay excusas para enriquecer tu menú con opciones distintas. Además, las frutas son siempre la mejor opción para las meriendas. Las puedes llevar contigo, te refrescan y al ser una fuente rica en fibra contribuyen con una mejor digestión.
Planifícate
Será de ayuda el planear tu menú semanalmente o por lo menos diariamente, desde la noche anterior. Al levantarte ya sabrás que comerás en el desayuno, las meriendas y en el resto de las comidas.
Haz un buen desayuno, come menos en el almuerzo y cena en las horas más frescas de la noche. Lleva siempre algo ligero en el bolso, para no recurrir a opciones callejeras y saltarte ninguna comida. Proponte ingerir algo cada tres horas, aunque no tengas apetito.
Prepara con tiempo comidas que puedas tener refrigeradas. Evita hacer cocciones muy elaboradas o fatigadoras, pues es seguro que luego no te provoque ni siquiera olerlas. Varía el menú, busca maneras distintas de preparar los alimentos para que tampoco te aburras de comerlos.
Hidrátate bien
Seguro ya tu médico te indico que durante estos nueve meses debes estar bien hidratada, para poner a trabajar los riñones y evitar la retención de líquido. Pues esta es también una manera de apalear la falta de apetito en el embarazo.
Prefiere siempre el agua, las infusiones y los jugos naturales bajos en azúcar. Además, si estás viviendo tu embarazo con altas temperaturas, busca opciones como gazpachos y batidos que incluyan verduras para tus comidas o meriendas.
Evita el sedentarismo
Caminar, practicar yoga o hacer algo de ejercicio de bajo impacto, ayudará al aparato digestivo a trabajar mejor. Además, las posturas correctas al sentarte y al comer también ayudan al proceso de digestión. El ejercicio generalmente despierta las ganas de comer, lo que necesitas para enfrentar la falta de apetito en el embarazo.
Por supuesto tampoco se trata de abusar con el ejercicio. Respeta y valora tus momentos y días de descanso. Al acostarte es preferible estar medio sentada, no totalmente reclinada, para evitar el reflujo y la sensación de ardor en el estómago.
Quizá te interese: Yoga y embarazo ¿Qué posturas puedo practicar?
Recomendación final
Lo importante es que siempre tengas presente que el cuerpo está experimentando cambios naturales y necesarios para el buen desarrollo de tu embarazo y del bebé. Los malestares que te atacan en el primer trimestre y no te dejan disfrutar de tus comidas, pasan pronto. Luego puede que hasta regrese un apetito “repotenciado”, que también hay que controlar con buenos hábitos alimenticios.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Alemany-Garcia, Cristina, and A. Molinero. “Factores que influyen sobre el apetito: revisión bajo un prisma evolutivo.” Rev Divulg e Investig en Ciencias Nat. 2 (2014): 1-8.
- Guerrero, Maria de las Mercedes Izquierdo. Estudio de hábitos alimentarios y conocimientos nutricionales en embarazadas de distintas áreas de salud de la Comunidad de Madrid. Diss. Universidad Complutense de Madrid, 2016.
- Manakova, E. “Supresores del apetito en el embarazo.” Neuro Endocrinol Lett 33 (2012): 179-82.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.