¿Cómo hacer un enema en casa y qué riesgos tiene?
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Por distintas razones, algunas personas deben realizarse un enema o lavativa anal en casa para ayudar a limpiar el recto de la materia fecal. Esto es parte de la preparación para algunos procedimientos médicos, como método para aliviar el estreñimiento o como paso de limpieza antes de tener sexo anal.
En general, es una práctica habitual y recurrente, pero de la que aún se sigue hablando poco, pues encierra un tabú. Sigue leyendo y aprende todo lo necesario sobre cómo hacer un enema en casa.
¿Qué es un enema?
Conocido también como ducha anal o limpieza de colon, un enema es un procedimiento mediante el que se introducen grandes cantidades de agua a presión por el ano, por un tubo o pera. El líquido es luego expulsado, junto con la materia fecal, hasta que sale claro. En ese momento, el recto, el colon y parte de los intestinos quedan limpios.
Según información de la Clínica Mayo , hay quienes respaldan que el uso de enemas puede ayudar a desintoxicar el cuerpo, aumentar la energía y mejorar el sistema inmunitario. Sin embargo, no hay evidencia médica que respalde dichos beneficios.
Los enemas pueden ser un buen método para ayudar a combatir el estreñimiento, ya que ayudan a aliviar el malestar y facilitan la expulsión de las heces. Es un procedimiento recomendado para las personas constipadas crónicas, aunque no se deben usar con frecuencia, ya que podría enlentecerse el peristaltismo normal.
Tipos de enema
Los enemas se pueden clasificar en dos grandes categorías, de acuerdo con su finalidad. Algunos están indicados para realizarse de forma casera, mientras otros son exclusivamente de uso profesional.
Todo depende de para qué y cómo se emplearán. Aprende a diferenciarlos de manera sencilla y a saber para qué situación es recomendable utilizar cada uno de ellos.
1. Enemas de limpieza
También llamados enemas evacuantes, son el tipo de lavativas anales más frecuentes y comunes. En general, puede realizarse sin problemas en una casa.
Se administran con la finalidad de limpiar el colon, el recto y parte de los intestinos de la materia fecal que pueda encontrarse allí. En la mayoría de los casos, suele utilizarse agua pura o soluciones salinas. Generalmente, se retiene el líquido durante 2 o 3 minutos antes de expulsarlo por completo y se repite el procedimiento hasta que el agua salga clara y limpia.
Las lavativas de limpieza son recomendables en casos de estreñimiento, para obtener muestras de heces, antes de una exploración radiológica del recto o como método de preparación para relaciones anales. De igual forma, un estudio realizado en 79 pacientes, de entre 0 y 14 años, concluyó que los enemas salinos alivian los síntomas de la impactación fecal en un alto porcentaje de pacientes.
2. Enemas de retención
La diferencia entre el enema de limpieza y el enema de retención es que en el primero, el paciente evacúa el agua casi inmediatamente, mientras que en el segundo debe retener el líquido por un periodo inferior a 30 minutos. En este se suelen suministrar medicamentos mezclados con el agua.
De hecho, algunas guías clínicas afirman que los enemas de lactosa o lactitol muestran una eficacia del 86 y 78 %, respectivamente en pacientes con encefalopatía hepática. Por tanto, constituye una vía terapéutica óptima que es considerada por los profesionales de la salud en diferentes situaciones.
Además de medicinas, sirve para administrar sustancias nutritivas. En ambas situaciones, el enema de retención se debe realizar de manera profesional para estar seguros de que las dosis sean las correctas.
Antes de realizar el enema de retención hay que hacerse uno de limpieza. Esto, con el fin de que los medicamentos suministrados lleguen con rapidez al torrente sanguíneo.
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¿Cómo hacer un enema en casa correctamente?
Cada persona puede tener su manera particular de realizar un enema en casa. Desde el instrumento que utilizará para la lavativa, hasta la pose que le resulte más cómoda.
Estas son algunas recomendaciones generales para realizar un enema casero de una forma fácil y segura que serán de gran ayuda cuando vaya a realizarse este procedimiento por primera vez:
- Escoge tu herramienta favorita: ten a la mano el enema de farmacia, el irrigador o la pera anal con la que realizarás el lavado, previamente desinfectada.
- Llénala con agua tibia: recuerda cuidar la temperatura para no generar un cambio brusco o incómodo una vez que el líquido ingrese al cuerpo. Se recomienda que el líquido se encuentre entre 37 y 40 grados centígrados, ya que temperaturas superiores pueden lesionar la mucosa anal.
- Lubrica la punta de plástico: con ayuda de vaselina o algún lubricante, engrasa la punta de la herramienta con la que realizarás el enema para facilitar su ingreso.
- Colócate en una posición cómoda: algunas de las más recomendadas son acostado de lado con una de las piernas dobladas, acostado boca arriba con las piernas hacia el pecho o en cuclillas.
- Introduce suavemente la punta: con delicadeza, ve introduciendo la punta del enema o pera en el ano, con mucho cuidado de no generar movimientos agresivos.
- Abre o presiona la herramienta: si es un enema de farmacia, cuélgalo a 90 centímetros del piso, ponte de lado o boca arriba y abre la llave para permitir la entrada del agua. Si utilizas una pera, lo más cómodo es ponerse en cuclillas y presionarla suavemente.
- Espera un par de minutos: mantente en la posición elegida e intenta retener el agua. Espera hasta que tengas ganas de evacuar.
- Repite el lavado: vuelve a realizar el enema de 3 a 4 veces hasta que el agua salga clara y limpia. Recuerda no introducir más de 250 mililitros de agua por cada lavativa.
Riesgos y precauciones con los enemas caseros
Aunque es verdad que los enemas son un procedimiento de gran ayuda y que pueden realizarse en la comodidad del hogar, no se debe abusar de ellos. Su uso excesivo puede traer repercusiones a la salud que terminen dañando la flora intestinal.
Estos son algunas precauciones para sacarle el mayor provecho a los enemas y no correr riesgos innecesarios:
- Debe evitarse el uso de enemas de café o agua jabonosa, ya que irritan el intestino y pueden causar dolor y malestar abdominal. Según estudios, los enemas de agua jabonosa causan incomodidad y producen pérdida de epitelio superficial del intestino.
- No se deben emplear en situaciones en las que sea riesgoso aumentar los movimientos intestinales, como en la apendicitis o la perforación intestinal.
- Puede ser nocivo en pacientes con desequilibrio hidroelectrolítico. Por ejemplo, si hay insuficiencia renal.
- En pacientes con diarrea crónica, como en la enfermedad de Crohn, su uso empleo favorece a la hiperfosfatemia y la hipocalcemia.
- En algunas personas, una mala realización de un enema puede causar náuseas, molestias abdominales, proctitis o picazón anal.
¿Cuándo buscar atención médica?
En general, la aplicación adecuada de un enema no debería acarrear complicaciones. No obstante, existen situaciones en las que se recomienda acudir lo antes posible con un profesional. Tal es el caso de las siguientes:
- Ausencia de evacuaciones por más de 3 días.
- Molestias al defecar.
- Sangrado rectal.
- Dolor abdominal intenso.
- Vómitos a repetición.
Hacer un enema en casa es una tarea seria
Luego de conocer los beneficios y las precauciones que tienen los enemas, ten cuidado a la hora de realizarlos para no correr ningún tipo de riesgo. Recuerda no abusar de ellos y solo utilízalos en casos necesarios.
Si el problema principal es el estreñimiento, consulta con un especialista antes de realizar un enema. Los profesionales de la salud están capacitados para brindarte las indicaciones y precauciones que deben tenerse al usar estos productos.
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