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¿Por qué algunos hijos se olvidan de sus padres?

7 minutos
La falta de comunicación durante la crianza, e incluso vivencias traumáticas, pueden ser motivos por los que algunos hijos deciden olvidar a sus padres. Conozcamos de cerca, algunas de las causas que pueden llevar a esto y cómo fortalecer lazos con tus progenitores, en la adultez.
¿Por qué algunos hijos se olvidan de sus padres?
Maria Fatima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales

Última actualización: 08 noviembre, 2023

En la transición hacia la adultez, es común que las dinámicas familiares experimenten cambios significativos. Una de las realidades que ha surgido en la sociedad actual es el distanciamiento entre padres e hijos, un fenómeno complejo que merece ser explorado en profundidad.

Son múltiples las causas de este suceso y van desde situaciones como traumas o diferencias de pensamiento, hasta la influencia de la pareja, y aunque este alejamiento puede generar inquietud y confusiones, comprender el origen y consecuencias puede arrojar luz sobre esta temática.

¿Cuáles son las causas del distanciamiento de los hijos?

Antes de adentrarnos en las razones principales del distanciamiento por parte de los hijos, es esencial recordar que este fenómeno no debe ser interpretado como una simple omisión de responsabilidades en todas las ocasiones. En cambio, puede entenderse como una expresión de crecimiento personal, donde los hijos buscan encontrar su voz, independencia y felicidad.

Te compartimos situaciones que suelen ser el origen de las rupturas familiares y que quizás te permitan evaluar y tomar acciones que fortalezcan la comunicación.

Vivencias traumáticas y la necesidad de poner distancia

La relación entre padres e hijos es crucial en la formación de la identidad y la percepción de sí mismos. Sin embargo, cuando las vivencias traumáticas marcan la infancia, este vínculo puede volverse frágil. En algunas ocasiones, los hijos optan por distanciarse, como una forma de sanar las heridas del pasado. En este proceso, la búsqueda de independencia se entrelaza con la necesidad de establecer límites saludables para proteger su bienestar emocional.

Estudios han identificado que las causas más frecuentes de estos traumas pueden incluir la separación de los padres, el fallecimiento de seres cercanos, la exposición a violencia doméstica y problemas relacionados con el consumo de sustancias, así como haber sido protagonista o testigo de violencia en el hogar y la convivencia con una familia multiproblemática. El ambiente familiar también desempeña un papel fundamental, ya que su falta de fortaleza puede generar desentendimiento y una sensación de soledad en edades adultas.

En relación con la separación de los padres, esta puede desencadenar factores problemáticos como la manipulación de los hijos para hacer reclamos al otro progenitor. Además, cuando una de las partes involucradas en la separación forma una nueva pareja y el hijo no simpatiza con esta, también puede conducir al distanciamiento. La manera en que se maneja la separación y cómo se establece la comunicación entre los padres y los hijos en este proceso puede tener un impacto profundo en la evolución de la relación entre ellos.

Migraciones forzadas y distancia geográfica

En un mundo cada vez más globalizado, las oportunidades laborales, los conflictos políticos y sociales, así como otros factores, pueden llevar a las personas a buscar una vida en lugares distantes de su lugar de origen. Esta situación, aunque a menudo inevitable, puede tener un impacto profundo en las relaciones familiares.

Las migraciones forzadas, resultado de situaciones como conflictos armados, persecución política o desastres naturales, pueden generar una separación abrupta entre padres e hijos. La necesidad de buscar seguridad y una vida mejor puede llevar a que los miembros de una familia se dispersen en diferentes regiones o incluso países. Esto conduce a una ruptura en la convivencia cercana y en la imposibilidad de mantener un contacto regular.

Por otro lado, la distancia geográfica también puede surgir, debido a oportunidades laborales en zonas lejanas. Muchas veces, los hijos jóvenes se mudan a ciudades o países diferentes para perseguir sus objetivos profesionales y educativos. Además, el aspecto económico también juega un papel crucial en este punto, pues el costo de los boletos aéreos y otros gastos relacionados con los viajes puede dificultar las visitas regulares a los padres que residen lejos.

Diferencias de valores y discusiones continuadas

La vida adulta trae consigo la formación de valores y creencias personales, que pueden divergir de los inculcados durante la crianza. Cuando las visitas a los padres desencadenan discusiones constantes, algunos hijos pueden optar por espaciar sus encuentros para evitar tensiones innecesarias. Es en este proceso donde aprenden a establecer límites y resguardar su propia paz mental.

Las diferencias suelen surgir a partir de la adolescencia, pues es en esta etapa donde el hijo va en busca de la independencia, más allá del lazo de apego que se ha formado durante la crianza. Es allí donde el clima familiar y el respeto por parte de los padres, tiene mayor influencia para establecer cómo serán las relaciones a futuro.

Los estudios son positivos en este sentido; esbozan que la brecha generacional es cada vez menos influyente en las rupturas familiares, debido a que, a diferencia de décadas anteriores, el abismo ideológico entre padres e hijos es cada vez menor, pues se abordan temáticas como la religión, la política y la sexualidad, que antes solían ser tabú.

Conflictos con las parejas y tensiones en la relación

El amor y las relaciones de pareja pueden generar complicaciones en el vínculo entre padres e hijos. Los choques de valores y las dificultades para aceptar a las parejas elegidas pueden desencadenar un distanciamiento gradual. La resistencia de los padres hacia la relación o la disconformidad de las parejas con la familia de su ser amado pueden ejercer presión sobre los lazos familiares, llevando a algunos a reducir la frecuencia de las visitas.

Hijos con problemas mentales o personalidades difíciles

El contexto familiar puede ser desafiante para aquellos hijos que luchan con problemas mentales o poseen personalidades difíciles. Las dinámicas complejas que emergen en estos casos pueden afectar, de manera negativa, la relación con los padres. El trastorno de personalidad y otras condiciones pueden influir en la toma de decisiones de los hijos, contribuyendo al distanciamiento como una medida de protección.

De hecho, se ha demostrado que la falta de unión y comunicación entre una familia puede ser el reflejo de padres con casos de depresión, y por lo general, se traduce en hijos con problemas emocionales y conductuales, lo cual va generando una ruptura progresiva de las relaciones.

Preferencias parentales y hermanos favoritos

La dinámica de los hijos adorados o preferidos puede desencadenar resentimientos y conflictos dentro de la familia. Cuando los padres favorecen a un hijo sobre los demás, los lazos familiares pueden resentirse y la equidad se ve comprometida.  El sentimiento de ser desfavorecido puede influir en la decisión de algunos hijos de distanciarse para encontrar su propia identidad y valor fuera de este patrón.

La importancia del equilibrio y la comunicación

Si bien el distanciamiento entre padres e hijos puede estar fundamentado en una variedad de causas, es vital mantener una perspectiva equilibrada. Reconocer que la vida familiar moderna presenta desafíos y oportunidades permite a ambas partes reflexionar sobre su papel en la relación. La comunicación abierta y honesta, donde se comparten preocupaciones y expectativas, puede allanar el camino hacia una comprensión mutua y la redefinición de la relación en términos adultos.

¿Cómo mantener una relación saludable durante las visitas?

La reconciliación y el fortalecimiento de los lazos entre padres e hijos son metas deseables para ambas partes. Para lograrlo, es esencial establecer una base sólida de comunicación y comprensión mutua. Te ofrecemos algunas recomendaciones para sacarle el máximo provecho a los momentos de encuentro.

  • Mantén una comunicación abierta: expresa tus pensamientos y sentimientos de manera honesta y respetuosa. Escucha activamente a las demás partes y permíteles expresar sus puntos de vista.
  • Establece expectativas claras: antes del encuentro analiza los temas que podrían generar conflicto durante la visita y establece límites que resguarden la paz familiar.
  • Procura el respeto mutuo: reconoce las diferencias y las perspectivas individuales, evitando el juicio y la crítica constante.
  • Busca que haya tiempo de calidad: en lugar de enfocarte en la cantidad de visitas, prioriza la calidad del tiempo que pasan juntos. Participa en actividades significativas y disfruta de momentos compartidos.
  • Expresa la gratitud: reconoce y valora los esfuerzos y sacrificios que cada miembro de la familia ha realizado. Mantén un estado de agradecimiento por el amor y el apoyo.

La relación entre padres e hijos es una danza compleja de amor, desafíos y evolución personal. Si bien los motivos para el distanciamiento pueden ser variados, la posibilidad de reconstruir los lazos siempre está presente. Al adoptar una actitud abierta, empática y comprometida, es posible cultivar una relación enriquecedora y significativa que perdure a lo largo de los años.


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  • Cantón-Cortés, D., Cortés Arboleda, M. D., & Cantón Duarte, J. (2010). Experiencias traumáticas, ambiente familiar y ajuste psicológico. Revista INFAD de Psicología International Journal of Developmental and Educational Psychology, 1(1), 363-369. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832324039
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