El intestino perezoso: todo lo que debes saber

El intestino perezoso, además de estreñimiento, puede producir distensión abdominal y dolor al defecar. Se trata de una alteración en la peristalsis que, habitualmente, no es de causa grave.
El intestino perezoso: todo lo que debes saber
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 mayo, 2023

El intestino perezoso es la expresión que refiere a esas personas que tienden a realizar digestiones lentas y que suelen sufrir estreñimiento. Es decir que se manifiesta con una alteración del tránsito intestinal, más lento de lo normal, lo que conlleva que las heces sean más duras y cueste defecar.

En realidad, el intestino perezoso es un síntoma que puede tener múltiples causas. Por ejemplo, se relaciona con el sedentarismo y con una alimentación inadecuada pobre en fibra. Incluso puede deberse a alguna patología intestinal. Esto hace que sea bastante prevalente.

El hecho de no poder hacer de vientre de manera adecuada puede provocar problemas de salud y de bienestar. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el intestino perezoso y cómo solucionarlo.

¿En qué consiste el intestino perezoso?

Como ya hemos mencionado, el intestino perezoso consiste en que los músculos de este órgano se mueven de manera más lenta y débil de lo normal. Esto hace que el tránsito de las heces sea muy pausado, volviéndolas más consistentes y duras.

Cuando esto ocurre, es lógico que haya estreñimiento. La persona que lo sufre no puede ir de vientre y, al hacerlo, resulta doloroso. Hasta pueden provocarse heridas en el ano o el recto. Además, el intestino perezoso se acompaña de distensión abdominal y gases.

En algunos casos, pueden llegar a producirse hemorroides, debido al esfuerzo realizado para intentar defecar. De hecho, es frecuente que estas personas tengan sensación de saciedad e incluso mal aliento matutino por el gas intestinal.

El intestino perezoso conlleva estados de constipación, donde se hace difícil evacuar normalmente

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¿Qué causa el intestino perezoso?

La mayoría de las veces esta situación está provocada por causas que no son patológicas, como la edad. Es frecuente que suceda más en personas mayores que en jóvenes. En esto influye, a su vez, el sedentarismo. Es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar intestino perezoso. El ejercicio hace que todo nuestro cuerpo se active y que, por el propio movimiento, nuestros intestinos se pongan en marcha.

Por otra parte, la alimentación también es un gran determinante. Tener una dieta pobre en fibra y en líquidos aumenta mucho las probabilidades de sufrir esta afección.

Es importante destacar que ciertos medicamentos se asocian a este problema, bajo la forma de un efecto adverso. Especialmente el uso de laxantes durante cierto tiempo. Los laxantes estimulan el intestino, por lo que si se consumen de manera prolongada el peristaltismo se acostumbra, generándose el efecto contrario.

Aunque es menos frecuente, el intestino perezoso también puede ser síntoma de una enfermedad metabólica o de una lesión nerviosa. Ocurre cuando se afecta alguno de los nervios encargados de estimular el movimiento de este órgano, como por ejemplo tras una lesión en la médula espinal.

Peristaltismo
Cuando el peristaltismo se ve afectado, enlenteciéndose, entonces podemos hablar de intestino perezoso

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¿Qué se puede hacer para solucionarlo?

Lo primero que se debe hacer ante un problema de salud como el intestino perezoso es consultar al médico. Seguramente te recomiende ciertos cambios en la dieta o en tu estilo de vida que te ayuden a solucionar de manera natural el trastorno.

En primer lugar, es importante introducir más alimentos ricos en fibra en la dieta, como frutas y verduras. Además, se recomienda reducir el consumo de lácteos y alimentos procesados. También es importante beber suficiente agua, entre 1,5 y 2 litros al día.

Junto con la dieta se debe añadir más ejercicio físico en la rutina diaria. Sólo con el hecho de caminar una hora al día puedes notar una mejoría. Algunos expertos recomiendan cambiar la postura a la hora de ir al baño, para facilitar la evacuación de las heces. Por ejemplo, tratar de ponerse en cuclillas.

En el caso de que, aún así, necesites laxantes, lo ideal es utilizar laxantes naturales. El té verde o ciertas frutas como el kiwi pueden ayudar. Los enemas también constituyen una solución puntual, pero deben ser utilizados bajo recomendación médica.

Aunque el intestino perezoso suele tener una causa fisiológica y se puede tratar con pequeñas modificaciones como las que te sugerimos, si no se consigue el efecto lo mejor es consultar con el médico. Se te realizarán las pruebas pertinentes y se determinará si la causa es más grave.


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