La triste historia de la mujer exhibida por sus grandes glúteos

En 1984, Nelson Mandela pidió que los restos de la joven fueran devueltos a África para darles sepultura digna.
La triste historia de la mujer exhibida por sus grandes glúteos
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 julio, 2023

Esta historia tuvo lugar en el siglo XIX, en esa época de sinrazón donde la esclavitud escribió relatos lamentables. Este que vas a conocer es el de Saartjie Baartman, una joven exhibida por tener grandes glúteos.

Esta joven fue objeto de burlas y maltrato por su “anormalidad genética”. Descubre más sobre su historia en el siguiente artículo.

Secuestro y esclavitud

Saartjie Baartman tenía 20 años y disponía de una vida normal en Ciudad del Cabo. Pertenecía a la etnia africana de los Khoikhoi: personas acostumbradas a vivir de la tierra, de sus animales y con arraigadas costumbres religiosas.
Nada sabía esta joven de lo que existía más allá de su horizonte, en esa bella tierra africana. Y es que este continente ha sido ampliamente atacado y humillado por los europeos, especialmente durante la época imperialista en la que vivió Saartjie.
Su vida cambió radicalmente el día en que conoció a Hendrik Cesars y William Dunlop. El primero era de Ciudad del Cabo y el segundo, escocés. Ambos vieron en el cuerpo de Saartjie una particularidad que les iba a hacer ganar mucho dinero. Por eso, decidieron llevársela a Londres.

Esta joven padecía lo que hoy se conoce como esteatopigia. Una enfermedad muy común entre tribus africanas como bosquimanos y hotentotes. No es más que una acumulación anormal de grasa en los glúteos.

Esto es algo normal en algunas personas que padecen de obesidad mórbida. Sin embargo, en aquella época no era algo tan habitual y, por eso, los dos hombres vieron en esta chica la forma de enriquecerse exhibiéndola por teatros y ferias londinenses.

La “Venus negra”, mujer de grandes glúteos

Venus negra de grandes glúteos

La llamaron la Venus negra o la “Venus Hotentote”, que hacía referencia al pueblo y la etnia de la que ella provenía. Sin saber muy bien cómo o por qué, Saartjie se vio a sí misma en pocos días sobre los escenarios de varios teatros de Londres. El espectáculo era tan elemental como humillante.
  • La joven debía quedarse desnuda ante el público y, sencillamente, exhibir sus formas ante todos aquellos ojos que la atendían llenos de expectación morbosa.

La mayoría de ese público, como era de esperar, eran hombres. Caballeros de diferentes clases sociales que no dudaban en pagar por ver a la joven hotentote y sus grandes glúteos.

Noche tras noche se repitió el mismo acontecimiento durante cuatro largos años. Una auténtica tortura psicológica para esta mujer que, sin quererlo ni desearlo, se convirtió en una atracción de feria.

París

Con todo, aunque en un principio el “show” gozó de una tremenda popularidad, poco a poco comenzaron a alzarse las voces de los abolicionistas. Estos vieron en aquel acto una imperdonable humillación y un hecho depravado que debía ser prohibido de inmediato.

Sin embargo, Dunlop se defendió alegando que Saartjie actuaba de modo voluntario porque ella lo deseaba. Esto se demostraba con el contrato que había firmado. No obstante, nunca pudo probarse que ella estuviera al tanto de la existencia de dicho documento. Con todo, los tribunales creyeron su versión y el espectáculo continuó.

Posteriormente Dunlop falleció y Saartjie fue trasladada a París. Allí un domador de fieras la exhibió durante quince meses y así continuó su degradante exposición.

Con todo, los parisinos pronto empezaron a cansarse del espectáculo, por lo que el francés que la había comprado decidió cambiar de actividad. Empezó a organizar espectáculos privados donde exhibirla de nuevo, en antros de las calles parisinas, en los cuales la utilizaba para prostituirla. Así, todos aquellos hombres que lo desearan, podían acostarse con la joven de grandes glúteos, la famosa Venus Hotentote.

El final de una vida de penurias

África, su tierra

Así vivió hasta su muerte, que no tardaría en llegar. Y es que las malas condiciones en las que vivía, el clima frío, las vejaciones a las que era sometida y, probablemente el alcoholismo que padecía, la llevaron a fallecer el 29 de diciembre de 1815 con solo 25 años. Llevaba simplemente 5 años en Europa, pero eso había bastado para cobrarse su vida.

Se cree que todos estos factores influyeron en su triste final, aunque la causa real de su muerte no está del todo clara. Se considera que podría haber muerto de una enfermedad inflamatoria, posiblemente viruela o sífilis, pero no se tiene claro.

Después de su muerte

Puede que llegado este punto, pienses que su vida llegó por fin al descanso, pero no fue así, en absoluto. Tras morir, el cuerpo de Saartjie fue diseccionado para ser nuevamente expuesto en el Musée de l´Homme de París.
Se exhibieron su cerebro, sus genitales y su esqueleto. Y ahí estuvo hasta llegados los años 70, cuando se decidió finalmente guardar aquel testimonio de la crueldad humana y todo lo que la esclavitud supuso para nuestra sociedad.

El verdadero descanso para Saartjie Baartman llegó cuando Nelson Mandela, en 1984, pidió que los restos de esta joven volvieran a África para ser enterrados como debían. Para que, por fin, encontrara el descanso y la paz que merecía en esa tierra que la había visto nacer y de la cual nunca debió salir.

La mujer de grandes glúteos, o la Venus Negra, es un ejemplo más de esas historias que jamás deberían haber ocurrido y que, sin lugar a dudas, no deben repetirse.


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