Cilantro fresco por semanas: el método que sí funciona

Compras un manojo de cilantro fresco para una receta, usas solo una pequeña parte y, a los dos días, el resto aparece marchito y baboso en la nevera. Si lo guardas en la bolsa del supermercado, se pudrirá en cuestión de horas porque atrapa la humedad que la planta libera y crea un ambiente sofocante que acelera su descomposición.
La clave está en tratarlo como un ramo de flores: cortar los tallos, colocarlo en agua y cubrirlo con una bolsa. Así puede durar hasta tres semanas, no días. A continuación, te contamos cómo aplicar este método paso a paso para que el cilantro dure mucho más.
1. Prepara el manojo
Al llegar a casa, retira la goma o el alambre que sujeta el cilantro. Es muy importante no lavarlo hasta el momento en que vayas a usarlo. Añadir humedad extra a las hojas acelera el deterioro.
2. Recorta los tallos
Con un cuchillo afilado o unas tijeras, corta aproximadamente un centímetro de la base de los tallos. Al igual que con las flores, este corte fresco permite que absorban agua de manera más eficiente.
3. Ponlo en un vaso con agua
Llena un frasco de vidrio o un vaso con unos dos o tres centímetros de agua. Coloca el manojo de cilantro dentro, asegurándote de que las bases de los tallos queden sumergidas.
4. Cúbrelo con una bolsa de plástico
Cubre holgadamente las hojas con una bolsa de plástico limpia, como las que se usan para las frutas en el supermercado. La bolsa debe actuar como una cúpula que crea un ambiente húmedo para las hojas, pero sin sofocarlas. No la selles herméticamente.
5. Almacénalo en la nevera
Una vez que tengas tu “ramo” listo, guárdalo en la nevera. La temperatura fría ralentiza el proceso de deterioro. Para un mantenimiento óptimo, cambia el agua del frasco cada dos o tres días. Esto la mantiene fresca y evita la proliferación de bacterias. Con este cuidado, el cilantro puede durar hasta tres semanas.
Otras alternativas de conservación
Aunque el método del ramo es el más eficaz, existen otras opciones:
- El método del papel de cocina: envuelve el manojo de cilantro (sin lavar) en una hoja de papel de cocina ligeramente humedecida y guárdalo dentro de una bolsa de plástico abierta en la nevera. Es una buena alternativa si no tienes espacio para un frasco, aunque la duración suele ser menor.
- Almacénalo en el congelador: si quieres conservar el cilantro durante meses, puedes congelarlo. Pícalo y colócalo en una cubitera con un poco de agua o aceite de oliva. Ten en cuenta que la textura cambiará por completo. El cilantro congelado solo servirá para añadir a platos cocinados como sopas o guisos, ya que pierde la frescura necesaria para usarse como guarnición.
Conservar el cilantro fresco es más fácil de lo que parece. Con el método del “ramo en la nevera”, puedes disfrutar de esta hierba aromática durante semanas sin preocuparte por hojas marchitas o babosas. Esta técnica no solo reduce el desperdicio de alimentos, también te asegura tener siempre a mano un ingrediente clave para dar sabor y frescura a tus comidas. Con unos minutos de cuidado, el cilantro deja de ser una planta frágil y se convierte en un aliado duradero en tu cocina.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.