Puertas que chirrían: 3 trucos caseros que sí funcionan (y 2 errores que debes evitar)

Ese chirrido agudo al abrir o cerrar una puerta puede convertirse en uno de los sonidos más molestos del hogar. Aunque muchos recurren de inmediato a productos industriales, la solución suele estar más cerca de lo que parece. Talco, vaselina o aceite mineral pueden ser suficientes si se aplican correctamente y sin dejar manchas de grasa.
El paso más importante, y el que muchos omiten, es la limpieza previa. El ruido no proviene solo del roce entre metales, sino de la fricción contra una mezcla de polvo, grasa vieja y óxido. Si se aplica lubricante sobre esa suciedad, se forma una pasta negra que empeora el problema con el tiempo. En este artículo te enseñamos tres trucos caseros y dos errores que conviene evitar.
Limpiar la bisagra, el paso esencial antes de aplicar cualquier truco
- Protege el suelo bajo la bisagra con papel de periódico.
- Si puedes, utiliza un martillo y un destornillador para golpear suavemente desde abajo el pasador (el perno central de la bisagra) y levantarlo unos centímetros. No es necesario sacarlo por completo.
- Con una hoja de papel de cocina, limpia a fondo el pasador y el interior de la bisagra, eliminando toda la suciedad negra.
- Vuelve a colocar el pasador en su sitio.
Ahora, con la bisagra limpia, estás listo para eliminar ese molesto sonido aplicando uno de los siguientes tres lubricantes caseros.
1. Aplicar polvos de talco
Este truco es ideal para bisagras de muebles delicados, puertas pintadas de blanco o como una solución rápida cuando se busca evitar manchas. Su principal ventaja es que no contiene grasa, no deja residuos y se aplica al instante. Sin embargo, es el método menos duradero, el efecto puede desaparecer en pocas semanas, por lo que se recomienda solo como medida temporal.
- ¿Cómo se aplica? Espolvorea una pequeña cantidad de polvos de talco directamente en la ranura superior de la bisagra. Abre y cierra la puerta varias veces para que el polvo penetre y reduzca la fricción.
2. Aplicar vaselina
Ideal para bisagras interiores de uso frecuente, como las de baños o habitaciones, este truco ofrece una solución duradera sin riesgo de goteo. La alta densidad de la vaselina permite que se mantenga en su sitio sin manchar. Además, su aplicación es fácil y precisa. Con el tiempo puede atraer algo de polvo, por lo que la limpieza previa es aún más importante para asegurar un buen resultado.
- ¿Cómo se aplica? Toma una cantidad mínima de vaselina (el tamaño de un grano de arroz) con la punta de un bastoncillo. Levanta ligeramente el pasador de la bisagra y aplícala directamente sobre él. Baja el pasador para que distribuya el producto y mueve la puerta varias veces.
3. Aplicar aceite mineral o de bebé
Este método es ideal para bisagras que están algo más atascadas o cuyo chirrido es especialmente persistente. Gracias a su fluidez, el aceite penetra con facilidad en las zonas internas, lo que lo convierte en una solución muy efectiva. Sin embargo, es también el método con mayor riesgo de goteo y manchas si se aplica en exceso, por lo que es fundamental usar solo la cantidad justa y tener papel de cocina a mano para limpiar cualquier sobrante.
- ¿Cómo se hace? Aplica una o dos gotas directamente en la unión superior de la bisagra. Puedes usar un cuentagotas o la punta de un clip para guiar el aceite. Ten siempre papel de cocina para limpiar cualquier exceso de inmediato.
Errores comunes al elegir lubricantes
- Aceites de cocina como el de oliva o girasol pueden aparentar una solución rápida, pero no son recomendables. Con el tiempo se enrancian, se vuelven pegajosos y acaban atrayendo suciedad, lo cual empeora el problema.
- WD-40 es un excelente limpiador y desplazador de humedad (ideal para el paso de limpieza inicial), pero su efecto como lubricante es de muy corta duración.
Eliminar el chirrido de una puerta no requiere grandes intervenciones, sino entender qué lo provoca y actuar con precisión. Talco, vaselina y aceite mineral ofrecen soluciones distintas según el tipo de bisagra y el nivel de fricción. Con la bisagra limpia y el producto adecuado, el sonido desaparece y el movimiento vuelve a ser silencioso y fluido.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.