¿Cómo limpiar la lengua?

Muchos desconocen la importancia de limpiar la lengua. Aquí te contamos por qué es necesario incorporar este hábito a la rutina de higiene oral.
¿Cómo limpiar la lengua?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Al realizar la higiene oral diaria, ocuparse de cepillar todas las piezas dentarias ayuda a prevenir muchas de las enfermedades frecuentes en la cavidad bucal. Pero además, limpiar la lengua como parte de la rutina es fundamental para mantener la salud de la boca.

La lengua es un músculo que participa de funciones esenciales, como masticar, tragar, sentir los sabores, hablar e hidratar la boca. Su aspecto normal es rosado, brillante y húmedo.

Si la misma no se higieniza de manera correcta, restos de comida y bacterias se acumulan sobre su superficie, pudiendo originar problemas bucales. En este artículo te contamos cómo limpiarla para mantenerla sana.

Anatomía de la lengua

Antes de comentarte cómo limpiar la lengua, es importante conocer su anatomía. Así podrás comprender qué estructura estás aseando y la relevancia de cuidar este órgano tan clave en las funciones bucales.

La lengua es un órgano móvil, compuesto por un grupo de músculos cubiertos de tejido mucoso y que está anclada al suelo de la boca. Posee terminaciones nerviosas y una gran irrigación, lo que hace que duela y sangre mucho al lastimarla.

Su superficie dorsal está cubierta por papilas; algunas de estas estructuras participan en la función gustativa y otras aportan la capacidad del tacto y de percibir texturas. También tienen funciones linfáticas y de producción de saliva.

Su aspecto normal es rosado, brillante, húmedo y con movilidad, sobre todo en el sector anterior. Forma parte de las siguientes funciones de la boca:

  • Masticación: dirige los alimentos hacia las superficies masticatorias para que sean triturados.
  • Formación del bolo alimenticio.
  • Deglución: dirige el bolo alimenticio hacia la faringe para que sea tragado.
  • Percepción del sentido del gusto.
  • Tacto y percepción de texturas.
  • Habla y pronunciación de muchos fonemas.
  • Succión.
  • Hidratación de la boca con la producción de saliva.


5 consejos para limpiar la lengua

Como ya lo adelantamos, limpiar la lengua cada día es fundamental para mantener este órgano saludable. A continuación compartimos 5 consejos para hacerlo de manera adecuada.

Lengua.
Las múltiples funciones de la lengua hacen que sea prioritario cuidarla para no alterar el gusto o la fonación.

1. Higienizar toda la boca de manera habitual

El primer paso para limpiar la lengua de manera adecuada es incorporar su higiene a la rutina de aseo dental. Se comienza cepillando los elementos dentarios con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor.

También es importante utilizar hilo dental para eliminar la placa bacteriana y restos de comida que se acumulan entre los dientes. Comenzar con una adecuada higiene de las piezas dentarias permite eliminar los residuos que pudiesen quedar sueltos en la boca y luego depositarse sobre la lengua.

2. Utilizar un raspador para limpiar la lengua

Para limpiar la lengua de manera adecuada, lo ideal es tener un limpiador lingual o raspador. Este utensilio está diseñado especialmente para eliminar el acúmulo de bacterias de la superficie de la lengua.

Si no es posible conseguir este instrumento, se puede utilizar el cepillo dental, la parte de atrás del mismo o incluso una cuchara de postre. Aunque un raspador tiene el diseño ideal para limpiar la superficie lingual, para muchas personas las cerdas del cepillo de uso habitual son suficientes.

Se deben hacer movimientos de raspado, sin ejercer demasiada presión, desde la zona más profunda de la lengua hacia adelante, llegando a la punta. Es importante repetir el proceso varias veces, limpiando los laterales y todos sus surcos. Entre cada pasada se debe enjuagar la boca con agua.

Al colocar el raspador en la zona posterior puede generarse el reflejo nauseoso. Respirar profundo antes de comenzar suele ser de gran ayuda.

3. Observar la superficie lingual

Una vez que se haya terminado la limpieza, lo ideal es sacar la lengua frente a un espejo y observarla. Mirar con detenimiento la superficie de la misma permite controlar que el aseo se haya realizado de manera correcta.

Si la higiene ha sido adecuada debe predominar el color rosado en toda la superficie. Si se observan zonas blancas o amarillentas, es porque no se ha limpiado de manera completa y habrá que repetir el proceso.

En general, la lengua blanquecina se debe a la presencia de bacterias acumuladas sobre su superficie, pero otras veces es el síntoma de alguna afección. La candidiasis oral, la leucoplasia o el liquen, por ejemplo, pueden manifestarse así.

Si al cepillar nuevamente el dorso lingual adquiere la tonalidad rosada habitual, no hay por qué preocuparse. Si en cambio, la coloración blanquecina persiste, se debería acudir al odontólogo para que evalúe la situación.

4. Usar enjuagues bucales

Para finalizar el proceso de limpiar la lengua lo ideal es utilizar un colutorio con flúor o algún antiséptico. Realizar un enjuague enérgico durante dos minutos con el líquido permite eliminar restos de suciedad que hayan quedado.

Además, ayuda a proteger la boca contra la acción de la placa bacteriana y aporta un aliento limpio y fresco.



5. Limpieza frecuente

A medida que se vaya incorporando el hábito de la limpieza de la lengua en la rutina del cepillado dental, se comenzará a hacerlo cada vez que se higienice la boca. De todos modos, hasta que esto se convierta en una costumbre, hacerlo al menos dos veces por día es lo mínimo necesario.

Esto evita el acúmulo de bacterias, la formación de placas blanquecinas de saburra en el dorso lingual y el mal aliento. Cuando el paciente experimenta la comodidad de tener su lengua limpia, comienza a prestar más atención al cuidado de esta zona.

¿Por qué es importante limpiar la lengua?

La lengua es un músculo fundamental para el cumplimiento de muchas funciones de la boca. Como te contamos, interviene en la masticación, en la formación del bolo alimenticio, en la deglución, en el habla, en la percepción de los sabores y en la hidratación oral. Limpiar la lengua es importante para mantener este órgano saludable y que estas prácticas se desarrollen con normalidad.

Si los restos alimenticios se acumulan y las bacterias proliferan en su superficie se pueden generar varias problemáticas:

  • Mal aliento o halitosis.
  • Desarrollo de bacterias que provocan caries, gingivitis y enfermedad periodontal.
  • Alteraciones en el sentido del gusto.
  • Cambios en la flora oral normal, favoreciendo el desarrollo de micosis.
  • Lengua saburral.

Si la limpieza de la lengua se hace dificultosa, se presentan manchas blanquecinas difíciles de eliminar o aparece dolor o dificultad para los movimientos, se debe consultar con el dentista de confianza. Un examen minucioso permitirá arribar a un diagnóstico sobre las causas de estas problemáticas.

Mal aliento en un hombre por no limpiar la lengua.
El mal aliento puede encontrar su origen en una deficiente higiene de la lengua.

La importancia de los controles odontológicos

Limpiar la lengua es fundamental para que pueda cumplir sus funciones con normalidad. Pero además, para cuidar este músculo de manera adecuada hay que visitar con frecuencia al dentista, pues es de gran ayuda.

El profesional observa su aspecto y evalúa su movilidad para diagnosticar cualquier alteración que se presente en este órgano. También podrá asesorarte sobre las maneras adecuadas de mantenerla sana. Ten en cuenta que para que el cuidado bucal sea completo, es necesario ser responsable con los controles odontológicos periódicos.


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