Menopausia y trastornos del sueño: ¿cuál es el vínculo?

El climaterio es una etapa normal de la mujer. Sin embargo, los síntomas pueden afectar su calidad de vida. Conoce qué ha descubierto la ciencia sobre las posibles causas de los trastornos de sueño durante la menopausia.
Menopausia y trastornos del sueño: ¿cuál es el vínculo?
Maryel Alvarado Nieto

Escrito y verificado por la médica Maryel Alvarado Nieto.

Última actualización: 06 julio, 2023

La menopausia es una etapa normal en la vida de la mujer, constituyendo el cese de los ciclos menstruales y el fin de la fertilidad. Durante el período de la menopausia aparecen algunos síntomas frecuentes, como los trastornos del sueño. Por ello, en este artículo se abarcarán sus posibles causas y los factores de riesgo asociados.

Es importante definir a la menopausia, ya que existen algunas confusiones en el concepto. El término alude el cese permanente de las menstruaciones y solo es posible reconocerla posterior a 12 meses de ocurrida la última regla.

Aparece de forma natural alrededor de los 50 años. Durante esta transición en la vida de la mujer es frecuente que surjan problemas para dormir.

¿Qué es el sueño y por qué es tan importante?

El sueño es un estado normal en el que se disminuyen tanto las percepciones como las respuestas a los estímulos externos. Sin embargo, aunque pueda parecer de inactividad, la verdad es que resulta un momento crucial para el correcto funcionamiento del organismo.

La activación de diversos grupos neuronales durante el sueño permite consolidar la memoria, regular la temperatura y la inmunidad, así como controlar la liberación de algunos neurotransmisores.

Fases del sueño normal

En términos generales, el sueño está dividido en dos fases distintas: la MOR o REM y la NMOR o NREM. Esta nomenclatura responde a movimientos oculares rápidos (rapid eye movement en inglés) o a su ausencia, en cuyo caso se adiciona una N de negación.

A su vez, la fase NMOR está dividida en cuatro etapas. Entre ellas, se encuentra el sueño profundo, considerado el componente reparador de ir a dormir.

Un ciclo de sueño comienza con un período de adormecimiento (etapa I de la fase NREM). Cambian de forma paulatina las ondas observadas en un electroencefalograma (EEG) a medida que transcurren las distintas etapas.

Luego de esto, la persona entra en el período de movimientos oculares rápidos, completando así un ciclo del sueño, el cual se vuelve a repetir. Es importante resaltar que las etapas tienen duraciones distintas a lo largo de la noche.

Modificaciones en el patrón del sueño en las mujeres durante la menopausia

El patrón de sueño considerado normal comprende 8 horas de descanso nocturno, divididas en 4 o 5 ciclos del sueño. Por lo tanto, las 16 horas restantes del día constituyen el período de vigilia. A esta alternancia entre estar dormido y despierto se le conoce como ritmo circadiano del sueño-vigilia.

En personas mayores es habitual evidenciar períodos de sueño profundo más cortos y fases REM reducidas, con latencias prolongadas. Esto conduce a una disminución en la duración total del sueño; además de que se agregan despertares frecuentes.

Por ello, algunos consideran que en la menopausia, los trastornos del sueño forman parte de la cotidianidad de la mujer.
Ondas cerebrales en el sueño.
Las ondas cerebrales cambian a medida que transcurre el sueño.

Cambios en la menopausia relacionados con los trastornos del sueño

El fin de la vida reproductiva conlleva la aparición de diversas modificaciones de manera gradual, hasta que desaparece por completo la ovulación. Estos cambios afectan distintas funciones corporales, generando los síntomas característicos de este período.

En la menopausia, los trastornos del sueño parecen tener un origen neuroendocrino. Se hace necesario conocer los mecanismos involucrados.

Modificaciones hormonales en la menopausia

El cambio más conocido de la menopausia es la insuficiencia ovárica, es decir, la incapacidad del órgano de producir hormonas sexuales (estrógeno y progesterona). Dentro de los efectos normales de las hormonas sexuales ováricas se describe la regulación de la liberación de gonadotrofinas (FSH y LH) por parte de la hipófisis.

Estas moléculas son, a su vez, las encargadas de estimular a los ovarios para que produzcan hormonas sexuales. No obstante, al estar disminuidas, no ocurre el efecto supresor sobre la hipófisis, haciendo que la FSH y la LH se incrementen de forma considerable.

Algunos autores afirman que la FSH puede aumentar de 10 a 20 veces su valor y la LH lo hace unas 3 veces. Por otro lado, en la actualidad se reconoce a la inhibina (otra sustancia producida por el ovario) como una hormona supresora de la producción de estas gonadotrofinas. Debido a que los ovarios se encuentran atróficos en la menopausia, la inhibina tampoco bloquea la liberación hipofisaria.



Neurotransmisores y menopausia

Las sustancias encargadas de regular al sistema nervioso se conocen como neurotransmisores. Con la menopausia, estas moléculas también se ven afectadas.

En primer lugar, la noradrenalina está involucrada en la liberación de GnRH (una sustancias hipotalámica encargada de estimular la producción de gonadotrofinas por parte de la hipófisis). La secreción de noradrenalina está aumentada en la menopausia, ocasionando una mayor liberación de GnRH. Y, por lo tanto, también de las gonadotrofinas.

Lo anterior parece desempeñar un papel importante sobre la modificación del ciclo del sueño en la menopausia. Ya que la fase REM se encuentra asociada a pulsos de liberación de GnRH. Por lo que la mujer es más susceptible en este período a despertares durante el descanso.

Por otro lado, el sueño profundo (fase NREM) se encuentra relacionado con la liberación de serotonina. Este neurotransmisor está disminuido en la menopausia, lo que conlleva a una menor capacidad de lograr un sueño profundo y reparador.

Causas de los trastornos del sueño en la menopausia

Aunque más del 40 % de las mujeres experimenta alteraciones en el sueño después de la menopausia, la literatura que profundiza el tema es escasa. De hecho, algunos autores afirman que las dificultades para obtener un descanso nocturno reparador en estas mujeres es secundaria a otras alteraciones. Por ello, proponen que se maneje la causa subyacente para así mejorar la calidad del sueño.

Síntomas vasomotores

La mayoría de mujeres experimenta una transición hacia la menopausia que abarca varios años antes de que esta se instaure. Y puede prolongarse por unos años más.

Este período es llamado climaterio y es conocido por los síntomas que produce, en especial los populares sofocos o bochornos. Las mujeres refieren una sensación de calor que llega en forma de oleadas repentinas, afectando cara y torso, produciendo sudoración.

Los sofocos suelen durar algunos minutos. Debido a que pueden aparecer en la noche, son considerados una causa común de alteraciones en el sueño.

Trastornos emocionales

Los estados de ansiedad y depresión también parecen estar relacionados con los problemas para dormir en la menopausia. Es por ello que los trastornos afectivos son considerados un factor de riesgo.

Además, es conocido que con el proceso de envejecimiento existe un mayor riesgo de fluctuaciones en el estado de ánimo, haciendo que el vínculo entre las emociones y el sueño sea más complejo de dilucidar. Por lo tanto, son necesarias muchas investigaciones al respecto.

Estrés en la menopausia.
El climaterio se vive con algo de preocupación y mayor estrés. Los cambios en el ánimo afectan el descanso.

Otros factores de riesgo asociados a los trastornos del sueño en la menopausia

La mujer climatérica puede tener otras patologías de base que alteren el sueño, como las siguientes:

Tampoco hay que menospreciar la concurrencia de enfermedades crónicas dolorosas, como la artritis y el síndrome del túnel del carpo. O trastornos del sueño subyacentes, como el síndrome de piernas inquietas y la apnea obstructiva del sueño.

La nicturia es frecuente en la menopausia. Se trata de la necesidad de despertar en la noche para orinar.

¿Qué se puede hacer para mejorar el descanso nocturno en la menopausia?

Aunque la menopausia esté asociada a los trastornos del sueño, se pueden hacer algunos cambios en el estilo de vida para disminuir su impacto. Del mismo modo, hay estudios que proponen el uso de terapias alternativas al reemplazo hormonal para tratar los síntomas del climaterio.

Sin embargo, si las alteraciones persisten, es necesario acudir al médico para una valoración adecuada. Dentro de las recomendaciones generales se hallan las siguientes:

  • Reducir el consumo de cafeína.
  • Mantener la habitación fresca y oscura.
  • Cenar al menos dos horas antes de acostarse.
  • Eliminar hábitos tóxicos, como el alcohol y el tabaco.
  • Tomar una ducha tibia o caliente antes de ir a dormir.
  • Intentar acostarse y despertarse a la misma hora todos los días.
  • Realizar ejercicio físico regular, pero alejado de la hora de ir a la cama.

Por otro lado, es necesario darle a los trastornos del sueño la relevancia que merecen, puesto que un descanso reparador es indispensable para el adecuado funcionamiento del organismo. Esto aplica para la menopausia y para cualquier otra edad.


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