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Nervio dental y dolor de muelas: causas y tratamientos

11 minutos
El dolor de muelas es una sensación molesta e irritante que puede originarse en el nervio dental. Entérate aquí por qué se produce y cómo se trata.
Nervio dental y dolor de muelas: causas y tratamientos
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa

Última actualización: 06 julio, 2023

El dolor de muelas puede tener su origen en el nervio dental. Es en la parte más profunda de las piezas dentarias donde surge esa sensación molesta e irritable que nos puede desesperar y quitar el sueño.

Las piezas dentarias están formadas por tejidos duros que se encuentran en la zona externa de la corona y la raíz. Por dentro, en el centro de los dientes, está la pulpa, que es lo que conocemos como nervio dental. Esta zona blanda, que posee terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, es la responsable del dolor de muelas.

Cuando la pulpa se inflama o se infecta, la persona sentirá sensibilidad o dolor en sus dientes. Por eso es necesario recibir un tratamiento cuanto antes y resolver la situación. No solo por la incomodidad y la alteración en la calidad de vida de quien lo sufre, sino también por la posibilidad de desarrollar complicaciones peligrosas.

Son varios los factores que pueden llevar a que el nervio dental provoque dolor de muelas. Aquí te contamos las causas más frecuentes y los posibles tratamientos que permiten resolver esta situación tan molesta.

Nervio dental: el responsable del dolor de muelas

Como ya adelantamos, lo que conocemos de manera coloquial como nervio dental es lo que en anatomía corresponde a la pulpa del diente. Se trata del tejido blando que se encuentra en la parte más interna de las piezas dentarias.

Consiste en una zona de tejido conectivo que contiene células especializadas, vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas. Estas últimas son las responsables de las sensaciones dolorosas que sentimos en los dientes cuando hay algún problema.

La pulpa dental tiene la particularidad de estar contenida y, por lo tanto, rodeada de paredes duras. De adentro hacia afuera, el nervio está cercado por dentina y luego por esmalte en la corona y por cemento en la raíz dental. Los tejidos más fuertes protegen la zona interna de las piezas dentarias.

La dentina posee en su interior miles de microtúbulos que la conectan con la pulpa. De esta manera, como te contaremos, cuando la dentina queda desprotegida y expuesta, las terminaciones nerviosas del interior del diente pueden ser estimuladas por factores externos y provocar dolor.

¿Cómo se produce el dolor de muelas?

En las piezas dentarias sanas, el esmalte y la dentina protegen la pulpa dental y así evitan las molestias. Pero cuando estas capas externas se ven afectadas por distintas alteraciones, el nervio dental resulta comprometido y aparece el dolor de muelas.

La destrucción del esmalte por golpes, caries, desgastes o erosiones deja la dentina al descubierto. La presencia de los túbulos microscópicos en su interior es responsable de que algunos factores externos puedan estimular el nervio dental y provocar sensibilidad y dolor de muelas. Algunas sustancias químicas, los cambios de temperatura e incluso la presión pueden llevar a que aparezca esta sensación tan molesta.

Si la destrucción es más grande y compromete a la dentina, las bacterias llegan a la pulpa o los estímulos nocivos se prolongan en el tiempo, la pulpa reaccionará con un proceso inflamatorio. Es lo que conocemos como pulpitis.

Como en toda inflamación, el aumento de la vascularización y los exudados llevarán a que el tejido tienda a hincharse. Pero como la pulpa está encerrada en una cavidad dura, no lo puede hacer. Entonces, se genera mucha presión en el interior de la pieza dentaria. Esto ocasiona dolor de muela y evoluciona a la infección del nervio dental.

La infección del nervio dental lleva a la muerte de la pulpa y la producción de pus. Estas sustancias de desecho también ejercen presión sobre los tejidos duros y provocan dolor. Incluso, se diseminan a otros sectores cercanos formando abscesos dentales.

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La pulpa del diente está en la capa más interna del elemento y su afectación puede ser muy dolorosa.

Tipos de pulpitis

Debes saber que existen dos tipos de pulpitis: la reversible y la irreversible. Esto cobra importancia a la hora del diagnóstico, pues determinará la terapéutica a elegir.

La pulpitis reversible es aquella en la que la inflamación es leve y la pulpa permanece lo suficientemente sana como para salvarse. Con las terapéuticas oportunas se puede mantener la vitalidad de la pieza dentaria.

En cambio, la pulpitis irreversible es aquella en que la inflamación es muy severa, el dolor es intenso y prolongado. Por lo tanto, la pulpa no se puede preservar. Este tipo de afección puede evolucionar a la infección del nervio y provocar abscesos dentales.

Causas

Ya te contamos que el daño del nervio dental es el que provoca el dolor de muelas. Pero son varias las situaciones que pueden llevar a que la pulpa se afecte. Te contamos algunas:

  • Caries: la pérdida de esmalte y de dentina exponen la zona más profunda del diente. Las bacterias, los cambios térmicos y químicos irritan, inflaman e infectan la pulpa.
  • Traumatismos: un golpe en un diente puede romperlo, dejando dentina o incluso pulpa expuesta. Un traumatismo también puede lesionar el paquete vascular de la pieza dentaria. Al quedar sin aporte sanguíneo, el nervio se necrosa y se vuelve más susceptible a las infecciones.
  • Desgaste dentario: ciertos hábitos nocivos pueden desgastar la capa protectora de esmalte y exponer la dentina subyacente. El bruxismo es el ejemplo más claro. Morder objetos con frecuencia también puede ocasionar este tipo de lesión.
  • Gingivitis y enfermedad periodontal: las bacterias que ocasionan las lesiones en los tejidos de sostén de los dientes pueden llegar a la zona pulpar a través del periodonto. Esto ocasiona la inflamación y la infección del nervio dental y el dolor de muelas. En estos casos es necesario tratar las dos patologías.
  • Retracción gingival: si las encías se ubican en una zona más apical, dejan parte de la raíz expuesta, y esto hace que el diente duela. El tejido gingival puede retraerse por gingivitis o por realizar un cepillado dental muy traumático.
  • Empastes: la colocación de un nuevo empaste puede provocar sensibilidad y dolor de muelas. La limpieza profunda y el uso de algunas sustancias químicas durante el tratamiento irritan la pulpa. Los arreglos antiguos y grandes pueden deteriorarse con el tiempo y tener filtraciones a través de las cuales las bacterias y agentes externos afectan el nervio dental.
  • Erosión: es la pérdida de esmalte por la acción de sustancias químicas. Las bebidas carbonatadas, los alimentos ácidos y el uso de productos para blanquear los dientes pueden causar este tipo de lesiones.

Características del dolor de muelas por daño en el nervio dental

Cuando el origen del dolor de muelas está en el nervio dental, la intensidad de la molestia variará según la condición que lo esté provocando. No es lo mismo la sensibilidad que provoca una pulpitis reversible, que el dolor que genera un proceso irreversible o una infección.

En la etapa en la que el daño pulpar aún es leve, el dolor se caracteriza por ser agudo y pasajero. Es común que los pacientes relaten sensibilidad al comer algo frío, caliente o dulce.

Si la pulpitis no se trata a tiempo, la inflamación prosigue y provoca un dolor más intenso, pulsátil y constante que se irradia. El paciente relata que la molestia se intensifica al acostarse y con las comidas calientes; por el contrario, el frío podría aliviar la situación.

Cuando el nervio se infecta y se genera un absceso periapical, el dolor se incrementa al morder y tocar la zona cercana a la muela. En la boca puede aparecer hinchazón y enrojecimiento de la encía y de las proximidades. En estos casos también puede aparecer fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, mal aliento y feo sabor en la boca.

Diagnóstico

Cuando una persona siente dolor de muelas, la mejor idea es acudir de inmediato al odontólogo. El profesional realizará una serie de exámenes y pruebas que le permitirán saber cuál es el problema. Y en función a esto elegir la terapéutica adecuada.

Para determinar el tipo de patología que afecta la pieza dentaria, el dentista examinará los dientes. También tomará una o más radiografías.

Además, en estos casos es común realizar una prueba de sensibilidad. Consiste en llevar estímulos calientes y fríos al diente para observar su respuesta.

Se realiza la percusión sobre los dientes usando un instrumento liviano y sin filo, como el mango del espejo. Se hacen golpes en sentido horizontal y vertical sobre la corona del elemento afectado.

Tratamientos para el dolor de muelas por problemas en el nervio dental

A la hora de tratar el nervio dental y resolver el dolor de muelas, el diagnóstico es fundamental. Pues del estado de la pulpa y la severidad del proceso depende la terapéutica a elegir.

Empastes y protecciones pulpares

Si el dolor de muelas es causado por una caries o una fractura simple y el nervio dental está sano, un empaste es la solución más común. Consiste en limpiar la zona enferma y luego rellenar la cavidad con una obturación. De esta manera, la dentina y la pulpa ya no tendrán contacto con el exterior.

En los casos en los que la inflamación es leve y el daño es reversible, se pueden usar materiales especiales en las zonas profundas que ayuden a la pulpa a recuperarse.

Se procede de la misma manera que en los empastes, eliminando las caries y limpiando la zona enferma. Luego, antes de obturar, se colocan sustancias medicamentosas que favorecen la recuperación del nervio.

Si la pulpa no ha sido expuesta, se realiza una protección pulpar indirecta, colocando una obturación especial sobre la dentina profunda. Luego se rellena el resto de la cavidad con un material provisorio o un empaste, según el caso.

En casos de traumatismos, si hay una exposición pequeña y aséptica de la pulpa, se puede hacer una protección pulpar directa. Aquí se coloca la pasta medicamentosa de manera directa sobre el nervio. Y luego se procede como en la técnica indirecta.

Endodoncias

Si el daño del nervio dental es más severo serán necesarios tratamientos de endodoncia. Es decir, habrá que usar procedimientos que limpien la zona interna de las piezas dentarias.

En general, las endodoncias consisten en extraer el nervio dañado, limpiar el área y sellarla con materiales especiales. Las técnicas varían según el tipo de daño, si se trata de un diente temporario o permanente, y en este último caso, si está completamente formado o no.

Así, en los niños se podrán realizara pulpotomías o pulpectomías. Y se rellenarán con pastas especiales que puedan ser reabsorbidas por los dientes definitivos en el momento de la erupción.

En los casos de piezas permanentes dañadas que no han terminado de desarrollar su raíz, se podrá optar por tratamientos de apicoformación. Se limpiará el interior de los dientes y se rellenará de manera periódica con pastas que estimulen el cierre radicular. Otra alternativa es la revascularización, que intenta regenerar la pulpa necrosada para que termine de formar la raíz.

Y en los adultos con piezas completamente desarrolladas, el procedimiento es el clásico tratamiento de conducto. El dentista elimina el nervio dañado, limpia y desinfecta el interior del diente y lo rellena con un material biocompatible que selle la cavidad.

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Una endodoncia o tratamiento de conducto puede demandar una serie de sesiones para terminar el trabajo odontológico.

Exodoncia

Si la pieza dentaria está muy destruida y no se puede reconstruir, o la infección es muy severa, puede que el dentista crea oportuno extraer el diente. En este caso, luego de la exodoncia será necesario rehabilitar la función y la estética bucal con una prótesis o un implante.

¿Cómo calmar el dolor?

La mejor manera de eliminar el dolor de muelas que causa el daño del nervio dental es acudir al dentista. Más allá del tratamiento que el profesional crea oportuno, hay algunas otras medidas inmediatas que ayudarían.

Mantener una adecuada higiene oral y evitar los alimentos dulces, muy fríos y calientes es una buena estrategia para evitar la incomodidad.

El profesional podrá indicar el uso de antiinflamatorios que alivien el dolor y los síntomas de la pulpitis. Y en el caso de que haya infección, los antibióticos serán necesarios para revertir el problema y calmar los síntomas. Los enjuagues con agua tibia y sal también suelen ser de ayuda.

Si se trata de pacientes adultos, el drenaje es una práctica odontológica muy frecuente, sobre todo en consultas de urgencia. Consiste en anestesiar al paciente y hacer una cavidad en la pieza dentaria hasta llegar al nervio. De esta manera, se alivia la presión provocada por la inflamación o la infección.

Es importante no automedicarse y no dejar que pase el tiempo con esta problemática en la boca. Pues las infecciones pueden diseminarse a otras partes el cuerpo y provocar complicaciones graves, como la angina de Ludwig o las septicemias.

Prevenir el daño del nervio dental y el dolor de muelas

El daño del nervio dental y el consecuente dolor de muelas se pueden evitar con medidas preventivas simples. Mantener una adecuada higiene bucodental a través de un correcto cepillado, usar pastas con flúor e hilo dental todos los días evitarán varios de los problemas que destruyen los dientes.

Tener una dieta equilibrada, proteger la dentadura al hacer deportes y usar férulas si se padece de bruxismo también es de suma importancia. Y por último, no hay que olvidarse de los chequeos y las limpiezas profesionales con el dentista cada 6 meses. Con estos cuidados sencillos podrás disfrutar de tu sonrisa y evitar las molestias en la boca.


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