Neuropéptido Y: síntesis, localización y funciones

Este neurotransmisor participa en procesos relacionados con el hambre. Además, es parte activa del metabolismo de las grasas.
Neuropéptido Y: síntesis, localización y funciones
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 25 mayo, 2023

El neuropéptido Y es un neurotransmisor constituido por la unión de diferentes aminoácidos. Los neurotransmisores son sustancias químicas que intervienen en la transmisión del impulso nervioso.

Gracias a la acción de estas sustancias, se permite la comunicación entre las neuronas situadas a lo largo de todo el sistema nervioso. Además, se habilita el paso de información de una célula a otra, ya sea proveniente del medio externo o del interno.

Síntesis de neuropéptido Y

El neuropéptido Y se sintetiza en el hipotálamo, que cumple un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo y las emociones. Además, participa en otros procesos como la regulación del sueño y el apetito.

Esta región controla todos los procesos neuroendocrinos; por lo tanto, también interviene en la regulación de la libido y el control de la temperatura.

Asimismo, el hipotálamo colabora con el cerebro para procesar las respuestas ante diversos estímulos. Algunas requieren la participación del sistema endocrino, por lo que sirve para traducir una orden nerviosa en un aumento o una disminución de la síntesis de hormonas.

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Localización del neuropéptido Y

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El neuropéptido Y se distribuye por todo el sistema nervioso autónomo desde el hipotálamo. Este sistema controla todas las acciones involuntarias del organismo, como son los latidos cardíacos o los reflejos de retirada ante el dolor.

Funciones del neuropéptido Y

Esta sustancia interviene en varias funciones cerebrales, que van desde la memoria hasta el desarrollo cognitivo. Además, el neuropéptido Y está asociado con ciertas patologías del sistema nervioso central (SNC), entre las que destaca la epilepsia.

Sin embargo, su función más importante y reconocida es la de regular el aporte energético que recibe el organismo. El aporte energético es un concepto amplio, que incluye varios procesos. Los más destacados son el aumento de apetito, la disminución de la actividad termorreguladora y el aumento en la producción de las enzimas lipogénicas.

Las enzimas lipogénicas son proteínas que participan en los procesos metabólicos relacionados con la producción de grasa. Estas enzimas se encargan de transformar el exceso de glúcidos provenientes de una sobrealimentación en tejido adiposo de reserva.

Algunos órganos se ven afectados por este tipo de reacciones, en especial el hígado, que puede padecer una esteatosis hepática, también conocida como hígado graso. De esta manera, se produce un aumento de peso que puede derivar en obesidad.

Por todo esto, el neuropéptido Y participa en el sistema lipoestabilizador. Se encarga de controlar la distribución de los lípidos en el cuerpo junto a otras sustancias, como la leptina y la hormona liberadora de corticotropina.

Sustancias que trabajan junto al neuropéptido Y

La leptina es una hormona localizada en el tejido adiposo. Su trabajo es el de anular el apetido, por lo que reduce la sensación de hambre y, en consecuencia, el consumo de alimentos. Asimismo, fomenta el gasto energético y el metabolismo, a fin de reducir la reserva de grasas y el peso de los sujetos.

La hormona liberadora de corticotropina produce otra (denominada adrenocorticotropa); esta, a su vez, libera cortisol. Estas tres sustancias forman una cascada de liberación hormonal, de forma que si una de eneuropéptido Yllas se ve alterada, el resto también se verán afectadas.

El cortisol se libera en situaciones de estrés y ante la presencia de un bajo nivel de glucosa en sangre —conocida como hipoglucemia—. Para solucionar este problema, el cortisol descompone las reservas de lípidos y las transforma en glúcidos, que pueden ser utilizados por las células.

Por su parte, la insulina también participa de forma coordinada junto a estas hormonas. Esta hormona controla la concentración elevada de glucosa en sangre —hiperglucemia— y la reduce hasta cifras normales. Así, se forma un círculo de regulación endocrina y las células pueden utilizar los glúcidos obtenidos a través de la alimentación.

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Papel del neuropéptido Y en el apetito


Cuando el cuerpo necesita obtener nuevos nutrientes, se ponen en marcha un conjunto de mecanismos en los que participa el neuropéptido Y. En primer lugar, el SNC estimula los centros nerviosos relacionados con el hambre y se empieza a expresar esta sensación.

Tras esto, se comienza a sintetizar neuropéptido Y, que contribuye a la generación de lo que se conoce como “apetito”. Este es un proceso de alerta que nos informa de la necesidad de comer. A continuación, se ingieren los alimentos y tiene lugar la digestión.

Finalmente, se detiene la producción del neuropéptido Y. El resultado es una sensación de saciedad característica tras las comidas que, en parte, se debe a la disminución de esta sustancia. Por otro lado, también tiene su origen en la producción de sustancias antagonistas, las cuales reducen el apetito.

La importancia del neuropéptido Y

Como has podido comprobar, el neuropéptido Y es un conjunto de sustancias químicas que intervienen en la transmisión del impulso nervioso, con lo cual, interviene en varias funciones cerebrales.


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