¿Por qué se propaga más la gripe en invierno?

La gripe es una enfermedad viral causada por distintos géneros de influenzavirus. En general, los casos de infección suelen incrementar en invierno. ¿Por qué razón? Aquí lo explicamos.
¿Por qué se propaga más la gripe en invierno?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 07 julio, 2023

En tiempos de pandemia, el COVID-19 ha monopolizado todos los medios de comunicación e investigaciones a nivel global. Aún así, seguimos teniendo en circulación otros virus que, aún siendo menos peligrosos, causan molestias y cuadros severos de forma excepcional. Este es el caso de la gripe, una enfermedad que se propaga, a menudo, en invierno. 

Entrando el mes de mayo, con el aumento de la temperatura que conlleva, quizá te estés preguntando: «¿por qué la gripe tiene su pico de prevalencia en otoño e invierno, y prácticamente desaparece en primavera?». En este espacio tratamos de darte la respuesta.

Un cuadro clínico, múltiples formas

La gripe es una enfermedad infecciosa causada por distintos géneros de  influenzavirus. Se trata de virus de ARN monocatenarios, los cuales están cubiertos por una capa lipídica externa que les confiere su característico aspecto redondeado. Según la Organización Mundial de la Salud existen 4 tipos de gripes estacionales:

  • Los virus de la gripe A se clasifican en subtipos en función de las combinaciones de dos proteínas de su superficie. Todas las pandemias gripales conocidas han sido causadas por virus de tipo A.
  • Los virus de tipo B no se clasifican en subtipos, pero los circulantes actualmente pueden dividirse en dos linajes.
  • Los virus de tipo C se detectan con menos frecuencia y suelen causar infecciones leves. Carecen de importancia epidemiológica,
  • Los virus de tipo D afectan principalmente al ganado y no parecen ser causa de infección ni enfermedad en el ser humano.

La incidencia global se calcula en un 20 %, es decir, que el 20 % de la población mundial la pasa en un punto determinado. Además, se trata de una patología selectiva, ya que en ciertos grupos poblacionales puede llegar a un 50 % de incidencia. Debido a su importancia epidemiológica, la gripe ha sido sujeto de múltiples estudios.

Mujer con gripe
La gripe es una enfermedad viral cuyos casos aumentan, sobre todo, en invierno.

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La gripe y el clima

Un estudio publicado en la revista científica Plos Pathogens explica la relación de la gripe con factores climáticos:

  • Se utilizaron 20 réplicas experimentales con cobayas. En diversos habitáculos se encontraba un número de cobayas enfermas de gripe, y en otros contiguos a las enfermas, en contacto aéreo, grupos sanos.
  • Los distintos grupos muestrales con cobayas sanas y enfermas fueron sometidos a distintas humedades relativas y rangos de temperatura.
  • A temperatura constante, se observó que la humedad relativa y la transmisión de la gripe estaban inversamente correlacionadas. A una humedad relativa del 20 % la mayoría de las cobayas sanas se vieron infectadas por los aerosoles de las enfermas, mientras que en el 80 % no se observó transmisión.
  • Se vio también que las cobayas infectadas en ambientes de 5 grados de temperatura expulsaban más cargas víricas en sus partículas aéreas, y durante más tiempo, que las infectadas en ambientes de 20 grados.

Parece ser que la hipótesis principal queda evidenciada en este experimento: temperaturas bajas y sequedad promueven la propagación del virus. ¿Por qué?

Humedad relativa baja

Diversas hipótesis tratan de explicar por qué una baja humedad relativa favorece la expansión de la gripe:

  • En primer lugar, el aire seco podría dañar y deteriorar las mucosas nasales del hospedador, dejándolo más desprotegido ante infecciones víricas de entrada respiratoria como la gripe.
  • Segundo, la estabilidad del virus en los aerosoles parece variar con la humedad, permaneciendo el virus activo más tiempo en ambientes menos húmedos.
  • Tercero, el virus podría perder capacidad de propagación a mayor humedad. En humedades relativas altas, los aerosoles expulsados por el enfermo podrían adherirse rápidamente a moléculas de agua del medio, aumentando así su volumen y precipitando antes. Esto disminuiría la velocidad y distancia recorridas por el virus.
Mujer con gripe
Las bajas temperaturas brindan un ambiente propicio para la transmisión de los virus que causan la gripe.

Temperaturas bajas

En este caso la explicación podría ser un poco más sencilla. A temperaturas bajas las mucosas nasales se enfrían al tomar aire. Esto provocaría un microambiente más propicio para el virus, que podría replicarse mejor. Esto se traduciría en una mayor carga vírica con cada estornudo y aerosol, favoreciendo así la transmisión.

Una estacionalidad justificada

Así pues, hemos podido ver que la estacionalidad de la gripe tiene un sentido científico claro. En el hemisferio norte este virus comienza a repuntar en octubre, siendo observado el pico entre diciembre y febrero. Estos datos concuerdan a la perfección con los observados en el estudio expuesto, ya que son meses fríos y secos.

Por suerte, el ser humano cuenta con una vacuna anual para la gripe, por lo que su problemática potencial se ve casi que anulada.


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