Presión arterial baja: ¿Cómo regularla y qué hacer cuando baja?
Escrito y verificado por la médico Maricela Jiménez López
La presión arterial no es más que la presión que ejerce la sangre en las paredes de las arterias durante el ciclo cardíaco. Existen dos tipos de presión arterial: la sistólica y la diastólica. La primera se refiere a la presión que alcanza la sangre en las arterias durante la contracción (sístole), mientras que la segunda hace referencia a la presión de la sangre durante la relajación cardíaca (diástole).
Los cambios de presión son normales. Por ejemplo, la presión sanguínea sube cuando se hace ejercicio. Esto se debe a que en estas circunstancias el gasto cardíaco (la cantidad de sangre que eyecta el corazón por unidad de tiempo) es mayor, consecuencia de una mayor demanda de oxígeno por parte de los músculos.
La disminución de la presión sanguínea, entre otros ejemplos, ocurre cuando se duerme. No obstante, existen situaciones en que la presión arterial se mantiene baja por mucho tiempo. En estos casos, existe la posibilidad de sufrir graves alteraciones si esto no es tratado a tiempo.
Presión arterial baja o hipotensión
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Los valores normales oscilan entre los 105 y 120 para la presión sistólica, y de 60 a 80 para la presión diastólica, como bien describe un artículo publicado en 2007 por la Federación Argentina de Cardiología.
La regulación de la presión arterial depende de los centros de regulación cardiovascular del sistema nervioso central (SNC) y del sistema nervioso autónomo. Cuando la presión está por debajo de 90/60 mmHg se habla de hipotensión arterial.
La hipotensión, crónica y sostenida, puede alterar la vida y la salud si no se sabe controlar. Es capaz de provocar mareos y desmayos; y lo que es más, puede llegar a producir daños en el corazón y en el cerebro por falta de riego sanguíneo y de oxígeno.Síntomas de presión arterial baja
La hipotensión arterial puede ocurrir de forma progresiva o abrupta. En este sentido, según el factor desencadenante y la gravedad del cuadro clínico, se pueden presentar diferentes manifestaciones. Tal es el caso de los siguientes síntomas, como bien describen los expertos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos:
- Mareos y náuseas.
- Sudoración fría.
- Cansancio excesivo.
- Visión borrosa o doble.
- Dificultad para concentrarse.
De igual forma, la disminución brusca y acentuada de la presión arterial es capaz de conducir a un estado de choque, como bien describe el Manual de Merck. Este último se caracteriza por las siguientes manifestaciones:
- Confusión.
- Piel fría y pálida.
- Respiración acelerada.
- Palpitaciones.
- Pulso débil y acelerado.
- Pérdida de la conciencia.
¿Qué puede regular la presión arterial?
Según un artículo publicado por la Revista de Medicina Intensiva, la presión arterial depende de dos factores: el gasto cardíaco (la cantidad de sangre que eyecta el corazón por unidad de tiempo) y la resistencia periférica total (resistencia del sistema vascular al flujo de sangre). Los mecanismos que controlan cualquiera de estos dos factores pueden modificar la presión arterial.
Desde el punto de vista fisiológico, tal y como sostiene un artículo de los Archivos de Cardiología de México, la regulación de la presión arterial depende de los centros de regulación cardiovascular del sistema nervioso central (SNC) y del sistema nervioso autónomo. Ambas estructuras pueden enviar señales de control a diferentes órganos:
Corazón
Le indican regular la frecuencia y la fuerza de sus latidos para controlar la cantidad de sangre que bombea.
Riñones
Controlan el nivel de la fracción de agua de la sangre. Retiran el exceso de agua que conduce a una disminución de la cantidad de sangre y, por ende, de la presión arterial. En caso contrario, pueden trasvasar agua al torrente sanguíneo; de este modo, aumenta la cantidad de sangre y, con ello, la presión arterial.
Vasos sanguíneos
Pueden controlar la presión sanguínea si se aumenta o disminuye la luz del sistema vascular. Esto se consigue al contraer o relajar la musculatura que forma los vasos sanguíneos.
Hipotensión ortostática
Este es un tipo de hipotensión que se presenta al levantarse con rapidez de un sitio después de haber estado mucho tiempo quieto, pues disminuye el flujo de sangre hacia el cerebro. No es una enfermedad, es una incapacidad para regular la presión de forma rápida, lo cual produce vértigo, ligeros mareos, visión borrosa o desmayos.
En ocasiones, se produce como reacción adversa a ciertos medicamentos, e incluso podría estar relacionada, según afirman algunas investigaciones, como la siguiente desarrollada por varios médicos de familia de Cantabria, con el consumo de tabaco.
También puede producirse como consecuencia de otras afecciones como:
- Problemas cardiacos.
- Trastornos endocrinos.
- Enfermedades del sistema nervioso.
- Deshidratación.
¿Qué se debe hacer cuando se baja la presión arterial?
Por lo general, la hipotensión suele afectar en mayor medida a las mujeres y a las personas sedentarias, según advierte la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica. También presenta mayor incidencia en las edades avanzadas (en especial, a partir de los 70 años).
Ante la sospecha de una disminución en la presión arterial, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Tomar asiento o acostarse.
- Solicitar ayuda a algún familiar, amigo o conocido para que se mantenga alerta.
- Elevar las piernas por encima del corazón.
- Respirar en profundidad durante 3 a 5 minutos.
- Tomar un vaso de agua poco a poco.
Si los síntomas mejoran en los primeros 30 minutos, mantenga la calma y acuda a consulta con un profesional lo antes posible. En caso de que no exista mejoría, debe buscar atención médica de emergencia para evitar futuras complicaciones.
8 consejos para prevenir la presión arterial baja
Para prevenir la caída de la tensión arterial, según los expertos de la Clínica Mayo Clinic, se recomienda lo siguiente:
- Procurar tomar suficiente agua para mantenerte hidratado: incluir caldos, jugos y bebidas hidratantes.
- Incluir hidratos de carbono en el desayuno, como cereales, pan leche, yogur. Procura comer porciones bajas de carbohidratos para evitar que la presión suba.
- Nunca se debe comenzar el día sin consumir alimentos.
- Comer bien y, además, incluir frutas entre comidas.
- Escoger alimentos nutritivos, como frutas, verduras, cereales, lácteos, pastas, arroz, huevos y carnes magras.
- No hacer dieta sin consultar con el especialista.
- Evitar las bebidas alcohólicas, pues dilatan los vasos sanguíneos haciendo que la presión arterial baje.
- Dormir al menos 8 horas al día para asegurar un adecuado descanso. Tal y como sugiere una investigación publicada por la Revista Médica Clínica Las Condes, la presión arterial está relacionada de forma directa con los patrones de sueño. Por eso, es necesario dormir lo suficiente.
La atención profesional temprana es fundamental
La presión arterial baja no debe limitar tu rutina diaria; ya que se puede controlar de una manera sencilla. No obstante, es mejor que ante este problema acudas primero a tu médico de confianza.
Si sigues sus recomendaciones, no tendrás ningún problema y podrás llevar una vida normal y sin contratiempos.
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