¿Qué sabes de la candidiasis vulvovaginal?
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
La candidiasis vulvovaginal es una infección causada por especies de hongos del género Candida, entre las cuales Candida albicans es el más común.
Este hongo se encuentra habitualmente, aunque en pequeñas cantidades, en diferentes zonas del cuerpo como la piel, la boca, el aparato gastrointestinal y la vagina. No provoca enfermedades cuando se mantiene en su número habitual.
Sin embargo, diferentes circunstancias pueden favorecer el crecimiento excesivo de colonias de Candida albicans, lo que puede dar lugar a una candidiasis vulvovaginal si afecta a esa zona.
Prevalencia de la candidiasis vulvovaginal
La vagina contiene de forma natural una mezcla equilibrada de hongos, entre ellos Candida albicans y bacterias, aunque esto no supone que haya infección. En condiciones normales, el pH ácido de la vagina, el sistema inmunitario y la presencia de una flora vaginal equilibrada impiden que el hongo se reproduzca en exceso.
Sin embargo, si llega a producirse una colonización excesiva de este hongo, puede haber un desequilibrio en la flora vaginal que dé lugar a una candidiasis vulvovaginal.
La candidiasis vulvovaginal puede afectar al 75 % de las mujeres alguna vez en la vida. Además, en el 5 % de los casos se produce recurrencia, y puede llegar a manifestarse cuatro o más veces al año. Esto afecta a la calidad de vida de la mujer.
Factores de riesgo de candidiasis vulvovaginal
Algunos de los factores de riesgo de la candidiasis vulvovaginal son los siguientes:
- Cambios hormonales.
- Inmunosupresión por enfermedad o tratamiento.
- Diabetes mellitus con glucemia mal controlada.
- Tratamiento reciente con antibióticos. Los antibióticos desequilibran la flora, ya que matan las bacterias, pero no los hongos.
Por otro lado, es aconsejable no utilizar ropa muy ajustada, ni ropa de baño húmeda. También debes mantener una higiene con productos adecuados y que respeten el pH de la vagina.
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Síntomas
La candidiasis se manifiesta con síntomas como alteraciones en el flujo vaginal, irritación, sensación de picor y escozor o ardor. Estos signos pueden afectar tanto al interior como al exterior de la vagina.
En muchos casos, también hay dolor durante la micción y molestias o dolor cuando se mantienen relaciones sexuales. No obstante, pueden aparecer otros síntomas, como hinchazón y enrojecimiento vulvar, lesiones de rascado y presencia de flujo blanquecino grumoso y prácticamente sin olor.
¿Cómo diferenciar una candidiasis vulvovaginal de otras infecciones?
Existen otras infecciones vaginales que son relativamente frecuentes en la edad fértil. Se pueden diferenciar por la consistencia del flujo vaginal y su olor. Algunas de estas infecciones son las siguientes.
Vaginosis bacteriana
Esta infección se produce por una alteración de la microbiota vaginal por bacterias como Gardnerella vaginalis, Prevotella y especies de Bacteroides.
La vaginosis bacteriana es frecuente en el embarazo, así como en mujeres que usan dispositivos intrauterinos, duchas vaginales, o por el estrés y los cambios hormonales. El flujo en la vaginosis bacteriana presenta un fuerte olor a pescado, su consistencia es viscosa, de color blanco o grisáceo.
Tricomoniasis
Esta infección se produce por la Trichomonas vaginalis, es una enfermedad de transmisión sexual. Cuando se presenta esta infección, el flujo vaginal es de olor inusual. La consistencia es espumosa, transparente, blanca, amarillenta o verdosa.
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Tratamiento de la candidiasis vulvovaginal
El tratamiento de esta afección se puede afrontar de forma local por vía vaginal y por vía oral. El tratamiento por vía vaginal puede ser con clotrimazol al 2 % en crema vaginal o con óvulos de clotrimazol de 100 y de 500 miligramos.
Como coadyuvantes del tratamiento o para prevenir la candidiasis vulvovaginal se pueden emplear combinaciones específicas de probióticos. Se pueden emplear tanto por vía vaginal como por vía oral.
El tratamiento por vía oral es con antifúngicos. Los más empleados son fluconazol e itraconazol. Estos fármacos pueden presentar efectos secundarios como náuseas, vómitos o diarrea. Además, podrían afectar a la función hepática.
Medidas de higiene y prevención
Algunas de las principales medidas de higiene y prevención para evitar la candidiasis vulvovaginal son los siguientes:
- Tomar alimentos probióticos cuando se toman medicamentos antibióticos.
- Mantener una higiene íntima adecuada. Evita la humedad y seca bien la zona.
- Limpiar el área genital y anal, siempre de delante hacia atrás.
- Cambiar con frecuencia compresas y tampones. Es aconsejable evitar el uso de tampones si hay infección.
- Usar ropa interior de algodón.
En caso de tratamiento por candidiasis vulvovaginal, tomar medidas de protección en las relaciones sexuales. Asimismo, es aconsejable que se traten los dos miembros de la pareja.
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