Relación de la salud bucal y la enfermedad inflamatoria intestinal

La salud bucal puede resultar afectada por la enfermedad inflamatoria intestinal y viceversa. Entérate más sobre esta relación.
Relación de la salud bucal y la enfermedad inflamatoria intestinal
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 10 julio, 2023

¿Sabías que la enfermedad inflamatoria intestinal puede afectar la salud bucal? Esta patología que se diagnostica cada vez con mayor frecuencia tiene una estrecha relación con la cavidad oral. Y en este artículo te lo contamos.

La enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias intestinales (EII) afectan el tracto digestivo. Los síntomas más conocidos de estas patologías son las diarreas, el dolor abdominal, la anemia, la pérdida de peso y la fatiga. Pero las manifestaciones en la boca también son una posibilidad.

Por eso es muy importante informar al dentista si se padece este trastorno. Pues así podrá estar atento a las manifestaciones orales y ayudar a mantener la boca saludable.

Asimismo, existen teorías que postulan que el estado de la boca influye en el desarrollo de las enfermedades digestivas. Aquí te lo contamos.

La conexión entre la salud bucal y la enfermedad inflamatoria intestinal

La enfermedad inflamatoria intestinal es un conjunto de condiciones que afectan al tracto digestivo; sobre todo el intestino. Las dos formas más frecuentes son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

La colitis ulcerosa afecta de manera principal el intestino grueso. En cambio, la enfermedad de Crohn puede expresarse en cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano. Es así que esta última patología tiene una mayor relación con la cavidad oral.

Los pacientes suelen ser personas jóvenes, de entre 15 y 30 años de edad. Las patologías son crónicas, provocando diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y sangrado rectal. Pero también pueden manifestarse en otras partes diferentes del tracto intestinal. Entre ellas, la boca.

La sintomatología surge como consecuencia de una respuesta autoinmune sobre el tubo digestivo. La inflamación intestinal se desencadena por un agente desconocido.

El origen de esta problemática aún no se ha determinado. Existen diversos factores que podrían favorecer su aparición, como condiciones genéticas o elementos ambientales.

Existen posturas que relacionan a los microorganismos que provocan enfermedades en la boca con las afecciones intestinales. De hecho, hay investigaciones que muestran una estrecha conexión entre la enfermedad inflamatoria intestinal y problemas de salud bucal como la periodontitis, las caries y las infecciones orales.

De todos modos, no es claro cómo se origina este problema en el tracto digestivo. Asimismo, aquí te contamos sobre algunas de las teorías que relacionan la enfermedad inflamatoria intestinal con la salud bucal.

Teorías contrapuestas

Una de las teorías que relaciona la salud bucal con la enfermedad inflamatoria intestinal postula que las manifestaciones orales preceden a las digestivas. Es así que la inflamación en la boca podría aparecer antes que la intestinal. Estar atentos a los trastornos en la boca permite arribar a un diagnóstico precoz de los problemas digestivos.

Por otro lado, en el intento de explicar el inicio de la enfermedad inflamatoria intestinal, también han surgido teorías que postulan que una buena higiene bucodental podría favorecer su desarrollo. Al contrario de lo que suele suceder con el resto de las patologías sistémicas, cuando las malas condiciones orales empeoran los cuadros, aquí es la buena limpieza dental la que podría desencadenar el trastorno digestivo.

Quienes sostienen esta hipótesis explican que la reducción de los gérmenes en la boca desde edades tempranas podría relacionarse al aumento de las enfermedades inflamatorias, alérgicas y autoinmunes. Con una adecuada higiene oral habría una menor exposición a los agentes infecciosos.

Esto ocasionaría un desequilibrio microbiano que podría interferir con el establecimiento de la tolerancia inmune y predisponer al desarrollo de las patologías. De todos modos, existe poca evidencia sobre esta conexión.

En contraposición a la postura anterior, varios estudios sí encuentran una conexión entre una mala salud bucal y la enfermedad inflamatoria intestinal. De hecho, la presencia de periodontitis incipientes y el aumento de gérmenes patógenos en la boca puede empeorar la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Pues dichos microorganismos migran por el tracto digestivo y desencadenan respuestas inflamatorias en el intestino. Por lo tanto, no es buena idea descuidar la salud oral.

Microbiota en la salud oral y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Las bacterias son casi omnipresentes en el tubo digestivo, por lo que una alteración de la microbiota causará enfermedades en la boca y en el intestino.

Los efectos de la enfermedad inflamatoria intestinal en la salud bucal

La enfermedad inflamatoria intestinal puede tener manifestaciones en la cavidad oral y afectar la salud bucal. Si bien la mayoría de los síntomas se concentran en el tracto digestivo, la boca puede presentar algunos problemas relacionados.

Llagas bucales

Las ulceraciones en el interior y alrededor de la boca son una de las manifestaciones orales más frecuentes de las enfermedades inflamatorias intestinales. De hecho, algunas veces este puede ser uno de los primeros síntomas de la patología, antes de que haya daños en el tracto digestivo inferior.

Las llagas o aftosis bucales son ulceraciones dolorosas sobre la mucosa oral. Se ven de color blanco amarillento y están rodeadas de un halo rojo inflamatorio.

Se forman en las mejillas, la lengua, los labios y alrededor de las encías. En pacientes con colitis ulcerosa, las aftas suelen aparecer durante los brotes y desaparecer una vez pasada la crisis.

Estas úlceras bucales pueden ser una manifestación de la patología en sí o relacionarse con otros factores:

  • Medicación: las aftas surgen como un efecto secundario de los medicamentos usados para tratar la colitis ulcerosa. Estos fármacos causan sequedad bucal y predisponen a sufrir daños en la mucosa oral.
  • Déficit de vitaminas y minerales: la menor absorción de estos micronutrientes o la pérdida de los mismos asociada a la EII favorece la aparición de aftas en la boca.


Boca seca y mal aliento

Una menor secreción salival y la consecuente sequedad de la boca es otro de los problemas de salud bucal asociados a la enfermedad inflamatoria intestinal. En realidad, esta menor lubricación oral está asociada a la medicación que se utiliza para tratar la patología.

Algunos corticosteroides, antiinflamatorios, medicamentos antidiarreicos, antibióticos y anticolinérgicos usados para tratar la EII pueden causar xerostomía como efecto secundario. Y una boca seca, aparte de ocasionar incomodidad en el paciente, predispone a sufrir otras patologías como caries, periodontitis y mal aliento.

La halitosis o mal aliento suele producirse por la combinación de la boca seca y el descuido de la higiene oral. La menor autolimpieza por el déficit de saliva sumado al acúmulo de bacterias, restos de comida y células muertas por la falta de higiene ocasionan el mal olor bucal.

Además, los pacientes que sufren colitis ulcerosa poseen un mayor número de bacterias reductoras de sulfato en el colon. Esto aumenta la producción de sulfuro de hidrógeno gaseoso, lo que lleva al mal aliento.

Cambios en el gusto

Sentir un extraño sabor metálico o ácido en la boca es común en algunos pacientes que presentan EII. Sobre todo, este síntoma se asocia a la pancolitis, una forma grave de colitis ulcerosa que afecta todo el colon.

La alteración en el gusto puede vincularse a un déficit de vitamina B12. También puede surgir como efecto secundario de medicamentos como la sulfasalazina, la azatioprina y el metronidazol.



Inflamación de las mucosas orales

La inflamación de la parte externa de los labios, que se tornan rojos y se hinchan, es una manifestación oral común de la enfermedad inflamatoria intestinal. El aumento de tamaño también puede incluir otras zonas de la cara y es lo que se conoce como granulomatosis orofacial.

Las queilitis angulares, llamadas boqueras, se ven como lesiones rojas en las comisuras labiales y también son frecuentes. Suelen aparecer en los estados de brotes y no desaparecen hasta que el paciente se encuentra mejor a nivel digestivo.

La glositis o inflamación de la lengua es otra de las expresiones orales comunes en los pacientes con EII. Este órgano se hincha y aumenta de tamaño, dificultando la deglución y el habla.

Otras manifestaciones en las mucosas orales menos frecuentes son las lesiones en adoquín. Se llaman así porque aparecen en la cara interna de las mejillas y tienen un aspecto de parches blancos que se asemejan a un empedrado. Pueden ser muy molestas durante la masticación y la deglución.

La causa de estas lesiones en las mucosas suele ser la deficiencia de vitamina B12 o de hierro. Los tratamientos largos con corticosteroides también pueden provocar estos síntomas.

Caries y enfermedad periodontal

Los pacientes con EII tienen un mayor riesgo de sufrir caries. El acúmulo de placa bacteriana asociado a la sequedad bucal y los cambios en la ingesta de hidratos de carbono favorecen la aparición de esta patología oral.

La gingivitis y la periodontitis también son patologías comunes en las personas que sufren enfermedad inflamatoria intestinal. Estos procesos tienen en común su naturaleza inflamatoria. Podrían desencadenarse por la combinación de factores ambientales, la predisposición genética y las alteraciones de la microbiota.

Los déficits de vitaminas, la sequedad oral y la medicación usada también contribuye a estos procesos orales. Existen estudios que relacionan la enfermedad periodontal con la EII; de todos modos, falta seguir investigando para aclarar los mecanismos de la conexión.

Caries en paciente con enfermedad inflamatoria intestinal.
La caries es más frecuente en los pacientes con EII, así como otras patologías orales también aumentan su incidencia en ellos.

¿Cuándo ver al dentista?

Como te hemos contado, las manifestaciones orales son una posibilidad al padecer EII. Por este motivo, una vez conocido el diagnóstico de este trastorno digestivo, lo ideal es acudir al odontólogo de confianza e informarle al respecto.

Pues el profesional podrá evaluar la situación y pautar un seguimiento acorde. Además, para reducir y mantener controlada la placa bacteriana, las limpiezas periódicas también son importantes. Especificar al odontólogo la medicación utilizada permite tomar las medidas necesarias para minimizar los efectos secundarios.

Muchas lesiones bucales pueden aparecer antes de arribar al diagnóstico del problema intestinal. Por esta razón, los controles odontológicos de rutina cada 6 meses son de suma importancia.

Si aparecen lesiones en las mucosas orales como aftas, hinchazón de labios o lengua, queilitis o placas blancas en las mejillas sin una causa aparente, también es buena idea acudir al odontólogo. El profesional podrá sospechar la relación con un deterioro a nivel intestinal y derivar al paciente con el especialista.

El cuidado de la boca

Como te hemos contado, la enfermedad inflamatoria intestinal puede afectar la salud bucal. Por este motivo, ocuparse de mantener la boca lo más saludable posible es un tiempo invertido en bienestar.

Cuidar la dieta según las indicaciones médicas y reducir los azúcares ayuda a controlar la placa bacteriana. La higiene bucodental rigurosa, incluyendo un cepillado exhaustivo 2 veces al día, uso de hilo dental, pastas y enjuagues fluorados también protegerán la cavidad oral.

Manteniendo una adecuada rutina de higiene y una fluida comunicación con los profesionales de la salud, los efectos de la enfermedad inflamatoria intestinal se pueden controlar.


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