¿Qué es la retrognatia mandibular y cuál es su tratamiento?

La retrognatia mandibular puede provocar problemas estéticos, dolores de cabeza, dificultad para masticar e incluso apnea del sueño. Te explicamos en qué consiste.
¿Qué es la retrognatia mandibular y cuál es su tratamiento?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 julio, 2023

La retrognatia mandibular es una deformidad dental y facial frecuente. La palabra retrognatia proviene del latín retro, que significa ‘hacia atrás’; y del griego gnathos, que es ‘mandíbula’. Es decir, consiste en una desalineación entre la mandíbula y el hueso maxilar.

En la mayoría de casos, la causa es que el hueso mandibular no se desarrolla lo suficiente. Por eso, la mandíbula se sitúa de forma posterior, más atrás de lo normal. De esta manera, al mirar de perfil de la persona afectada, se aprecia con facilidad la posición alterada.

El problema de esta malformación es que no solo afecta a nivel estético, sino que puede conllevar a una serie de complicaciones dentales y de salud. ¿Quieres saber más al respecto? A continuación, te contamos en qué consiste, cuáles son sus posibles causas y qué tratamientos hay disponibles para abordarlo.

¿En qué consiste la retrognatia mandibular?

La retrognatia mandibular es una malformación ósea. Lo que ocurre es que se produce una discrepancia entre el tamaño del hueso maxilar y el mandibular. Por eso, quedan desalineados entre sí.

La importancia de esto radica en que las filas de dientes tampoco encajan entre sí. La mandíbula está ‘retrasada’ respecto al maxilar. Según explica un artículo de Clínica Dental Everest, es uno de los tipos de maloclusión dental que tiende a provocar problemas en la mordida y en la estética facial.

Aparece porque el maxilar se desarrolla más de lo normal o, por el contrario, porque la mandíbula está subdesarrollada. Incluso, puede ser una combinación de ambos factores. Al mirar a una persona con retrognatia de perfil, la parte inferior de la cara tiene una forma cóncava. 

También se conoce como relación de clase II o mandíbula corta.

Síntomas asociados a esta patología

La retrognatia mandibular afecta de forma notable a nivel estético. Tal y como explica una publicación del Instituto Maxilofacial, hay una relación anormal entre el hueso maxilar y el mandibular. Esto hace que los rasgos faciales sean poco armónicos.

La dentadura superior sobresale por encima de los dientes inferiores y la mandíbula. De esta manera, cuando se mira a esa persona de perfil, la barbilla está hundida y no hay proyección mandibular. Todo esto puede conllevar problemas a nivel de autoestima y de confianza.

Entre otras cosas, las personas afectadas suelen tener dificultades para masticar y problemas dentales. Del mismo modo, es frecuente que haya afectación de la articulación temporomandibular, como explicaremos más adelante.



¿Cuál es la causa de la retrognatia mandibular?

Esta afección comienza durante el desarrollo o el crecimiento. No obstante, puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque es algo menos frecuente. Para entender por qué se produce, es importante comprender cómo se desarrolla de forma normal la mandíbula.

Según explica una publicación en StatPearls, esta comienza a osificarse durante la sexta semana de gestación. El cóndilo de la mandíbula es la parte que se articula con el cráneo, a través de la articulación temporomandibular. Este se desarrolla de forma más tardía, en torno a las diez semanas de gestación.

De forma progresiva, la mandíbula crece hacia delante y hacia abajo, a la vez que se va formando también el cóndilo. El desarrollo completo se alcanza alrededor de los 17 o 18 años en las mujeres. En los hombres puede llegar a los 20 años de edad.

En las personas que tienen retrognatia mandibular, lo que ocurre es que este crecimiento suele detenerse mucho antes de tiempo. Por eso, la mandíbula queda desplazada hacia atrás y no consigue alinearse con el maxilar. También sucede que el hueso maxilar se desarrolle más rápido de lo normal.

Cuando aparece en la vida adulta, obedece a diferentes motivos. Los traumatismos severos en la mandíbula o en la articulación temporomandibular restringe el crecimiento. También ocurre cuando se realizan cirugías a nivel craneal.

Posibles complicaciones

Esta patología provoca complicaciones graves, más allá de los problemas estéticos. Por ejemplo, algunos bebés comienzan a experimentar problemas desde el nacimiento.

Esto se debe a que la desalineación entre ambos huesos no le permitiría succionar adecuadamente el pezón de la madre. En consecuencia, la alimentación se dificulta y aparecen problemas de malnutrición.

Por otra parte, el hecho de que ambos huesos no se ajusten de forma adecuada hace que las filas dentarias tampoco lo hagan. La alineación de los dientes permite masticar y triturar los alimentos. Por lo tanto, cuando esto ocurre, puede ser difícil morder y masticar.

Además, a medida que se envejece, los dientes tienden a torcerse o moverse aún más. Las personas con retrognatia mandibular presentan trastornos de la articulación temporomandibular. La tensión acumulada en la mandíbula y en la articulación provoca espasmos musculares y fuertes dolores de mandíbula y en la cabeza.

Otra complicación común es la apnea obstructiva del sueño. Es decir, aparecen problemas para respirar al dormir, que pueden llegar incluso a episodios de cese de la respiración por la noche. Estos episodios provocan que la persona duerma mal y que esté somnoliento durante el día.

Tratamientos disponibles para la retrognatia mandibular

La retrognatia mandibular suele necesitar tratamiento. Para poder instaurarlo, primero es importante llegar a un diagnóstico adecuado. En muchas personas es suficiente con un examen físico. Sin embargo, se realizan pruebas complementarias para confirmarlo.

La radiografía es fundamental. La más utilizada es la radiografía cefalométrica lateral. Con esta técnica se puede hacer un análisis del cráneo y de sus dimensiones al completo, para comprobar si la mandíbula está menos desarrollada de lo normal. También se estudia el ángulo, su longitud y su relación con el resto del esqueleto facial.

Una vez hecho el estudio, se planifica el tratamiento en caso de ser necesario. Si se trata de un caso leve y poco sintomático, no siempre es necesario abordarlo. No obstante, en los siguientes apartados te explicamos cuáles son las opciones más empleadas.

Tratamiento en bebés y niños

El tratamiento de la retrognatia en bebés y niños se basa en la utilización de ortodoncia. La idea es que aún están en crecimiento. Por eso, se intenta frenar el crecimiento del maxilar. Para ello, emplean una especie de arnés que ejerce presión sobre él.

La razón es que no existe ninguna forma de estimular el crecimiento de la mandíbula como tal. La ortodoncia tiene muy buenos resultados en casos leves o moderados. Sin embargo, los casos severos requieren tratamiento posterior en la adolescencia o en la edad adulta.

Tratamiento en adolescentes y adultos

Cuando ya se ha frenado el crecimiento, es muy difícil modificar la retrognatia mandibular solo con la ortodoncia. Esta técnica es útil cuando el problema es puramente dental. Es decir, solo se busca corregir la alineación o la oclusión de los dientes, pero no la forma de la mandíbula.

Hay pacientes que desean corregir sus rasgos. Por ejemplo, el hecho de tener la barbilla muy hundida o el mentón retraído. En estos casos, si ya se ha corregido el problema dental, se recomienda una mentoplastia.

Los casos severos asociados con la apnea del sueño requieren de una cirugía. Esta consiste en intervenir sobre el hueso maxilar, o sobre el mandibular y el maxilar. La idea es intentar reconstruirlos para lograr una alineación exacta.

Recuerda, la retrognatia mandibular no es solo algo estético

La retrognatia mandibular es un problema que hace que la mandíbula quede en una posición anómala. Se encuentra más hacia atrás de lo normal. Por eso, el perfil de estas personas muestra una barbilla hundida y una forma cóncava.

El problema es que esta afección puede producir complicaciones más allá de lo estético. Por ejemplo, se asocia a trastornos de la articulación temporomandibular y a la apnea obstructiva del sueño. De ahí que sea fundamental intentar diagnosticar y tratar cuanto antes esta patología.


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