¿Sabes quitar el bloqueador solar de la piel correctamente?

La importancia del protector solar en la piel consta de 2 momentos básicos: la aplicación y la limpieza. Conoce cómo retirar este producto sin dejar residuos.
¿Sabes quitar el bloqueador solar de la piel correctamente?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 13 diciembre, 2023

Así como desmaquillas el rostro para cuidar su apariencia, es necesario quitar por completo el bloqueador solar de la piel. La función de este producto es clave resguardando de los rayos ultravioleta (UV); pero cuando no es retirado correctamente, los efectos son contraproducentes. Empleando los cosméticos adecuados para la higiene facial, aseguras la remoción total del protector y dejas el cutis listo para asimilar el resto de la rutina de belleza.

Además, asear totalmente la piel hasta dejarla sin sudor y sin residuos del bloqueador, reduce posibles daños y retrasa las señales del envejecimiento prematuro. Antes de profundizar en por qué es fundamental limpiarlo, veamos la relevancia de su uso.

¿Qué es el bloqueador solar y cuál es la importancia de utilizarlo?

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Utilizar bloqueador solar es la mejor manera de proteger la piel de los daños que pueden causar los rayos solares.

Los bloqueadores solares protegen o absorben la radiación UV del sol para que las personas no sufran quemaduras. Así lo refiere Chemical Safety Facts, añadiendo que la aplicación de estas sustancias minimiza el riesgo de cáncer de piel.

Existen filtros químicos que captan y transforman la energía solar en inocua para la piel; pero les consideran tóxicos en comparación con los protectores físicos. A estos últimos los conocen como «minerales», ya que los fabrican con polvos inertes integrados principalmente por dióxido de titanio y óxido de zinc.

Ambos ingredientes crean una capa en la dermis, reflejando la luz solar y evitando que los rayos UV penetren en el cuerpo. Al no producirse la absorción, bajan las probabilidades de alergia y de toxicidad.

La decoloración, la hiperpigmentación y la resequedad también son consecuencias de obviar un factor de protección solar (FPS).

La Academia Española de Dermatología y Venereología señala que la fotoprotección se perfila como la manera apropiada de tomar el sol porque previene alteraciones cutáneas y del sistema inmune a largo plazo.

Con relación al tema, la recomendación de la Fundación Contra el Cáncer de Piel es que toda persona desde los 6 meses de edad use protector solar todos los días, aunque estén en zonas cubiertas o la exposición a la radiación ultravioleta sea breve. Ahora bien, ¿qué ocurre al no quitar el bloqueador solar de la piel?



¿Por qué debes quitar el bloqueador solar de la piel correctamente?

La aplicación diaria de filtro solar es tan relevante como retirarlo por las noches. Omitir esta acción obstruye los poros con impurezas y dificulta a la piel la libre respiración. Asimismo, la dermis que queda sucia abre paso a la formación de comedones y de puntos negros y blancos.  Otra consecuencia es que la piel se torna grasa y susceptible, acelerando la aparición de arrugas.

¿Cómo quitar el bloqueador solar de la piel correctamente?

¿Sabes quitar el bloqueador solar de la piel correctamente?
Las cremas desmaquillantes contribuyen a retirar el bloqueador solar de la piel.

Cuando adquieres un bloqueador, la Academia Americana de Dermatología sugiere verificar la etiqueta para confirmar que se trata de un producto de «amplio espectro», con un grado de FPS de 30 o mayor a este y que resista al agua.

Sin embargo, es la resistencia al agua lo que en ocasiones complica quitar el protector solar. A continuación, veremos algunos consejos para retirar correctamente el bloqueador de la piel.

Todos los productos empleados para higienizar la piel deben corresponderse con las condiciones de esta.

Doble limpieza

La limpieza por partida doble es una de las opciones idóneas en la tarea de sacar el filtro solar de la dermis.

  • El primer paso implica retirar todo el producto con un bálsamo, una leche limpiadora o un aceite. Dichos cosméticos atraen toda la grasa cutánea, residuos de maquillaje y de bloqueador.
  • La segunda fase es aseando con un gel o con una espuma de limpieza profunda que deshaga los restos de suciedad al aclarar con agua.

El método de la doble limpieza es conveniente para quienes utilizan maquillaje pesado, quienes tienen piel con tendencia al acné y quienes pasan demasiado tiempo en ambientes urbanos externos.

Desmaquillante

Los aceites para desmaquillar poseen propiedades que emulsionan con agua y no quedan en la piel, así que no perjudican los cutis grasos. Por el contrario, son desmaquillantes que limpian y nutren los poros, además de darle luz al rostro.

Agua micelar

El agua micelar destaca por la efectividad, la suavidad y la rapidez limpiando la piel hasta el punto de quitar el filtro solar que queda bajo el maquillaje. Los tensioactivos y el agua son sus componentes primordiales; juntos actúan como un potente eliminador del bloqueador, de la contaminación cutánea y del exceso de sebo.

La popularidad de las aguas micelares también está vinculada a sus capacidades tonificantes e hidratantes. Para higienizar tu piel con este producto, mojas un disco de algodón y lo pasas por el cutis.

Espuma

Las espumas limpiadoras son simples de aplicar y de retirar. Solo necesitas esparcir el producto por tu rostro, usando la yema de los dedos. Masajea con sutileza, de preferencia, aclarando con agua tibia; el agua fría no es tan eficaz eliminando los restos de protector. Por otra parte, si estuviese muy caliente, correrías peligro de irritar la piel.



Retira el bloqueador solar de la piel y dale un respiro

Al quitar correctamente el bloqueador solar contribuyes a que la piel respire mejor. Acumular partículas de FPS en el cutis es una fuente de atracción para diferentes contaminantes que debilitan la dermis y ocluyen los poros.

Una publicación de Vive Revista de Investigación en Salud describe que la obstrucción del conducto del folículo piloso conlleva al poro cerrado, donde se acumulan sebo y células corneocitos, propensas a convertirse en un caldo de cultivo para la proliferación de bacterias. Las secuelas serían la inflamación y los comedones cerrados con contenido infeccioso.

La previsión ante estos posibles cuadros dermatológicos está en el empleo de productos especiales para cada tipo de piel; además de la higiene estricta con limpiadores que tengan el alcance para eliminar sustancias potentes como el protector solar.


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