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Terapia biológica: usos, riesgos y beneficios

5 minutos
La terapia biológica es una línea de tratamiento que viene en auge desde los años 90. Se emplea para tratar diversos tipos de enfermedades y su perspectiva es muy prometedora, aunque tiene sus riesgos.
Terapia biológica: usos, riesgos y beneficios
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 25 mayo, 2023

Cuando se habla de terapia biológica, se hace referencia a cualquier tipo de tratamiento que se derive de organismos vivos. Estos incluyen microorganismos, animales y seres humanos. Los fármacos no biológicos se elaboran mediante procesos químicos que no involucran seres vivos.

La terapia biológica utiliza al sistema inmunológico para estimular y mejorar la respuesta inmune del organismo. Esto permite que se detengan, controlen o supriman los procesos de avance de algunas patologías.

Asimismo, la terapia biológica puede reforzar el poder destructor del sistema inmune e impedir en algún grado la diseminación de las células cancerosas. En términos generales, modifica el curso de una enfermedad y, en muchos casos, eleva la eficacia de los tratamientos no biológicos.

¿Qué productos bioterapéuticos existen?

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La terapia biológica estimula las defensas del sistema inmunológico.

En la actualidad hay una gran variedad de productos bioterapéuticos. De forma tradicional se han clasificado en tres grandes grupos: vacunas, componentes de la sangre y proteínas.

Vacunas

Las vacunas son la forma de terapia biológica más tradicional y representan uno de los grandes hitos de la medicina. Su función es la de proteger contra organismos infecciosos. Los tipos de vacuna son los siguientes:

  • Vacunas vivas atenuadas. Utilizan el microorganismo, pero en forma debilitada, para generar inmunidad.
  • Vacunas toxoides. Contienen una toxina producida por un microorganismo y bloquean los efectos tóxicos de la infección.
  • Vacunas biosintéticas. Contienen sustancias sintéticas que son similares a partes del microorganismo real.

Componentes de la sangre

El componente de la sangre más utilizado en la terapia biológica es la infusión de hemocrocitos. Esta se administra a las personas que han experimentado una pérdida severa de sangre.

El plasma sanguíneo también es muy utilizado en algunos tratamientos. En concreto, se emplean las proteínas que este contiene: albúmina, globulinas y fibrinógeno. Dentro de las globulinas, las más utilizadas son las inmunoglobulinas, en particular la IgG purificada para atacar bacterias y virus.

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Proteínas

En este caso se emplean unas proteínas naturales llamadas citocinas. Estas participan en la regulación del sistema inmunitario y protegen de las infecciones. Se utilizan en casos de inmunodeficiencia, infecciones y cáncer.

Los anticuerpos monoclonales también se incluyen dentro de este grupo. Estos son fruto de un proceso en el que se modifica una proteína y se lleva el cuerpo humano para que este produzca anticuerpos contra determinado microorganismo.

En la actualidad, este tipo de productos bioterapéuticos se clasifican en tres subgrupos:

  • Proteínas recombinantes. Se obtienen en el laboratorio a partir de un gen clonado. Un ejemplo es la insulina.
  • Anticuerpos monoclonales o policlonales. Los monoclonales son clones que se obtienen a partir de una sola célula madre. Los policlonales se obtienen a partir de una mezcla de varias células.
  • Proteínas de fusión. Se obtienen a partir de la unión de dos o más genes que de forma original están separados.

¿En qué campos de la medicina se utiliza la terapia biológica?

Hay una amplia gama de patologías que pueden tratarse con la terapia biológica. En particular, este tipo de tratamiento ha sido empleado para enfermedades autoinmunes, cáncer y algunas enfermedades genéticas.

Este es un campo muy dinámico dentro del cual se adelanta un gran número de investigaciones en la actualidad. Por el momento, son muy destacadas sus aplicaciones en el tratamiento de la artritis reumatoide y del cáncer. Veamos.

Uso en la artritis reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune. Esto quiere decir que las células inmunes atacan al propio cuerpo por error y provocan una inflamación crónica en las articulaciones. A veces esto afecta también a otros órganos y otras zonas del cuerpo.

La terapia biológica, en este caso, interrumpe las señales del sistema inmunológico que están asociadas a la inflamación. De este modo, evita la progresión de la enfermedad, ya que es ese proceso inflamatorio el que al final provoca daños en las articulaciones.

Esta terapia ha probado tener más eficacia que otras convencionales. Esto se debe a que se dirige a elementos específicos, causantes de la inflamación, y logra interferir con el proceso.

Uso en el cáncer

La función del sistema inmunitario es la de combatir los agentes extraños o invasores que estén presentes en el organismo. En condiciones normales, debería identificar a las células cancerosas y combatirlas. Sin embargo, no siempre sucede esto y, por lo tanto, aparece el cáncer.

El objetivo de la terapia biológica en el cáncer es lograr que el sistema inmunitario reconozca las células cancerosas y, por tanto, las destruya. En este caso lo que se hace es inyectar sustancias para estimular las células del sistema inmune y conseguir que opere frente a las células cancerosas.

También es posible capacitar a las células inmunitarias en un laboratorio para que ataquen a las células cancerosas y, luego, reintroducirlas al organismo. Asimismo, se pueden bloquear ciertas señales que envían las células cancerosas y que inhiben el sistema inmunitario.

Efectos secundarios y riesgos de la terapia biológica

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La terapia biológica puede generar síntomas secundarios leves o graves.

Algunas personas no presentan ningún efecto secundario a la terapia biológica. Otras presentan síntomas leves y, también, hay casos de efectos graves. Asimismo, los efectos secundarios dependen del tipo de terapia administrada.

En términos generales, la terapia biológica puede provocar estos efectos:

  • Fiebre.
  • Resfriado.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de apetito.
  • Erupción cutánea.
  • Cansancio extremo.

Los efectos secundarios graves incluyen las siguientes afecciones:

  • Infecciones graves. A veces una infección latente se activa.
  • Daño hepático. Una persona con enfermedad hepática, en general, no es candidata a una terapia biológica.
  • Reducción de la capacidad para producir nuevas células sanguíneas.
  • Reacción alérgica de leve a grave.

A veces se señala que la terapia biológica podría llegar a incrementar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, no hay suficiente evidencia de que esto ocurra en realidad. Aún se necesita más investigación para corroborarlo.

Terapia biológica: solo bajo recomendación médica

Todo tratamiento médico implica algún nivel de riesgo y la terapia biológica no es la excepción. Por lo mismo, el uso de los productos bioterapéuticos debe estar precedido de un historial médico completo y una evaluación minuciosa.

Algunas personas no deben iniciar una terapia biológica, ya que presentan afecciones que pueden derivar en un efecto adverso grave. Durante este tipo de tratamientos no se deben recibir algunos tipos de vacunas. Es importante seguir el tratamiento de forma estricta e informar al médico de cualquier novedad.


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