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Tipos de flujo vaginal, ¿cuáles son?

6 minutos
Existen diferentes tipos de flujo vaginal. Suelen clasificarse según el color, la consistencia, la abundancia y el olor que presentan. ¿Por qué cambia? ¿Qué debes saber al respecto? Conócelo a continuación.
Tipos de flujo vaginal, ¿cuáles son?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 19 septiembre, 2023

El flujo vaginal es una secreción generada por pequeñas glándulas cervicovaginales para mantener el área limpia y lubricada. Sus características fisicoquímicas vienen dadas por la acción hormonal y por alteraciones en el tejido vaginal, como ocurre durante las infecciones. Esta es la razón por la que existen diferentes tipos de flujo vaginal.

Entonces, esta secreción cambia de cantidad, color y textura a lo largo del ciclo menstrual. Con base en esto, existen algunos tipos de flujo vaginal que se consideran normales, y otros que, por sus características, pueden ser un indicativo de problemas ginecológicos.

Conoce a continuación cuáles son los tipos de flujo vaginal, cómo identificarlos y qué significa cada uno de ellos.

¿Qué es el flujo vaginal?

El flujo vaginal, conocido también como leucorrea, es una secreción que se produce en el cuello del útero y en las paredes de la vagina. Está compuesto por líquido, moco, células del tejido vaginal y flora bacteriana. Durante el día, es normal que una mujer produzca entre 2 y 4 mililitros de este fluido.

La función de esta secreción es lubricar las paredes vaginales y, con ello, evitar irritaciones. Además, ayuda a proteger esta zona de la invasión de microorganismos patógenos, como bacterias y hongos.

Debido a estas propiedades, la presencia de flujo vaginal es normal y necesaria. La excepción se presenta cuando varían sus características habituales y se acompaña de otros síntomas molestos como picazón, dolor o inflamación vaginal.

¿Cuáles son los tipos de flujo vaginal?

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Hay causas fisiológicas y patológicas del flujo vaginal.

El flujo vaginal cambia sus características cuando ocurren alteraciones fisiológicas o patológicas a nivel del cuello uterino y la vagina. Para saber cuándo un flujo vaginal es normal o cuándo es resultado de una infección o enfermedad, se deben tomar en cuenta algunos aspectos.

Flujo vaginal normal

Es trasparente, blanquecino o amarillo claro, incluso algo marrón o rosado si ocurre cerca de la menstruación. Por otro lado, un estudio publicado en la Singapure Medical Journal detalla que la secreción vaginal normal y saludable no debe estar asociada con síntomas como picazón, enrojecimiento e hinchazón, y no tiene un olor fuerte.

En cuanto a la cantidad, la secreción vaginal puede aumentar durante estados con niveles elevados de estrógeno, como la ovulación, la fase lútea, la pubertad y el embarazo. Además, su textura puede variar: unos días más líquida o cremosa; y otros más elástica y pegajosa.

Flujo vaginal anormal

En estos casos el flujo vaginal puede tener un olor particular, como por ejemplo un olor a pescado. También, el color cambia dependiendo del microorganismo que esté causando la infección, tornándose de un color amarillo fuerte, verde o gris.

Además, puede acompañarse de síntomas específicos como picor, inflamación o enrojecimiento en el área, dolor al tener relaciones sexuales, dolor al orinar, dolor pélvico, entre otros. Un estudio publicado en la revista Obstetrics, Gynaecology and Reproductive Medicine detalla las causas comunes del flujo vaginal anormal:

  • Vaginosis bacteriana.
  • Candidiasis vulvovaginal.
  • Infecciones de transmisión sexual: tricomoniasis, clamidia, gonorrea y otras.
  • Cuerpo extraño: tampones retenidos.
  • Irritantes: perfumes, desodorantes.
  • Vaginitis atrófica.
  • Fístulas.
  • Tumores de vulva, vagina, cuello uterino y endometrio.
  • Trauma (reparación perineal reciente o cirugía vaginal).

Tipos de flujo vaginal durante el ciclo menstrual

La acción de hormonas como el estrógeno pueden influir en el aspecto y textura del flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual. En este sentido, esta secreción varía con el fin de favorecer o no el embarazo.

  • Flujo vaginal antes de la menstruación: por acción de la progesterona, el flujo vaginal antes del período es blanco turbio, o amarillo claro.
  • Flujo vaginal luego de la menstruación: baja la producción de este fluido. Suele ser seco, claro y más acuoso.
  • Flujo vaginal antes de la ovulación: cuando se incrementan los niveles de estrógeno, comienza a aumentar la producción de flujo vaginal. Su color es blanquecino y se vuelve más cremoso.
  • Flujo vaginal durante la ovulación: durante la ovulación se produce más flujo vaginal con el fin de facilitar a los espermatozoides su recorrido por el canal vaginal. Se vuelve pegajoso, elástico y transparente, con un aspecto parecido a la clara del huevo.

Si no hay embarazo, aparece la menstruación. Si ocurre, este flujo se mantiene y se hace más abundante en los primeros días de embarazo.

Tipos de flujo vaginal según su color

Lo más importante para distinguir los tipos de flujo vaginal es el color. Sin embargo, es necesario fijarse en el olor, la consistencia y la cantidad. Cuando existe alguna infección o patología, se puede alterar cualquiera de estos patrones:

  • Transparente: el flujo vaginal se hace claro y transparente durante la ovulación. Si se busca un embarazo, se debe intentar cuando se torne de este color.
  • Blanco: un flujo vaginal blanquecino se considera normal siempre y cuando no tenga mal olor, ni se acompañe de otros síntomas molestos. Si el flujo es blanco, pero se asocia a picor o escozor, puede tratarse de un síntoma de candidiasis.
  • Amarillo: un flujo vaginal amarillento puede tener diferentes causas. Por lo general, el flujo vaginal es de color amarillo claro, sin embargo, cuando este se torna de un amarillo oscuro, cambia su textura y se hace más cremoso y tiene olor, entonces puede ser resultado de una infección como tricomoniasis, clamidia o gonorrea.
  • Marrón: cuando el flujo vaginal es marrón, puede causar alarma. No obstante, no suele ser un síntoma de preocupación, sino de restos de sangre menstrual mezclados con secreciones vaginales.
  • Rosado: una secreción vaginal rosada se debe a pequeñas cantidades de sangre mezcladas con secreción blanca. Puede desencadenarse por irritación vaginal, lesiones o alguna enfermedad.
  • Verde: el flujo vaginal verde indica una vaginosis bacteriana. Este suele ser espumoso y tener mal olor.
  • Gris: cuando la secreción vaginal se vuelve grisácea y abundante, es un indicativo de infección. De observarse, es necesaria la pronta evaluación ginecológica.

Tipos de flujo vaginal según su textura

Otro cambio que se da en el flujo vaginal es en su consistencia. En ocasiones, se vuelve más líquido o cambia su viscosidad a una más cremosa o pegajosa.

  • Flujo vaginal líquido: es habitual luego de la menstruación o durante la excitación.
  • Flujo vaginal pegajoso o elástico: tiene esta característica durante el periodo fértil. De esta manera, favorece el recorrido y viabilidad de los espermatozoides.
  • Flujo vaginal cremoso: suele ser un flujo normal. Solo si se acompaña de otras características, como cambios de olor y color, puede ser un indicativo de infecciones.
  • Flujo vaginal grumoso: cuando existe infección por hongos como la candidiasis, el flujo es blanco y grumoso. Puede no tener un olor particular, pero que se acompaña de picor en el área vaginal. Se trata de una infección por el hongo del género Candida, muy común en la mujer.

Hay que destacar que todos los tipos de flujo vaginal tienen un olor característico, y esto no debe avergonzar a la mujer. De hecho, lo ideal es conocer el olor normal que presenta, ya que durante una infección o patología, el olor es una de las primeras cosas que se altera.

¿Prestas suficiente atención a tu flujo vaginal?

Como se mencionó, existen numerosos tipos de flujo vaginal. De manera natural, la secreción cambia a lo largo del ciclo menstrual y en función de ciertos periodos. Es importante prestarle atención a todos sus aspectos, puesto que un cambio de color, olor o de cantidad puede indicar que existe alguna patología.

Una buena práctica es valorar de manera diaria las características del flujo vaginal para detectar una posible infección. Sin embargo, lo recomendable es acudir siempre al ginecólogo ante cualquier duda o cambio que aparezca.


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