Tipos de medicamentos usados para tratar las alergias

Las alergias son afecciones que pueden poner en riesgo la vida de las personas si no se tratan de forma adecuada. Por fortuna, existen múltiples fármacos útiles en el tratamiento de estas afecciones.
Tipos de medicamentos usados para tratar las alergias
Franciele Rohor de Souza

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza.

Última actualización: 09 julio, 2023

El cuerpo humano vive en equilibrio con los materiales del medio ambiente. Las personas cuentan con un sistema inmunitario responsable de proteger la integridad del organismo. No obstante, se puede reaccionar de forma inadecuada. Por fortuna, los profesionales cuentan con diversos tipos de medicamentos para tratar las alergias.

Las alergias o reacciones de hipersensibilidad son resultado de una respuesta desproporcionada del cuerpo humano ante sustancias extrañas para el sistema inmunitario, llamadas alérgenos. De esta forma, el cuerpo inicia una compleja cascada química que altera las funciones internas.

Esta entidad puede presentarse con síntomas locales o sistémicos. La urticaria, la secreción nasal y la dificultad respiratoria son algunos de los síntomas más comunes. En la actualidad, los medicamentos antihistamínicos y descongestionantes son los más usados en el control de las alergias.

¿Qué son los alérgenos y cómo afectan al organismo?

Los alérgenos son las moléculas responsables de inducir las respuestas de hipersensibilidad. Estas son sustancias que se encuentran en el ambiente y que no resultan dañinas para todas las personas. En este sentido, las alergias van a estar condicionadas por las características genéticas e inmunitarias propias.

Estudios afirman que la mayoría de los alérgenos son de naturaleza proteica. Pueden entrar en contacto con las personas a través de la vía respiratoria, la piel y las mucosas, e incluso a través del tracto gastrointestinal. Algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Polen.
  • Polvo.
  • Caspa de mascotas.
  • Medicamentos.
  • Alimentos.
  • Picaduras.
  • Látex.

La vía de entrada del alérgeno determina el tipo de efectos dañinos sobre el cuerpo humano. El asma bronquial, la sinusitis y la rinitis suelen producirse cuando la sustancia se inhala. El contacto del alérgeno con la piel suele generar dermatitis y urticaria.



Tipos de medicamentos para tratar alergias

Los diferentes tipos de medicamentos empleados en el tratamiento y control de las alergias o antialérgicos buscan contrarrestar los mecanismos responsables de la misma. Estos fármacos pretenden minimizar la reacción de hipersensibilidad y, por consiguiente, las manifestaciones clínicas.

Los antialérgicos están disponibles en varias presentaciones para su administración oral, inhalatoria, tópica, oftálmica y endovenosa. El fármaco, la dosis y el tiempo de uso dependerán de la gravedad de la sintomatología y la respuesta del cuerpo al tratamiento.

Urticaria tratada con medicamentos para la alergia.
Las urticarias suelen aparecen tras el contacto de la piel con algún alérgeno del medio ambiente.

Antihistamínicos

La histamina es una sustancia química liberada por las células del sistema inmunitario en respuesta a los alérgenos. Media las reacciones de hipersensibilidad al unirse a los receptores H1 centrales y periféricos.

Los antihistamínicos actúan inhibiendo la acción de la histamina en los tejidos. Por consiguiente, reducen la sintomatología alérgica. Investigaciones sugieren que la desloratadina es unos de los medicamentos con mayor afinidad e inhibición de los receptores H1.

La cetirizina, la clorfeniramina, la fexofenadina y la loratadina son algunos de los antihistamínicos de consumo oral que suelen venderse sin receta. La somnolencia, la debilidad y el cansancio son los efectos adversos más comunes. De igual forma, es recomendable no consumir bebidas alcohólicas durante su administración.

Algunos antihistamínicos nasales son la azelastina y la olopatadina, útiles en el tratamiento de la congestión nasal y los estornudos. Los efectos secundarios incluyen sabor amargo en la boca y sensación de cansancio. De igual forma, las soluciones oftálmicas se emplean en el tratamiento de la conjuntivitis alérgica, aunque pueden generar resequedad ocular.

Estos medicamentos no deben consumirse antes de conducir o realizar trabajos con maquinaria pesada, debido a la somnolencia que generan. Su prescripción durante el embarazo debe hacerse bajo estricta vigilancia médica.

Descongestionantes

Los descongestionantes son fármacos que actúan disminuyendo la inflamación y reduciendo la secreción de moco en la nariz, los senos paranasales, la garganta y el oído medio. Constituyen uno de los tipos de medicamentos más empleados en el manejo de las alergias por inhalación, como es el caso de la rinitis alérgica y la sinusitis.

Estos fármacos están disponibles para su consumo oral en píldoras y líquidos, así como para su administración local en gotas o atomizadores. Algunos descongestionantes orales como la seudoefedrina son de venta sin prescripción y suelen venir combinados con antihistamínicos.

Las soluciones nasales, como la oximetazolina, son la forma de presentación más utilizada por su alivio rápido. Sin embargo, su efecto tiende a durar muy poco y promueve el sobreuso. Los descongestionantes pueden originar efectos adversos como dolores de cabeza, aumento de la presión arterial, insomnio e irritabilidad.

El uso de estos fármacos no es recomendado en personas con hipertensión arterial, cardiopatía, diabetes, glaucoma o hipertiroidismo. Los niños y las embarazadas solo deben consumir el medicamento bajo supervisión médica.

Corticosteroides

Los corticoides son un grupo de medicamentos capaces de reducir la respuesta inflamatoria exagerada que suele acompañar a las alergias. Pueden ser administrados por vía oral, inhalatoria, cutánea e inyectable. Estudios afirman que el tratamiento con estos compuestos se realiza por periodos prolongados y con dosis escalonadas, dada la cronicidad de las alergias.

La prednisona y la metilprednisolona son presentaciones orales que se usan en la terapéutica sistémica de todo tipo de alergias. Su uso excesivo puede generar efectos adversos, como cataratas, hiperglucemia y alteraciones de crecimiento en los niños. Por tal motivo, solo deben consumirse bajo estricta prescripción y supervisión profesional.

Las formulaciones inhaladas suelen combinarse con broncodilatadores en el manejo del asma bronquial. La beclometasona y la budesonida son algunas de las presentaciones más utilizadas. Además, los efectos secundarios son poco frecuentes e incluyen irritación de la mucosa oral y predisposición a infecciones bucales por levaduras.

La fluorometolona y el loteprednol son soluciones oftálmicas que se utilizan para aliviar los síntomas oculares de las alergias. Por su parte, los corticosteroides de uso tópico, como la desonida y hidrocortisona, son útiles en el manejo del escozor, la descamación y el enrojecimiento de las urticarias alérgicas.

Estos medicamentos no se recomiendan en pacientes con diabetes, infecciones sistémicas, enfermedades psiquiátricas, osteoporosis y úlceras gástricas. Su uso suele limitarse en personas inmunosuprimidas y con cardiopatías.

Inhibidores de leucotrienos

Los leucotrienos son sustancias químicas liberadas por el sistema inmunitario que participan en la inflamación, la secreción mucosa y la constricción bronquial. L os inhibidores de los leucotrienos actúan uniéndose a los receptores de estas moléculas, impidiendo su efecto en el organismo.

Los mismos forman parte de los tipos de medicamentos más usados para tratar el asma por alergias en casos leves y moderados. También poseen amplia utilidad en el control de los estornudos, el goteo y la congestión nasal. En la actualidad, el montelukast es uno de los pocos inhibidores de leucotrienos aprobados para el tratamiento de la rinitis alérgica estacional.

Los efectos adversos de este grupo de medicamentos incluyen dolor de cabeza, somnolencia, problemas para dormir y malestar estomacal. Están contraindicados durante el embarazo, la lactancia y en pacientes con enfermedad hepática grave.

Estabilizadores de los mastocitos

Estos son fármacos de uso local que se pueden administrar por vía nasal y oftálmica. Los mismos inhiben la liberación de mediadores inflamatorios por parte de los mastocitos. De esta forma, contribuyen a reducir la reacciones de hipersensibilidad y la sintomatología asociada.

La cromolina es una formulación en aerosol de venta sin prescripción utilizada en afecciones nasales. Por su parte, la lodoxamida y el nedocromil vienen en gotas oftálmicas útiles para el manejo del enrojecimiento y el escozor ocular por alergias.

Epinefrina

La epinefrina o adrenalina es un medicamento utilizado solo en el manejo de reacciones alérgicas graves. Por lo general, se utiliza ante afecciones anafilácticas por mordeduras, picaduras de insectos, comidas y medicamentos. También es de utilidad en el control de hemorragias superficiales y paros cardíacos.

Esta sustancia es un análogo de la epinefrina endógena. Actúa produciendo constricción de los vasos sanguíneos y relajación de la musculatura respiratoria. Se presenta como un dispositivo de inyección automática y en frascos para la administración subcutánea o intramuscular.

Las inyecciones de epinefrina son de gran utilidad para frenar la evolución de las alergias, pero no reemplazan el tratamiento médico. Por tal motivo, es indispensable buscar atención lo antes posible posterior a su administración.

Adrenalina.
Las ampollas de adrenalina se utilizan en el medio hospitalario para administrar el fármaco por una vía de absorción rápida.

¿Cuándo buscar atención médica?

Las alergias son afecciones que evolucionan en cuestión de minutos. Estas reacciones suelen ser leves y se tratan con medicamentos de venta libre. Sin embargo, el empeoramiento de la sintomatología indica la necesidad de obtener atención de forma inmediata.

Los profesionales de salud recomiendan no subestimar las reacciones de hipersensibilidad por más pequeñas que sean. Además, es vital buscar atención de emergencia ante la manifestación de los siguientes síntomas:

  • Dificultad respiratoria y sibilancias.
  • Escozor intenso y enrojecimiento de la piel.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca y pulso débil.
  • Confusión y perdida del conocimiento.

El médico es el mejor aliado al combatir las reacciones alérgicas

El diagnóstico de hipersensibilidad a ciertas sustancias puede resultar desagradable para la mayoría de las personas y amerita varios cambios en el estilo de vida. La colaboración continua con el médico de cabecera es vital al escoger entre los diversos tipos de medicamentos para tratar alergias.

El profesional de la salud es el único capaz de reconocer la condición a detalle y ofrecer las mejores opciones terapéuticas. Por tal motivo, no dudes en consultar con tu médico de confianza ante cualquier signo o síntoma extraño que te haga sospechar de una alergia.


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