Traumatismo dental: ¿qué es y qué tipos existen?
Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa
Sufrir un traumatismo dental es algo muy común durante la niñez y la adolescencia, aunque también puede suceder en adultos. Luego de las caries, es el segundo motivo de consulta odontológica.
Se trata de una lesión en los dientes y los tejidos que los rodean como consecuencia de un impacto o golpe sobre los mismos. Esto genera problemas estéticos, de masticación y del habla en la persona que lo padece. Actuar con urgencia y determinación en el momento en que se produce el traumatismo dental mejora el pronóstico de la situación.
En este artículo te contamos por qué se producen estas lesiones, qué tipos hay y cómo se tratan. Además, qué puedes hacer para disminuir el riesgo de golpes en la boca.
Factores de riesgo para sufrir un traumatismo dental
Un golpe en la boca que provoque un traumatismo dental puede suceder en cualquier momento y edad. Pero existen factores que hacen que sean más frecuentes en determinadas circunstancias:
- Comenzar a caminar: cuando el niño aprende a desplazarse por sí mismo aún no domina por completo el equilibrio y las caídas son habituales. Chocar la boca contra muebles bajos, tropezar con alfombras u otros objetos y tumbarse del andador son situaciones que pueden ocasionar un traumatismo dental.
- Juegos de niños: jugar de manera brusca, arrojarse objetos, caerse de columpios, bicicletas, patines y patinetas.
- Deportes: la práctica de algunos deportes, sobre todo los de contacto, predisponen a las lesiones en los dientes.
- Accidentes automovilísticos: esta es una causa que puede generar traumatismos dentales a cualquier edad.
- Maltrato físico: los golpes en la boca por parte un maltratador pueden ocasionar un traumatismo dental. La bibliografía considera al maltrato infantil como un causante de las lesiones en los dientes de los niños.
- Peleas: las riñas con agresiones físicas también son un factor predisponente de sufrir lesiones en los dientes.
- Condiciones médicas: pacientes que tienen problemas de movilidad, epilepsia, falta de atención o hiperactividad tienen más riesgo de golpearse la boca.
- Adicciones: personas con problemas de alcoholismo y drogadicción también tienen mayores posibilidades de sufrir un traumatismo dental.
- Condiciones de la boca: la morfología facial y oral hacen que algunos pacientes tengan más riesgo de lesionar sus dientes al sufrir un golpe. Ciertas maloclusiones, tener los incisivos superiores hacia afuera por la succión digital, el uso prolongado del chupete o biberón, la respiración bucal o un labio corto favorecen que estas piezas se dañen con mayor frecuencia.
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Tipos de traumatismos dentales
Un traumatismo dental se puede manifestar de diferentes maneras, afectar a distintos tejidos y tener diversos grados de severidad. Además, las piezas dentarias traumatizadas pueden ser temporales o definitivas. De eso dependerá el tratamiento a realizar.
A continuación se diferencian los distintos tipos de traumatismos dentales, según los tejidos afectados.
Traumatismo de la corona dental
Aquí la lesión compromete la parte visible de la pieza dentaria. Según los tejidos afectados se pueden distinguir los siguientes tipos de fracturas de corona:
- Incompleta o infracción del esmalte: la línea de fractura no llega a la unión amelodentinaria o se detiene en ella. Por lo tanto, solo compromete el esmalte, sin involucrar a la dentina. Se ve como una fisura en el esmalte y no hay pérdida de tejido dentario, por lo que son difíciles de percibir a simple vista. Un odontólogo las podrá diagnosticar con transiluminación y tratar de manera oportuna.
- Coronaria no complicada o amelodentinaria sin afección pulpar: en este caso hay pérdida de tejidos dentarios y la lesión compromete solo al esmalte o al esmalte y a la dentina, pero sin llegar a exponer la pulpa.
- Coronaria complicada o amelodentinaria con afección pulpar: la pérdida de tejidos involucra tanto esmalte como dentina y tiene una profundidad suficiente que llega a exponer el tejido pulpar.
Traumatismo de la raíz dental
En estos casos, la zona de la raíz del diente que se encuentra dentro del hueso es comprometida por el traumatismo. Se distinguen dos tipos según el sector en que suceda la lesión:
- Fractura radicular intraalveolar: en estos casos la fractura sucede en la zona de la raíz del diente, pudiendo localizarse en el tercio coronal, medio o apical de la misma. Pueden ser horizontales o verticales.
- Fractura coronoradicular: la fractura involucra tanto la corona como la raíz del diente. Puede haber exposición pulpar o no y los tejidos involucrados son el esmalte, la dentina y el cemento radicular.
Traumatismo de los tejidos periodontales
Los golpes en la boca también pueden afectar a los tejidos que protegen y sostienen a las piezas dentarias. A continuación se detallan las afecciones del tejido periodontal:
- Subluxación: se dañan las fibras periodontales que sostienen al diente, pero el mismo se mantiene en su posición habitual, dentro del alveolo. No hay desplazamiento del elemento dentario, pero sí hay movilidad y sangrado desde el interior.
- Luxación lateral: también se daña el tejido periodontal y el diente presenta movilidad, pero además, el mismo se desplaza hacia adelante o hacia atrás. En estos casos también suele fracturarse el hueso alveolar.
- Extrusión: el daño del periodonto provoca que el diente se afloje y se desplace de manera parcial hacia afuera del alveolo. El mismo sobresale en la línea de oclusión comparado con los dientes vecinos.
- Intrusión: el elemento dentario se desplaza en sentido apical, hacia adentro del hueso alveolar. La pieza dentaria se observa como hundida en el tejido óseo. El daño involucra al ligamiento periodontal y al cemento radicular. Suele haber fractura del alveolo y se interrumpe el suministro neurovascular de la pulpa.
- Avulsión dentaria: es la situación clínica más compleja y grave. Aquí la pieza dentaria es expulsada por completo fuera de su alveolo. A veces, incluso sale despedida fuera de la boca. Cuando esto sucede en una pieza dentaria permanente lo ideal es buscar el diente y colocarlo en un medio adecuado para acudir con urgencia al odontólogo, de modo que lo vuelva a reimplantar en la boca.
Traumatismo óseo
El daño en la boca puede fracturar el hueso alveolar. La lesión involucra solo al tejido óseo o está combinada con alguna de las demás lesiones que ya mencionamos. Las piezas dentarias con fracturas alveolares suelen moverse en bloque con todo el tejido circundante. Existen accidentes más graves en los que se comprometen los huesos maxilares o de la cara.
Diagnóstico y tratamientos para un traumatismo dental
Al sufrir un traumatismo dental, lo más indicado es acudir al odontólogo con toda la urgencia que sea posible. Tratar las lesiones de manera inmediata mejora mucho el pronóstico de la situación y favorece el éxito de los abordajes.
El profesional examinará y palpará la zona afectada, tomará radiografías, evaluará los tejidos blandos y duros, analizará la movilidad dentaria, su vitalidad y determinará el mejor tratamiento para cada caso particular.
La terapéutica de elección también dependerá de si se trata de piezas temporarias o definitivas. Algunos de las terapéuticas que se pueden requerir son las siguientes.
Tratamiento de los tejidos blandos
Un golpe en la boca no solo afecta a las piezas dentarias. También es usual que se lesionen los tejidos blandos como los labios, la lengua y las mejillas.
El dentista, al recibir al paciente, examinará todas las partes involucradas. Los tejidos de la boca sangran con facilidad y en abundancia, por lo que el profesional los limpiará y ejercerá presión para detener el sangrado. En algunos casos puede que sean necesarios algunos puntos de sutura.
Topicaciones con flúor
Cuando el traumatismo dental solo afecta al esmalte se pulen las aristas de la zona afectada para evitar rozaduras con los tejidos blandos. Además, se protege el tejido adamantino colocando flúor sobre la superficie dentaria.
Reconstrucción de la corona
Si el traumatismo dental ha provocado la pérdida de tejidos de la corona dental, la misma debe ser reconstruida. Se realiza tanto en dientes de leche como definitivos.
En general, se utilizan empastes de materiales estéticos que devuelven la forma y anatomía perdida a la pieza dentaria. En los casos en que el paciente trae el fragmento del diente partido, y si este es permanente, se puede intentar adherirlo al elemento fracturado.
Protecciones pulpares y endodoncias
Cuando la fractura no solo compromete esmalte y dentina, sino también la pulpa, la misma debe ser tratada de manera especial. El tipo de tratamiento dependerá de la dentición (temporaria o permanente), la extensión de la fractura y, en el caso de las piezas permanentes, si el ápice de la raíz está abierto o ya está cerrado.
En las piezas temporarias se debe evaluar el tiempo que le queda al diente en la boca. Si su exfoliación es inminente se prefiere la exodoncia de la pieza y esperar la erupción del permanente. Si en cambio falta mucho tiempo para el recambio dental, se realiza la protección pulpar para conservar la pieza.
En los dientes definitivos, si el final de la raíz aún no se cerró, se colocan sustancias especiales para ayudar al cierre apical. Si en cambio la pieza se ha formado por completo, se realiza la endodoncia o tratamiento de conducto.
Luego se reconstruye la corona para devolver la anatomía perdida a la pieza dentaria. Se puede realizar usando coronas dentales cuando la pérdida de tejidos ha sido muy grande.
Reubicación de la pieza dentaria e inmovilización con férulas
Cuando los dientes permanentes son afectados por fracturas radiculares, fracturas del hueso alveolar, luxaciones o extrusiones o hay movilidad de la pieza dentaria, se deben reubicar en su alveolo. Para esto el odontólogo anestesia la zona y, ayudado con radiografías, reposiciona el diente en su lugar.
Luego debe inmovilizarse utilizando una férula de alambres y resinas que lo mantengan en posición hasta que cicatricen los tejidos de sostén. Evitar el contacto oclusal y procurar cuidados posoperatorios es muy necesario para evitar complicaciones y ayudar a la recuperación. Se deben realizar controles periódicos y los tratamientos pulpares serán necesarios.
Si las alteraciones mencionadas afectan a elementos temporarios se evalúa el daño del germen permanente subyacente y se suele considerar si la exodoncia es la mejor opción. Si se extrae la pieza dentaria y falta mucho tiempo para la erupción del definitivo, se coloca un mantenedor de espacio para guardar el lugar.
Esperar o estimular la erupción
Esto se realiza en algunos casos de intrusión del diente. Las radiografías son vitales para observar la posición del diente dentro del hueso y su relación con otras estructuras.
Si se trata de una pieza temporaria se debe evaluar el daño al germen del diente permanente que se está formando en el hueso. Si el mismo está afectado, se debe extraer el elemento temporario. En cambio, en los casos en que no haya daño de la pieza definitiva o se trate de un elemento permanente, se puede esperar a que el organismo provoque la extrusión espontánea.
En las piezas definitivas, si el elemento no baja por sí mismo, se puede reubicar bajo anestesia y luego ferulizar, como ya se ha explicado antes. O bien se puede bajar el diente utilizando ortodoncia. El tratamiento endodóntico de la pieza dentaria será necesario.
Reimplantación del diente
Si una pieza dentaria definitiva ha sido expulsada por completo fuera de la boca, recolocarla en su lugar para conservarla es el objetivo. Nunca se debe volver a insertar un diente de leche que se ha salido, pues se corre el riesgo de dañar a la pieza definitiva que se está formando en el interior del hueso. En estos casos se espera a la erupción del permanente y, si falta mucho tiempo, se coloca un mantenedor de espacio para guardar el lugar.
Para volver a colocar la pieza dentaria dentro de su alveolo es fundamental que el paciente busque el elemento expulsado y acuda al dentista lo más pronto posible. Cuando se encuentra el diente se debe evitar tocar la parte de la raíz; hay que lavarlo unos segundos bajo el agua sin frotarlo. Luego se lo debe transportar en un vaso con leche, con agua destilada y, si no es posible, dentro de la boca del paciente cuidando de no tragarlo.
Cuando el paciente llegue al dentista, el profesional volverá a ubicar la pieza dentaria en su lugar luego de anestesiar la zona. La inmovilizará con férulas para favorecer su reintegración a la cavidad bucal.
La pieza deberá desgastarse para no contactar con los demás dientes, se deberá llevar una dieta blanda y los controles periódicos serán necesarios para evaluar el proceso de recuperación. También deberá realizarse endodoncia. El paciente debe tener la vacuna antitetánica.
Otros cuidados
Tratar la sintomatología con antinflamatorios y usar antibióticos para los casos que así lo requieran es vital para la recuperación de los tejidos y el éxito de los tratamientos. Llevar una dieta blanda y fría también ayuda a desinflamar y recuperar la zona.
Además, es importante controlar y prestar atención a la región que sufrió el golpe. Si la encía se inflama, aparece un granito de pus o el diente cambia de color hay que consultar al odontólogo.
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Cómo prevenir un traumatismo dental
Muchas veces es imposible evitar los golpes en la boca. De todos modos, poner en práctica algunos de estos consejos puede ayudar a disminuir el riesgo de sufrir un traumatismo dental:
- Crear espacios seguros para los niños pequeños y evitar el uso de andadores.
- Evitar juegos violentos.
- Usar protectores bucales para la práctica de deportes y al andar en bicicletas y patines.
- Usar cinturones de seguridad al viajar.
Y, como ya mencionamos, si sucede un traumatismo dental, actuar con determinación, tranquilidad y de manera rápida puede hacer la diferencia. Acudir al dentista tan pronto como sea posible contribuirá a recuperar la sonrisa dañada.
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