Qué es el virus del Nilo Occidental y por qué mantiene en alerta a España

Un nuevo caso confirmado en abril, mes inédito para la aparición de esta enfermedad en el país, enciende las alarmas. ¿Cómo prevenir un brote de cara al verano?
Qué es el virus del Nilo Occidental y por qué mantiene en alerta a España
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Jonatan Menguez

Última actualización: 02 mayo, 2024

Hace pocos días se confirmó el primer contagio del 2024, en España, por el virus del Nilo Occidental. El caso correspondió a un menor de 5 años, oriundo del municipio sevillano de Lebrija. Tras 10 días de internación fue dado de alta.

La enfermedad que ocasiona este agente viral es la fiebre del valle del Nilo Occidental y la transmisión ocurre por la picadura de mosquitos. Si bien es una patología más típica del verano (de julio a octubre), la reciente confirmación en abril demuestra la expansión de la época de contagios.

Diversos análisis epidemiológicos y expertos remarcan que el cambio climático permite una mayor supervivencia del virus durante el año. Las temperaturas elevadas podrían ser un detonante para una mayor población de mosquitos vectores.

¿Por qué la situación en España es preocupante?

El origen del virus del Nilo Occidental se sitúa en Uganda. Allí fue aislado por primera vez en 1937.

Durante las décadas siguientes, se registró su expansión hacia buena parte del continente africano, para luego llegar a Europa, Asia, Medio Oriente y, en 1999, a Estados Unidos. En el país norteamericano es donde se produjeron los brotes más grandes.

A pesar de que en España se identificó por primera vez en humanos en 2004, su propagación creció, sobre todo, en el sur del país. 6 años después se registraron casos en Cádiz, mientras que en 2016 aparecieron otros en Sevilla.

Pero el año crítico fue 2020, cuando tuvo lugar el brote más grande hasta el momento, en las regiones de Andalucía y Extremadura. Allí se registraron 77 casos y 8 muertes.

En los últimos años, el virus apareció en Cataluña, Toledo y la Comunidad de Valencia.

Los especialistas ponen el foco en la situación de fondo que favorece la propagación del virus. Todas las hipótesis apuntan al cambio climático como principal responsable.

La época de mayor actividad siempre ha sido el verano. No obstante, los aumentos sostenidos de la temperatura promedio y las precipitaciones generaron la aparición de casos en humanos en fechas inusuales. Así lo sugiere un estudio publicado en Nature Communications, que analiza cómo el virus ha cambiado a medida que logró mayor dispersión geográfica.

¿Cómo se contagia el virus del Nilo Occidental?

Este virus forma parte del grupo de los Flavivirus y lo transmiten diversas especies de mosquitos. Los insectos, que actúan como vectores, lo adquieren desde las aves, tanto domésticas como salvajes.

La especie transmisora es la Culex. Entre las subespecies más implicadas están Culex pipiens, C. modestus y C. restuans. También pueden llevar el agente viral los mosquitos Aedes vexans y A. albopictus.

El mecanismo es el mismo por el que otras zoonosis transmitidas por mosquitos llegan a los humanos. Los insectos pican a las aves infectadas con el virus y lo propagan al picar a humanos o a équidos.



¿Cómo es la fiebre del valle del Nilo?

La mayoría de los humanos infectados por el virus son asintomáticos. Es decir, no desarrollan la enfermedad clínica.

Pero el 20 % cursa con algunos síntomas, similares a los de un cuadro gripal. Ellos son los que padecen la enfermedad conocida como fiebre del valle del Nilo. En el 1 % de los casos, la gravedad es mayor y existe riesgo de muerte.

Según la Organización Mundial de la Salud, las personas sintomáticas tienen signos de la enfermedad durante 3 a 14 días y presentan lo siguiente:

La mayoría de los síntomas son parecidos a los que puede presentar otra patología, como la gripe. En cuanto a las erupciones cutáneas, son similares a las picaduras de cualquier mosquito, con una reacción local de enrojecimiento y comezón.

Los casos graves se presentan con una frecuencia de 1 sobre 150 infectados sintomáticos. En este escenario, aparecen complicaciones severas neurológicas, como poliomielitis, meningitis y encefalitis.

Si bien el desarrollo de una complicación es posible a cualquier edad, los mayores de 50 años tienen un riesgo más elevado de padecerlas. Además, se encuentran más expuestos a la severidad los pacientes con las siguientes condiciones de base:

  • Cáncer
  • Diabetes
  • Trasplante
  • Hipertensión arterial
  • Enfermedad renal crónica

¿Se puede tratar?

No existe un tratamiento específico ni una vacuna para la enfermedad. En general, las personas con síntomas leves se recuperan de modo autónomo. De acuerdo a las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), es posible tomar analgésicos de venta libre para reducir la fiebre y aliviar algunos síntomas.

Distinta es la situación de los casos graves. Muchos de ellos requieren medidas terapéuticas de apoyo respiratorio y suministro de líquidos intravenosos durante una internación hospitalaria.



¿Cómo prevenir la propagación del virus del Nilo Occidental?

La mejor herramienta para enfrentar la fiebre del valle del Nilo es la prevención. Esto implica controlar las poblaciones de mosquitos que son vectores y reducir la exposición a las picaduras.

Para ello, es fundamental eliminar todos los potenciales criaderos que podamos tener en el hogar. Es decir, cosas y objetos que almacenan agua estancada, donde los insectos tienen mayor posibilidad de reproducción exitosa.

Hay que vaciar floreros, baldes del patio y recipientes de aires acondicionados. Piletas y canaletas deberían tener algún tipo de cobertura y cuidar de que no acumulen restos de basura que puedan actuar como sitios de ovoposición.

En cuanto a las personas en sí, el foco debe colocarse en la prevención de las picaduras. Al salir al aire libre, entre el atardecer y la noche, es indispensable tomar recaudos, ya que ese es el momento de mayor actividad para los mosquitos. Aplicarse repelentes caseros o comerciales es obligatorio.

Utilizar ropa de manga larga para dejar menos expuesta la piel es útil. En las casas se deberían instalar mosquiteros en las ventanas.

Aunque no hay evidencia de contagio por tocar aves infectadas, se aconseja portar guantes o usar una pala si es necesario mover un animal muerto que encontremos. En caso de tener aves de mascotas, las mismas tendrían que recibir aislamiento de las zonas con mosquitos.

El virus del Nilo es parte de un problema mayor

El calentamiento global está provocando la aparición de enfermedades tropicales en regiones geográficas que antes no las tenían. Sobre todo, de aquellas que son transmitidas por vectores.

Ello involucra a la fiebre del valle del Nilo Occidental en España, por ejemplo. Pero también al dengue en latitudes del sur o el zika en altitudes sobre el nivel del mar que antes no permitían la proliferación de los mosquitos.

Como contraparte, los investigadores trabajan para mejorar los métodos de detección y las técnicas de prevención. Un estudio publicado recientemente divulgó un novedoso método para detectar más rápido al virus. Ante una alerta por un posible brote, los técnicos podrán acercarse a la zona geográfica, tomar muestras de insectos y, en 2 o 3 horas, determinar si los mosquitos están infectados.

Para reducir la población de los vectores, por otro lado, se plantean abordajes novedosos. La Agencia Internacional de Energía Atómica tiene proyectos en diversos países para usar radiación que esterilice a los machos de los mosquitos Aedes, con el fin de disminuir su presencia a largo plazo.

Por lo pronto, en España se intenta reducir el impacto de la zoonosis de cara al próximo verano. Y se prioriza la pronta atención de los pacientes con síntomas sospechosos.

Así es que, ante la presencia de los signos que describimos antes, es fundamental consultar con un médico. En especial, si viajaste a un sitio con presencia regular de la enfermedad o hay casos confirmados en tu zona geográfica.

Imagen de portada: C. pipiens. Licencia Wikimedia Commons. Autor: Donald Hobern.

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