6 curiosidades que debes saber sobre las venas varicosas

Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila

Escrito por Okairy Zuñiga

Última actualización: 06 julio, 2023

Las venas varicosas son esas protuberancias que sobresalen en la superficie de la piel. Son muchos los mitos que existen en torno a estas: algunos son verdad y otros, no. Para clarificar estas dudas, hemos querido reunir en este artículo 6 curiosidades sobre las venas varicosas.

En primer lugar, merece la pena explicar que las venas forman parte de una extensa red de vasos sanguíneos cuya función principal es el retorno de sangre al corazón. Esto es lo que garantiza que la circulación sea continua. Cuando las válvulas de las venas no funcionan de forma eficiente, las mismas se dilatan y se forman las várices.

6 curiosidades sobre las venas varicosas

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define a las várices como “venas anormalmente hinchadas, retorcidas o dolorosas que se han llenado de sangre”. Estas, por lo general, se presentan en las piernas y suelen ser observables a simple vista.

Ahora bien, como mencionamos al inicio de este artículo, existen diferentes mitos y curiosidades sobre las venas varicosas que debes conocer para estar atento a su posible desarrollo y aparición.

1. Las mujeres son quienes más sufren de venas varicosas

Aunque en el sexo masculino también pueden presentarse casos de mucha importancia, es a las mujeres a las que más afecta este padecimiento, según señala el Office on Women’s Health.
De hecho, en mujeres con predisposición genética, las hormonas influyen de manera negativa. Al disminuir la fuerza de las paredes de las venas por la acción de las hormonas femeninas, estas terminan por debilitar, a veces, los vasos sanguíneos.

Se cree que la reposición hormonal y el uso de métodos anticonceptivos podrían ayudar a que las várices apareciesen en mujeres muy jóvenes. Por esta misma razón, su presencia sería más común durante el embarazo y podría aumentar, incluso, con cada nueva gestación. Sin embargo, las investigaciones al respecto no han arrojado datos concluyentes.

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2. No solo aparecen en las piernas

Las várices visibles, comúnmente llamadas arañitas vasculares, afectan en su gran mayoría a las piernas y pies. Sin embargo, también podemos encontrar otro tipo de várices: las llamadas internas.
Estas se encuentran en regiones del interior del cuerpo y pueden aparecer en el esófago, en el útero, en el recto, etc. Incluso, si tienes una obstrucción de la vena proximal axilar, podrían aparecer en los brazos aunque el efecto de la dilatación sería poco visible para el ojo humano.
Aunque las venas varicosas internas no deben ser motivo de excesiva preocupación, sí conviene consultar regularmente al especialista. Él te dirá si existen riesgos cardiovasculares latentes y qué hacer para evitarlas o prevenirlas.

3. Mantenerse en el peso ideal sería de ayuda

De hecho, entre los factores de riesgo señalados por Manual MSD se encuentran el sedentarismo, las digestiones lentas, estar mucho tiempo de pie y la edad avanzada. Particularmente, el estreñimiento se relaciona con la aparición de várices ya que, al hacer fuerza al evacuar, acabas presionando las venas de las piernas.
Todo ello explica nuestra recomendación de que pidas orientaciones a un nutricionista sobre cuál es tu peso ideal y cómo conseguir mantenerte en él. Una dieta equilibrada es una buena manera de prevenir las várices.

4. Curiosidades sobre las venas varicosas: las hemorroides

Retomando lo anteriormente expuesto, se puede llegar fácilmente a la conclusión de que las hemorroides son várices que se alojan en el canal rectal.
Se trata de una de las dolencias más comunes de la población mundial, pues afecta tanto a mujeres como a hombres. MedlinePlus explica que a los 50 años casi el 50% de la población las padece.

Muchas veces pueden ser asintomáticas. De ahí que debas tener cuidado si sufres de estreñimiento, si te mantienes sentado o parado durante muchas horas de forma continua, si sueles cargar cosas pesadas o, simplemente, vives estresado.

5. ¿Los zapatos altos empeoran las várices?

Las venas varicosas se encuentran sobre todo en la parte inferior del cuerpo; es decir, en las piernas y en los pies. Aunque se cree que las várices aparecen por usar zapatos altos, no existe evidencia científica que avale tal creencia. No obstante, te recomendamos tomar precauciones.
Siempre es mejor prevenir que curar. Es sabido que la posición en que se encuentran las piernas a causa de los tacones no favorece el retorno de la sangre al corazón. Lo ideal es, pues, usar zapatos cómodos en pos del buen funcionamiento del organismo.

Si no pudieras prescindir de los zapatos altos, procura tenerlos puestos menos de 9 horas seguidas. Una vez que te los quites, mantén levantadas las piernas un rato. Puedes recostarte en el sillón y apoyar las piernas en el reposabrazos o usar un pequeño banco para elevarlas.

6. Ejercitarse ayudaría a contrarrestar las venas varicosas

Existen determinados factores genéticos que conllevarían a un aumento del riesgo de aparición de várices. Eso sí, es importante resaltar que estas pueden aparecer debido a diferentes causas. No obstante, como cualquier otra afección, este problema de salud se puede tratar. Para ello, has de acudir al médico para que estudie tu caso y te indique qué conducta debes seguir.
Hacer ejercicios podría ayudarte a mejorar la circulación sanguínea en general. Podrías realizar rutinas en las que alternaras los ejercicios de cardio, bicicleta, natación y aeróbicos. ¿Con qué frecuencia? Pues, por lo menos 3 veces por semana durante 30 minutos. Otra opción es usar medias elásticas de compresión graduada.

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Préstales la debida atención

Es cierto que las várices leves no tienen por qué traer aparejadas mayores consecuencias. Sin embargo, su presencia podría afectar a tu calidad de vida ya que, en muchos casos, perjudican la estética de la imagen corporal. Es más, las venas varicosas pueden evolucionar con el tiempo si no se les da la debida atención.
En los supuestos más extremos, podrían ocasionar una insuficiencia venosa crónica cuyas manifestaciones clínicas son tan molestas como el dolor, la fatiga muscular o el ardor, etc. De ahí que sea tan importante que te informes sobre cómo prevenirlas y, si ya las padeces, cómo tratarlas. ¡Consulta a tu médico!