7 ejercicios de terapia de pareja
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz
Las relaciones de pareja son un ente vivo que experimenta altos y bajos a lo largo del tiempo. Se transforma en función de las circunstancias personales de cada miembro y de la interacción que se produce entre ambos. Cuando la satisfacción con la relación se reduce, los ejercicios de terapia de pareja pueden ser de gran utilidad.
Hay quienes piensan que acudir a terapia de pareja es inútil y forzado. Quizá pienses que el amor y la intimidad deben estar por sí mismos y cuando desaparecen es momento de abandonar.
En realidad, estos elementos se construyen en el día a día y cuando olvidas cultivar el vínculo, pueden desvanecerse. Así, obtener ayuda para trabajar algunos puntos básicos como la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo puede marcar la diferencia y permitir que se recupere el bienestar en pareja.
¿Por qué se hacen necesarios los ejercicios de terapia de pareja?
Existen múltiples situaciones que pueden hacer necesario recurrir a la orientación profesional. Por supuesto, puntos de inflexión como una infidelidad por parte de uno de los miembros, pero también situaciones más cotidianas como la falta de ilusión, la insatisfacción personal, el rencor y las dificultades comunicativas.
Cada pareja es un mundo y las quejas pueden variar de forma importante. Hay quienes sienten que su pareja no les prioriza ni les dedica tiempo, quienes echan en falta una mayor conexión emocional y quienes se sienten constantemente atacados y poco valorados por su compañero. Cualquiera que sea la circunstancia, puede abordarse, siempre y cuando ambos estéis dispuestos a trabajar en el vínculo.
Ejercicios de terapia de pareja
Los ejercicios de terapia de pareja varían en función de la corriente o la escuela con la que trabaje el profesional; aún así, es común que la intervención no se limite a las sesiones de consulta, sino que continúe mediante el trabajo en casa.
Finalmente el terapeuta es un guía y un apoyo, pero el cambio han de realizarlo los miembros de la pareja. Así, estos son algunos de los ejercicios más sencillos y efectivos que suelen utilizarse.
Palabras de afirmación
Las palabras son poderosas y tienen el poder de impactar en el estado de ánimo y en las emociones. Con el paso del tiempo, las parejas dejan de ofrecerse cumplidos, halagos y palabras de gratitud, y estoy crea una sensación de no ser valorado. En lugar de dar por hecho que tu compañero ya sabe lo que sientes, exprésalo.
Puedes realizar una lista de 50 atributos que te gustan de tu pareja, acciones por las que estás agradecidos o formas en las que hace tu vida más completa y feliz. Este ejercicio no solo se destina a que el otro sepa cuánto le aprecias, sino que también ayuda a quien la redacta a tomar conciencia de todo aquello que daba por sentado y volver a apreciarlo.
Pero, más allá de este ejercicio puntual, es importante incluir estas expresiones de afecto y admiración en el día a día. Acostúmbrate a ver las virtudes de tu pareja y a recordárselas, y la satisfacción de ambos se incrementará.
Muestras físicas de afecto
Del mismo modo que en el caso anterior, las muestras de afecto físico han de formar parte de la cotidianidad de la pareja. Pues, pese a su aparente simpleza, ayudan enormemente a crear una cercanía emocional. Besa a tu pareja antes de dormir, abrázala al llegar del trabajo o toma su mano mientras veis una película. Adoptar este hábito os hará sentir más cercanos y unidos.
Tiempo de intimidad
La rutina y las obligaciones hacen a veces difícil encontrar tiempo para dedicar al compañero. No obstante, es importante seguir cultivando la intimidad. Para ello, comprometeos a dedicar un momento cada día a conversar, estar a solas y compartir vuestros pensamientos y emociones. Apagad la televisión y los teléfonos móviles, este es un momento sagrado únicamente para los dos.
Por otro lado, resulta muy positivo programar citas periódicas en las que realicéis a solas alguna actividad que os agrade. Podéis salir a cenar, realizar excursiones a lugares cercanos o tomar un curso de cocina o de baile. El objetivo es salir de la monotonía y reservar un tiempo de diversión solo para los dos.
Comunicación asertiva
Los problemas de comunicación en la pareja derivan en conflictos, discusiones e insatisfacción; para evitar que se produzcan es fundamental aprender a dialogar de forma asertiva. A grandes rasgos esto consiste en expresar de forma firme y clara tus opiniones y deseos con respeto por los de la otra parte.
Es necesario hablar desde lo que uno siente (sin atacar o etiquetar al otro), poner ejemplos concretos y proponer soluciones alternativas en las que se resalte la ganancia para ambos. Es una forma mucho más saludable de realizar peticiones sin caer en la crítica y el reproche, y un elemento que comparten las parejas que perduran.
Ponerte en el lugar de tu pareja
Al hilo de lo anterior, es fundamental trabajar la empatía. A veces, estás tan centrado en tu propia versión de la historia que ers incapaz de comprender cómo lo ve la otra persona. Por ello, un buen ejercicio es tomar el papel de la otra persona en una discusión o desacuerdo y defender sus argumentos, y que ella defienda los tuyos. Resulta muy esclarecedor.
Cambiar la dinámica negativa
Cuando los problemas vienen de largo tiempo atrás, es probable que se hayan enquistado y se perpetúen a través de una dinámica negativa que ya se ha instalado. Así, cada frase de la pareja es malinterpretada y se responde siempre con hostilidad y una actitud defensiva.
Para modificar esto hay que instalar deliberadamente una dinámica positiva y comenzar a comunicarse con amabilidad, paciencia y tolerancia. Este primer paso se verá pronto retroalimentado.
La pregunta del milagro
Este último ejercicio es muy útil para definir los objetivos e identificar lo que cada uno debe cambiar en sí mismo. Así, se le pide a la persona que imagine que ha ocurrido un milagro durante la noche y que, al despertarse, todos sus problemas de pareja se han resuelto.
Ahora, se le pregunta: ¿cómo te darías cuenta de que ese milagro ha ocurrido?, ¿qué sería diferente? En función de las respuestas se comienza a trabajar para adaptarse a esa realidad que se ha descrito.
Los ejercicios de terapia de pareja dependen del compromiso personal
Es importante recalcar que para que los ejercicios de terapia de pareja funcionen, las personas involucradas han de mantener una actitud abierta. Esto es, han de estar dispuestos a hacerse responsables de sus actos, a intentar comprender lo que siente la otra persona y a realizar cambios en sus comportamientos diarios. Afincarse en el «así soy yo» o tratar de culpar por todo a la pareja no traerá buenos resultados.
Si ambas personas se involucran, es probable que la satisfacción se incremente notablemente o que, por el contrario, se llegue a la conclusión de que es preferible tomar caminos separados. En cualquier caso, se podrá avanzar hacia un mayor bienestar para los dos.
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