¿Por qué ya no queremos un príncipe azul?
Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López
La idea romántica del hombre perfecto que surgió a partir de los cuentos infantiles ha perdido fuerza con el paso de los años. Lo cierto es que las mujeres ya no queremos un príncipe azul que nos solucione la vida: queremos tener herramientas para hacerlo nosotras mismas.
A medida que crecemos y tenemos nuestras primeras experiencias amorosas, la idea se desmorona. Por ello, ya no vamos por la vida jugando a ser princesas, sino que preferimos ser guerreras capaces de salvarnos solas.
Profundicemos.
Razones por las que no queremos un príncipe azul
1. La fantasía es solo para los juegos
Si bien muchas hemos jugado de niñas a vestirnos de princesas en un reino ideal, la vida es otra cosa. El avance de las mujeres en todos los ámbitos ha generado un cambio importante en nuestra visión. Somos independientes y buscamos un hombre que nos acompañe, no un salvador.
Deseamos a alguien que nos haga felices, con quien perseguir nuestros proyectos y que nos valore como mujeres, no queremos un príncipe azul que nos pinte un mundo que jamás podremos tener.
2. Los hombres perfectos son ideales de la imaginación
Es cierto que en nuestra imaginación podemos visualizar a algún hombre perfecto para nuestros gustos. No obstante, también tenemos que reconocer que si existiera esa persona ideal, todo sería demasiado aburrido.
Las mujeres queremos una vida normal con personas similares a nosotras, que tengan los pies sobre la tierra. Y estamos seguras que la mayoría pueden hacernos más felices que cualquier caballero de brillante armadura siendo, simplemente, ellos mismos.
3. La elección es meramente personal
En épocas anteriores, las familias buscaban acomodar a sus hijas con un marido importante. Actualmente, ese hábito se ha abandonado. Nosotras elegimos nuestra pareja a nuestro antojo.
Queda claro que no queremos un príncipe azul, sino que buscamos a alguien con quien divertirnos y compartir momentos de amor real. Una elección personal basada en preferencias y valores que nada tienen que ver con los de hace años.
4. Vivir a la sombra de un hombre ya no está de moda
No queremos un príncipe azul porque significa ser su sombra en muchas ocasiones. Ya no somos personas sumisas cuyo único objetivo es satisfacer a nuestro amor, dejando a un lado lo que nosotras queremos.
La libertad tiene un precio incalculable para muchas mujeres. La carrera, los estudios o, simplemente, las amistades y la familia pueden hacernos sentir felices y completas. Si un hombre está a nuestro lado, tiene que sumarnos alegrías, no tristezas.
También te puede interesar: Lo más importante a la hora de buscar pareja
5. Un compañero para toda la vida
Hay mujeres que tienen el proyecto de casarse y pasar el resto de su vida con el hombre que aman. En esos casos, buscan a un chico con quien compartir cada día y cada momento. Alguien que las ame y las trate con respeto.
Por lo general, el príncipe azul viene a ser un personaje idílico que aparece solo en algunos minutos de la historia. Ahora, ¿cómo sabemos que no desaparecerá de la misma forma mágica en la que llegó?
6. Los imperfectos nos atraen más
En realidad, la mayoría de nosotras elegimos antes a un chico que nos haga reír y sentir queridas, que a aquel engreído que solo piensa en sí mismo.
Por lo tanto, al final, no queremos a un príncipe azul con quien salir bien en las fotos: buscamos a esa persona imperfecta con la que poder compartir objetivos y aventuras.
Queremos un tipo de relación, no un tipo de hombre
Si bien podemos bromear o jugar a dar características de un hombre perfecto, lo cierto es que nada tiene que ver con nosotras. Lo que buscamos es un tipo de relación que se ajuste a la vida real.
Esperar a un príncipe azul hará que las expectativas sean tan elevadas que nunca se encuentre una pareja real. De esta forma, aparecerán la frustración y la tristeza y jamás se le dará una oportunidad a nadie que no encaje en esos parámetros.
Las mujeres del siglo XXI sabemos lo mucho que valemos. Por ello, queremos a nuestro lado a un hombre digno, con autoestima, que sepa amarnos bien y que, a su vez, permita ser amado.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.