Cómo puedes apoyar a alguien que está en una relación abusiva

Las relaciones abusivas tienen consecuencias en la autoestima. Aquellas personas que están en una, pueden llegar a creer que son culpables de lo que ocurre y no darse cuenta del problema.
Cómo puedes apoyar a alguien que está en una relación abusiva
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 30 junio, 2023

Aislamiento, desánimo, malestar permanente, cambios en su comportamiento y en su forma de relacionarse, comentarios que parecen una broma, pero esconden agresividad, son algunas de las señales que te llevan a pensar que una persona querida se encuentra en una relación abusiva.

Sin embargo, puede que tengas menos claro qué hacer y cómo actuar para ayudarla. Ante esto, te brindamos los siguientes consejos para apoyarle.

Consejos para apoyar a quien está en una relación abusiva

Si conoces a alguien que pueda estar atravesando por esta situación, podrías brindarle una mano amiga y proponerle buscar ayuda profesional. Pese a esto, existen otras recomendaciones para acompañar a quien se encuentra en una relación abusiva.



1. No juzgues ni comentes

En ocasiones, queriendo ser empático, tus comentarios se alejan de dicha intención y suenan a superioridad. Aunque no puedas creer que esa persona soporte tantas humillaciones, intenta entender qué hay detrás:

  • miedo a la soledad,
  • baja autoestima,
  • un entorno en donde la violencia es habitual.

Ahora bien, puedes preguntarle a esa persona qué consejos te daría si fueses tú quien le cuenta sobre una situación de maltrato que vivió. También puedes ayudarle a reconocer por qué la admiras, hacerle sentir que es capaz de superar un mal momento, que confíe en su fortaleza y animarle a pedir ayuda.

Como amigos, es importante que seamos un lugar seguro a donde acudir, que aprendamos a escuchar con empatía y que permitamos que el otro se exprese.

2. Evita soltar la mano de esa persona

Por ejemplo, entre tantas idas y vueltas e historias en la que se repiten patrones, le dices a tu amiga que si va a seguir en esa relación abusiva, evite compartirte lo que le sucede. «No me cuentes más», suele ser la frase que antecede al ultimátum.

Si bien es necesario poner distancia ante aquellas situaciones que nos frustran y que nos provocan impotencia, si le impides a tu amiga hablar contigo, quizás la estás privando de su única fuente de ayuda. Además, ten en cuenta que las relaciones abusivas suelen aislar a las personas implicadas: el abusador se enoja si se reúne con sus amigas o con la familia por temor a que le hablen mal, porque quiere controlarlo todo, porque teme que se dé cuenta de la situación de abuso, entre otros motivos.

Por el contrario, lo que puedes hacer con tu amiga es decirle que la extrañas, organizar una salida y ayudar a que la pase bien y se distraiga, facilitar a que se vuelva a conectar con aquello que la hace sentir feliz. También ser flexible con los planes y adecuar horarios para que no tenga excusas de que no puede. Cuando los encuentros cara a cara no sean posibles, mantén el contacto a través del celular o redes sociales.

En momentos tan delicados, dejar de lado a la persona que sufre violencia suele empeorar la situación.

3. Recomienda una consulta con un profesional

La violencia es un fenómeno complejo en el que influyen múltiples factores. En general, en una relación abusiva suele presentarse el llamado ciclo de la violencia, caracterizado por incluir a personas que no se dan cuenta de que se encuentran en una relación dañina.

Identificar las siguientes características te hará conocer cuándo alguien está en una relación abusiva:

  • Calma. Es una situación ideal, en donde todo está idealizado.
  • Acumulación de tensión. Empiezan a notarse las diferencias y desacuerdos. Aquí la violencia ya está presente, pero de manera solapada; por ejemplo, a través de la agresión pasiva, con insinuaciones, comentarios provocativos encubiertos, entre otros.
  • Explosión. Suele ser esa etapa en donde se producen las descargas en una pareja. Es una fase de gran intensidad.
  • Luna de miel. Aquí, el abusador promete que va a cambiar y empieza a presentar ciertas conductas que compensan.

Por eso, las situaciones de violencia son difíciles de reconocer y de resolver por parte de la persona implicada. Esto es así porque, entre otros factores, muchas veces son víctimas de gaslighting, y también porque han naturalizado el maltrato.

El gaslighting implica que el abusador cuestiona, invalida y pone en duda a la otra persona. Es decir, la lleva a un límite en que la hace dudar de sí misma y la deja atrapada en la culpa. Allí hay un primer obstáculo para reconocer la violencia psicológica.

A su vez, el hecho de normalizar el maltrato tiene como consecuencia que se omitan ciertas señales de alarma. Por eso es importante aconsejar a nuestro ser querido para que pida ayuda profesional, que alguien le ayude a reconocer el problema, a desarrollar los recursos personales y recuperar la confianza para salir adelante.

4. Evita presionar

Si tienes un amigo en una relación abusiva, debes evitar ejercer presión para que te reconozca aquello que le sucede, para que haga una denuncia o para que inicie terapia. Si actúas de esa manera, mediante cierta coerción, estarás replicando el mismo patrón que criticas.

Debes mostrarte comprensivo, entender que cada persona tiene su tiempo y estar allí presente para cuando se dé cuenta de lo que está atravesando. Quienes ven la situación desde afuera, creen tenerlo todo muy claro. Sin embargo, para quien lo vive, resulta muy doloroso admitirlo.



El amor no tiene por qué doler

Muchas veces, las relaciones abusivas son posibles y hasta se ven justificadas, debido a ciertas creencias erróneas vinculadas al amor romántico. Durante mucho tiempo hemos escuchado que si alguien controla con quien te mandas mensajes, es porque te ama, o que si te prohíbe salir con amigas, es porque quiere pasar tiempo contigo.

Romantizar esos comportamientos es permitir que el otro tenga control sobre nosotros. Y, sin dudas, eso nos aleja del camino de una relación saludable. Los buenos vínculos se construyen sobre la base de la reciprocidad, de la confianza y del cuidado.


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