Apoyo familiar en las personas transgénero: un factor determinante

En una sociedad en la que todavía se juzga y se rechaza a las personas transgénero en multitud de situaciones, el apoyo familiar es fundamental para combatir el estigma.

Escrito y verificado por la psicóloga Montse Armero.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Aunque estemos en pleno siglo XXI, las personas transgénero todavía deben hacer frente a una gran cantidad de conductas y comentarios discriminatorios. De hecho, la probabilidad de que se encuentren con trabas sociales es muy elevada, dada la poca normalización de su condición.

Por esa razón, y como veremos en este artículo, el soporte comunitario son especialmente importantes para mejorar sus condiciones de vida actuales. Y en concreto, el apoyo emocional por parte de la familia parece ser determinante.

¿De quién hablamos cuando decimos “personas transgénero”?

Según la Asociación Americana de Psicología, transgénero es un término global que define a personas cuya identidad de género, expresión de género o conducta no se ajusta a aquella generalmente asociada con el sexo que se les asignó al nacer. El concepto más opuesto es el de cisgénero, que se refiere a las personas cuya identidad de género sí coincide con el sexo que se les asignó al nacer.

Del mismo modo, hay otras muchas personas que no se identifican con ninguna de las dos etiquetas y se sienten más cómodas dentro de un género fluido, un bigénero, un intergénero o sin género, por ejemplo.

Es importante recordar que la identidad de género no está relacionada con la orientación sexual. Así, una persona transgénero puede ser heterosexual, bisexual, homosexual, asexual o no querer definirse bajo esas etiquetas.

Situaciones discriminatorias más habituales

De acuerdo con el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Y dotados de razón y consciencia, deben comportarse fraternalmente. No obstante, la realidad es diferente y está llena de situaciones en las que este precepto no se cumple.

Las personas transgénero están marginadas en muchos ámbitos. Por ejemplo, a nivel laboral, sufren una discriminación muy marcada. El desempleo de este grupo en España ronda un 80 %; y en algunos países se acerca al 90 %. Lo que los sitúa en un mayor riesgo de pobreza por no tener las mismas oportunidades.

Y no hablemos de ocupar puestos relevantes dentro de empresas privadas o de cargos públicos. Sin embargo, el ámbito laboral no es el único en el que se encuentran dificultades.

Una gran parte de las personas transgénero ha sido agredida en algún momento de su vida. También sufren discriminación en la atención primaria o cuando buscan alquilar un alojamiento. Incluso su propio entorno es muchas veces quien más las juzga y discrimina.

El apoyo familiar como factor determinante

La adolescencia es una etapa llena de cambios muy importantes y en la que muchas personas tienen una mayor consciencia de su identidad de género. Las razones son variadas; desde los cambios externos, como una relación con los iguales más adulta, hasta los cambios fisiológicos que se producen y que ponen de relevancia las características sexuales secundarias.

Ello puede ser un estresor añadido para muchos adolescentes, ya que su identidad de género y la esperada por el entorno no tienen por qué coincidir. Lo que puede dificultar mucho la aceptación de uno mismo. Esa situación puede resultar muy angustiante si le sumamos un rechazo externo explícito.

Según algunas investigaciones, los adolescentes transgénero son más vulnerables a padecer psicopatologías como depresión, ansiedad, consumo de sustancias e ideación y conductas suicidas (Toomey et al., 2018).

Sin embargo, esas cifras se reducen cuando la persona transgénero se siente aceptada y apoyada por su familia. Por lo tanto, el rol de los más cercanos es esencial.

Así lo determina una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Stanford (Hale et al., 2021). Según los autores, la percepción de los adolescentes transgénero sobre cómo les apoyan sus padres es un factor clave en su salud mental.

¿Cómo puede la familia apoyar a las personas transgénero?

Cuando se preguntó a los jóvenes del estudio de la Universidad de Stanford qué acciones de sus progenitores consideraban que mostraban más el apoyo, estos respondieron que les llamaran por su nombre y pronombre elegidos. Aunque puedan parecer aspectos sencillos, para ellos eran los temas más determinantes para sentirse bien en casa.

En cambio, cuando se formulaba la pregunta a los padres, estos creían que llevar a sus hijos a una clínica especializada en género y aportarles recursos era lo que más podía ayudarles.

Además del punto de vista diferente, cabe destacar que los jóvenes calificaban a sus progenitores como más solidarios de lo que los padres opinaban de ellos mismos. Es como si tuviesen la sensación de que no hacían lo suficiente. En cambio, los adolescentes pensaban que sus padres estaban siendo muy generosos.

Es evidente que las conclusiones del estudio de Stanford no tienen por qué coincidir con la sensación individual de otros niños, jóvenes o adultos transgénero. Sin embargo, sabiendo que el apoyo familiar es fundamental para una buena salud mental, es un dato a tener muy en cuenta para que la interacción de la familia sea lo más respetuosa, acogedora y amorosa posible.  

El apoyo familiar a las personas transgénero debería ser la norma

Ser juzgado y rechazado por una parte importante de la población no es una situación fácil de lidiar emocionalmente. No lo es para nadie, y menos para quien vive la discriminación con frecuencia, como es el caso de las personas transgénero.

Es cierto que hoy en día se está avanzando y que es un colectivo que cada vez tiene más visibilidad, pero aún nos queda mucho camino que recorrer como sociedad para que las personas transgénero no sufran ningún tipo de discriminación.

Por esa razón, es fundamental que las familias, eje fundamental de los más pequeños, sean conscientes del papel tan importante que cumplen a la hora de que un joven viva su identidad de género de la forma más sana y natural posible.